Reproducimos el petitorio que sumó a más de 1200 personas y fue enviado este 27 de marzo al fiscal general del Estado, Ramiro Guerrero, para exigir justicia para Silica Colque, víctima de violación y feminicidio acaecidos el 20 de octubre del año 2016. Las investigación se encuentra estancada y el principal sospechoso goza de poder político y protección; su familia, escaza de recursos, peregrina para luchar contra la impunidad.
Jueves 29 de marzo de 2018
Foto: Rimaypampa
Destinatario: Ramiro José Guerrero Peñaranda Fiscal General del Estado Plurinacional de Bolivia Carta: ¡EXIGIMOS JUSTICIA POR SILICA COLQUE JUCHAHUAYÑO!
El lunes, 19 de marzo de 2018, a través de una nota intitulada ¿Quién violó y mató a Silica? Las piedras “hablaron” y su madre asegura: “es él” el periodista Andrés Gómez Vela dio noticia de un feminicidio sucedido el 20 de octubre de 2016 en Qjeru Qjeru Meqja, cerca de Pocoata, municipio norpotosino.
El nombre de la víctima es SILICA COLQUE JUCHAHUAYÑO, el sospechoso del crimen es IRINEO PAJARI OJEDA, un hombre con quien la joven tuvo una relación de la que nació un niño al que ella terminó entregando en custodia del padre tras recibir amenazas e insultos por parte de este hombre y su esposa, pero él no cesó de perseguirla y amenazarla posteriormente.
El cuerpo de la joven fue descubierto 18 días después de su asesinato, “el médico forense, que viajó desde Llallagua a Pocoata para el levantamiento del cadáver, estableció que Silica fue violada por dos hombres y luego ahorcada con los cordones de su pollera. Murió por asfixia. Levantaron el cuerpo y lo enterraron, pero nadie se preocupó de investigar”.
¿Cómo es posible que un crimen tan horrendo quede en la impunidad? La explicación viene del propio relato: “El sospechoso no es un magnate, según gente del lugar que lo conoce, pero tiene lo que pesa en este momento: poder político; milita en el gobernante Movimiento al Socialismo (MAS) y es subalcalde en el Municipio de Pocoata”. Amparado en su poder eventual, el sospechoso niega su participación en el crimen y ha logrado que hasta la fecha no se realicen los procedimientos regulares de una investigación imparcial que dé cuenta de los culpables de la muerte de Silica.
En Bolivia, cada semana contamos uno, dos y hasta tres feminicidios, son casos que registra la prensa y que, por lo general, el Ministerio Público se ve en la obligación de investigar presionado por familiares y activistas de los derechos humanos de las mujeres, y no por acción de oficio como manda la ley.
Nos preguntamos ¿cuántas “Silicas” habrán cuyas muertes nadie registró, nadie investigó y a nadie le importó, salvo a sus familiares más próximos, en quienes permanece el dolor de la pérdida y poco pueden hacer frente a criminales que ostentan algo de poder?
Que este crimen no quede impune, que se investigue a fondo y que se inculpe a los criminales, que se siente un precedente ya que no se sabe cuántas mujeres han sido asesinadas en los remotos rincones de este país sin que nadie haga algo para cumplir con la ley 348 que garantiza a las mujeres una vida sin violencia.
¡EXIGIMOS JUSTICIA POR SILICA COLQUE JUCHAHUAYÑO!