Un hecho notable dentro de las transformaciones del capitalismo mundial en el último siglo es el incremento de la feminización de la fuerza laboral.

Lucía Ortega @OrtegaLu_
Jueves 12 de mayo de 2016
Esto ha sido particularmente así a partir de la restauración burguesa en los años ‘80 y la ofensiva capitalista, que en el marco del neoliberalismo elevó al máximo la fragmentación de la clase trabajadora. Hoy, más del 40 % del empleo global está compuesto por mujeres.
Argentina no estuvo exenta de este proceso. La participación femenina en la población ocupada alcanzó un promedio de 41,5 % en la última década y entre la población económicamente activa un 42,5 %. Sin embargo, esta incorporación de la mujer al ámbito del trabajo no doméstico no significa una creciente igualdad de derechos sino que, por el contrario, expresa una nueva forma de explotación sobre la clase obrera, basada en la desigualdad de las mujeres en el trabajo (salarios más bajos, peores condiciones laborales). En este sentido, el fenómeno extendido de la precarización laboral se impuso con más fuerza sobre las mujeres y ha sido una de las patas sobre las que se posó la valorización capitalista en Argentina durante los años de gobierno kirchneristas.
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Lucía Ortega
Economista UBA. Coeditora de la sección de Economía de La Izquierda Diario.