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Red Internacional
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#SUCESIÓNUNAM. Entre autocomplacencia y subordinación, el balance de Narro sobre su gestión

El pasado lunes en una entrevista publicada en el diario La Jornada, José Narro habló de la forma en que llevó adelante su cargo como rector de la UNAM.

Miércoles 18 de noviembre de 2015

Su balance deja de lado la forma en que se subordinó al gobierno federal de EPN y apunta algunas tareas para el siguiente rector como cambiar los planes de estudios del bachillerato o “recuperar” el auditorio “Che Guevara”.

En esta extensa entrevista, Narro plantea que se va “con la satisfacción de llegar al término de una encomienda, de saber que se hizo el mayor esfuerzo”. Luego de ocho años de haber estado al frente de la universidad más grande del país, es importante analizar con detenimiento la forma en que se posicionó ante importante momentos políticos en el país.

Ayotzinapa “No fue el Estado”

Cuestionado abiertamente por la forma en que su discurso pasó de ser crítico con el gobierno federal de Felipe Calderón para moderarse con el arribo del PRI a la presidencia, Narro evade la pregunta respondiendo que siempre ha señalado los problemas del país y que no hubo tal moderación. Sin embargo, es claro que el rector, declarado priista, fue una pieza importante para sostener al cuestionado gobierno de EPN luego de la enorme crisis política abierta con la masacre de seis personas y la desaparición de 43 estudiantes en Iguala, Guerrero.

Las declaraciones de que la desaparición de los normalistas era únicamente responsabilidad del gobierno local, realizadas en medio de las históricas movilizaciones que sacudían el país y que tenían su mayor fuerza en los estudiantes, muchos de los cuales provenían de la UNAM, buscaban sin duda darle un espaldarazo al gobierno federal.

Sin embargo, como se demostró claramente, el gobierno federal tuvo -y continúateniendo- responsabilidad directa tanto por la política de liquidación de las escuelas normales como por la represión que se ejerce a este sector. Además de la participación coordinada de la policía federal, estatal y el ejercito la noche de la persecución a los normalistas, a la par de la manipulación y ocultamiento de información realizado por las instituciones de investigación del Estado y la represión ejercida en las manifestaciones por la aparición de los 43 normalistas, lo cual no es una novedad en esta país los asesinatos políticos y los levantamientos extrajudiciales son una constante.

Los “pendientes” de Narro

Al señalar los puntos que quedaron pendientes en su gestión, Narro habla de la “recuperación” del Auditorio “Che Guevara” y de la modificación de los planes de estudios en los bachilleratos: “Se hicieron todos los esfuerzos, pero en esos dos casos en particular la decisión final yo la tomé… Preferí privilegiar el trabajo del conjunto de la institución y no poner en riesgo su estabilidad.”

Al respecto en primer lugar es importante señalar que si el auditorio, tomado tras la huelga de casi 11 meses en el año de 1999 que conquisto mantener la gratuidad de la UNAM, sigue ocupado no es dada la buena voluntad de rectoría y la dirección del plantel de la Facultad de Filosofía y Letras, sino por la movilización de sectores de estudiantes y activistas que se han pronunciado y movilizado en los intentos de “recuperar” el auditorio por parte de las autoridades.

Los socialistas defendemos el derecho de los estudiantes organizados de contar con espacios al interior de la universidad que sean gestionados sin intromisión de las autoridades, además consideramos necesario que el presupuesto previsto para el Auditorio Che Guevara tendría que ser otorgado a la comunidad para su administración democrática, basada en comités surgidos de asambleas donde participen los tres sectores que integran la comunidad; académicos, trabajadores y estudiantes. De esta forma se aseguraría por ejemplo otorgar los recursos necesarios para el buen funcionamiento, así como el impulso de otros proyectos estudiantiles.

Desde nuestra perspectiva un espacio tomado por el movimiento estudiantil debiera estar puesto al servicio de las necesidades e intereses de estudiantes, trabajadores y académicos, ya sean políticos, culturales o académicos, con independencia de las autoridades universitarias y los partidos patronales.

En este sentido defendemos los espacios ocupados, al tiempo que llamamos a que sean los estudiantes organizados en asambleas democráticas quienes decidan el rumbo y la utilización de estos.

El otro punto que Narro señala como un pendiente de su administración es el de la modificación de los planes de estudios en el bachillerato. Es claro que detrás de toda modificación de plan de estudios está un interés político, la “modernización” de los planes de estudios que comúnmente busca quitar materias del área histórico-social y limitar la enseñanza de pensamiento crítico ha sido resistida tanto por académicos como por estudiantes.

Sin duda los planes de estudios deben ser actualizados con la intención de que la enseñanza busque dar respuesta a las enormes problemáticas sociales y económicas que atraviesa el país y el mundo; para esto los socialistas proponemos un proceso democrático y abierto de revisión de los planes y programas, donde a través de foros con académicos y debates abiertos se pueda decidir el contenido de los planes, involucrando a la comunidad universitaria en la decisión.

Se va Narro, llega Graue

En días pasados, la antidemocrática y medieval Junta de Gobierno, eligió a Enrique Graue como sucesor de José Narro. Salido del mismo círculo de profesores y funcionarios de la Facultad de Medicina, Graue se presenta como continuador de
Narro y ofrece “estabilidad y tolerancia” en la UNAM.

Es claro que ante la enorme participación de estudiantes en procesos políticos recientes que cuestionaron la antidemocracia y la represión del actual gobierno hay una preocupación de las autoridades de la universidad por “contener” el descontento de los estudiantes y buscar que este no se exprese en contra de la antidemocracia reinante en la UNAM o sus autoridades.

Decenas de miles de jóvenes organizados pueden jugar un rol político muy potente en un país donde el régimen político ha mostrado con creces ser un régimen asesino y represor. Ante esta posibilidad la Junta de Gobierno ha optado por no “tensar” de más y busca que nombrando a un rector “conciliador”, proveniente del priismo “discreto”, no se desborde la crítica y la movilización de estudiantes, académicos y trabajadores.

Sin embargo, el propio proceso de imposición de rector ha sido cuestionado por miles de estudiantes y cada día son más los académicos y los trabajadores que ven la importancia de democratizar la toma de decisiones en la universidad. En esta perspectiva los estudiantes que militamos en la Juventud del MTS luchamos por levantar un movimiento estudiantil organizado de forma democrática y permanente, que mientras defiende la universidad del ataque del gobierno y de los empresarios que busca acabar con la educación pública, luche contra la antidemocracia de la universidad y por la conformación de un gobierno conformado por trabajadores, académicos y con mayoría estudiantil , además cuestioneel contenido de la enseñanza para poner el conocimiento al servicio de las necesidades de los trabajadores, campesinos y el pueblo pobre.