Las inundaciones en el norte, los incendios forestales en el sur, la erupción del volcán Villarrica, la sequía, todos hechos que nos conmueven y preocupan porque dejan en evidencia el nivel de deterioro del medioambiente al que hemos llegado.
No es novedad, y muchos se ha escrito, analizado y discutido, sobre cómo los medios de comunicación tradicionales terminan convirtiendo en un “espectáculo” estas situaciones, repitiendo imágenes de la tragedia humana y ecológica hasta el hartazgo, entrevistando a “testigos” y “víctimas” en los momentos más inoportunos, y llamando a verdaderas “teletones” de solidaridad, lo que en sí mismo no es malo si no fuera por la evidente necesidad de mostrar el testimonio “más dramático”, las muertes, las personas desaparecidos, las historias de sobrevivencia, sin ir al fondo de la cuestión.

Sandra López Periodista y Docente
Viernes 27 de marzo de 2015
Porque hay dos hechos graves y profundos que no se abordan ni discuten en profundidad: en primer lugar la inercia y desidia de los organismos encargados de abordar estas emergencias, cuesta creer que la misma ONEMI que tanto fue cuestionada por su negligencia en el terremoto del 2010, nuevamente ha quedado en evidencia: inoperancia, reacción tardía. Pero el problema es de fondo: falta de recursos, falta de planificación, finalmente el estado “deja ser” porque las tragedias de este tipo finalmente la pagan los y las pobres. Y eso debe ser el foco de la discusión además de la necesaria solidaridad.
Y los segundo: los rumores de “saqueos” que los medios inmediatamente vinculan a vandalismo sin mencionar la falta de respuesta de los organismos del estado, y crean clima: alabando el rol de carabineros y PDi, mostrando como “héroes” al mismísimo GOPE (Grupo de Operaciones Especiales) y finalmente alentando el estado de excepción, es decir la militarización de la zona. Mientras los pobladores y pobladores están sin ayuda, se les prohíbe salir a buscarla y se legitima la confianza en las fuerzas armadas.
Nuevamente los medios se enfocan en el drama –que por supuesto lo es-, pero no indagan ni cuestionan el fondo: la desidia del gobierno que no invierte en prevenir, ni en fortalecer los organismos de emergencia, como sí lo hace en subsidiar las grandes empresas y sus millonarios negocios. Porque otra cosa que no se menciona: las consecuencias de la explotación minera, los relaves, la intervención sobre el medioambiente. Así solo nos muestras una verdad a medias: la cara de la tragedia, y no el fondo del problema…Hasta la próxima tragedia lo que verdaderamente debe discutirse queda oculto tras las crudas escenas del drama.