Decretos a medida de las grandes corporaciones, inversión millonaria en redes sociales y propaganda oficial. La política de comunicación del Gobierno, a un año de su asunción.
Juan Manuel Astiazarán @juanmastiazaran
Sábado 10 de diciembre de 2016
Luego de asumir hace exactamente un año, el gobierno de Cambiemos mostró casi inmediatamente una de sus primeras cartas respecto a su política de comunicación. Bajo el decreto de necesidad y urgencia 267/15, Mauricio Macri plantó bandera y avanzó en la modificación de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual y la creación del Ente Nacional de Comunicaciones (Enacom). El nuevo organismo pasaba a depender directamente del Ministerio de Comunicaciones que preside actualmente el radical y ex militar Oscar Aguad, y llegaba para reemplazar a la AFSCA y a la AFTIC como nueva autoridad de aplicación. A su vez, se planteaba que esté comandado por un directorio de siete integrantes, teniendo el Poder Ejecutivo facultades para postular a cuatro de ellos, lo que le garantizaba un control absoluto.
El decreto, difundido en el boletín oficial el 4 de enero y ratificado en abril de este año por Diputados, contemplaba a su vez importantes modificaciones en los artículos referidos a la venta y transferencia de licencias y participaciones accionarias entre los privados, elevando el tope de licencias permitidas y abriendo paso a la llamada “convergencia” entre los pulpos mediáticos y las empresas de telecomunicaciones. Este último punto habilitó negocios multimillonarios, como la compra de Nextel Argentina por parte del Grupo Clarín, quien de esta forma completaba su incursión en el mercado de la telefonía celular gracias al favor del Gobierno. Simultáneamente, el grupo Fintech se quedaba con la propiedad de Telecom Argentina. Así, se habilitaba por decreto presidencial la prestación del servicio de televisión, internet y telefonía por parte un mismo proveedor: el famoso “Triple Play”.
Si el kirchnerismo intentó “regular” el mercado en función de sus intereses a través de la distribución de pauta oficial para los medios afines (como Szpolski con Grupo 23), el macrismo desembarcaba a bandera desplegada en nombre de la “libre competencia”, beneficiando a los grupos empresarios más concentrados.
“Trollcenter”: el imperio PRO de las redes sociales
Otro de los rasgos distintivos de la política comunicacional del Gobierno durante este año ha sido el manejo de las redes sociales y, por consiguiente, una multimillonaria inversión destinada para esta materia.
Apenas una semana después de la asunción presidencial, Guillermo Gabriel Gonzalo Riera desembarcó en la subsecretaría de Vínculo Ciudadano. La misma – creada por decreto, como no podía ser de otra forma- persigue el objetivo de establecer “metodologías de diálogo directo con los argentinos, con el fin de darle soluciones concretas de comunicación a cada problemática social en particular”. Martín Becerra, doctor en Ciencias de la Información y docente de comunicación en la UBA, asegura que “esta idea de conectar con el individuo es una ventaja que los politicos ven en las redes sociales, porque entienden que hay algo en el orden de la intimidad que se da alli y no en los medios tradicionales”.
La subsecretaría de Vínculo Ciudadano opera bajo las órdenes de la Secretaría de Comunicación que preside el periodista Jorge Grecco, quien a su vez es controlada por la Jefatura de Gabinete de Ministros, a cargo de Marcos Peña.
Actualmente, maneja un presupuesto de $163 millones para el monitoreo, las respuestas “personalizadas” a los usuarios y la difusión de contenidos de los mensajes del primer mandatario. A su vez, el Gobierno destina $87 millones en campañas publicitarias oficiales vía Facebook y Google.
Riera, un experimentado en el rubro de las redes sociales ya que anteriormente se había desempeñado como Digital Media Manager del diario La Nación, cuenta en su curriculum con importantes antecedentes en cuanto a la comunicación PRO. Su empresa G-Digital SA obtuvo varios contratos de la Ciudad, para realizar la difusión personalizada de actos oficiales cuando Macri era jefe de Gobierno. A su vez, fue él quien comandó el equipo de “trolls” a sueldo que militaron las campañas virtuales del macrismo.
Una vez en el Gobierno y con los jugosos recursos estatales, el macrismo potenció esta estrategia comunicacional que parió su ideólogo Durán Barba y que supo recibir los elogios de muchos comunicadores políticos. La subsecretaría de Riera es el brazo ejecutor de la misma y desde donde se difunde tanto la imagen “descontracturada” y “naif” que pretenden mostrar los momentos íntimos de la gestión, como las campañas sucias contra enemigos y adversarios que ya son un rasgo característico de Cambiemos. Las imágenes del perro Balcarce sentado en el sillón presidencial como ejemplo de lo primero y la pelea con Tinelli en el segundo, ilustran a la perfección el rol que las redes y la videopolítica han adquirido para un gobierno que carece de una estructura fuerte de partido.
Asimismo, el esquema de “diálogo directo y personalizado” que el macrismo adoptó para la comunicación y la propaganda se completa con la resolución 166/16, firmada por el propio Marcos Peña, que permite la utilización de la base de datos personales que posee la Anses mediante el “convenio marco de cooperación” entre el organismo y el Poder Ejecutivo.
La comunicación: apuesta clave de cara a las legislativas de 2017
Las legislativas del año próximo serán fundamentales de cara a la carrera presidencial de 2019 y la apuesta del oficialismo destina a la comunicación un lugar central de cara a esa pelea. La “Jornada de Comunicación” que a fines de Septiembre encabezó Marcos Peña junto a los miembros de las áreas de prensa de los distintos ministerios tuvo por objetivo corregir las deficiencias y profundizar la “estrategia de comunicación” gubernamental. “Los equipos de trabajo de todas las áreas de gobierno nos reuniremos para intercambiar ideas e incorporar nuevo conocimientos para desarrollar, entre todos, una mejor comunicación con la gente”, rezaba la invitación enviada por jefatura de Gabinete que recibieron los distintos funcionarios nacionales.
En el encuentro, Peña llamó a "fortalecer Cambiemos y el liderazgo del presidente Macri" y ratificar la estrategia de comunicación con “cercanía” y una “actitud propositiva”. Allí se habló de charlar con los periodistas en un “ida y vuelta, sin generar peleas” y hasta se repasó el ranking de funcionarios con mayor número de apariciones mediáticas.
“La comunicación ante todo es un hecho político” aseguró allí Marcos Peña. A esta altura también puede decirse que es una de las principales obsesiones de un gobierno que, a un año de haber asumido, busca compensar allí su momento de mayor debilidad política en un escenario que preocupa de cara a las próximas elecciones.