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Congreso Nacional. Equidad de género en el trabajo: la realidad de las fábricas se coló en el debate

Mujeres de diversas organizaciones rechazaron este martes el proyecto de “Equidad de Géneros e igualdad de oportunidades en el Trabajo”, que en marzo de este año envió Mauricio Macri al Congreso Nacional.

Sol Bajar

Sol Bajar @Sol_Bajar

Miércoles 3 de octubre de 2018 13:27

Fue en la tercera reunión de la Comisión de Legislación del Trabajo de la Cámara de Diputados, que preside el pampeano Sergio Ziliotto (Justicialista). Previamente, habían asistido el jefe de Gabinete del ex Ministerio de Trabajo, Ernesto Leguizamón, y la directora del Instituto nacional de las Mujeres (INAM), Fabiana Tuñez, que presentaron el proyecto ante diputados de esta comisión y de la Comisión de Familia y Mujer, que preside el macrismo. Las conducciones sindicales de la CGT alineada con Héctor Daer y de las CTA de Hugo Yasky y de Pablo Michelli expusieron en la segunda reunión.

La mayor flexibilización laboral y el ataque a las libertades sindicales, que esconde el texto que envió el Poder Ejecutivo, fueron algunos de los aspectos centrales del rechazo que se escuchó en el encuentro de este martes. Como denunciaron varias de las presentes, el proyecto presenta como "novedosas" varias cuestiones que ya están contempladas en la ley de Contrato de Trabajo, a la vez que introduce varios artículos que esconden una enorme gravedad, como la reducción de la jornada laboral recortando el salario, la creación del teletrabajo y otros cambios que profundizan la flexibilización del empleo.

Además, denunciaron que la iniciativa del gobierno le otorga al ex Ministerio de Trabajo -hoy devenido Secretaría- la potestad de intervenir en los sindicatos e impedir la homologación de convenios colectivos, al tiempo que deja a las empresas sin sanciones frente al incumplimiento de la ley. Una verdadera "estafa", como la calificó el diputado Nicolás del Caño (PTS/Frente de Izquierda), en la primera reunión.

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Acompañadas por Catalina Balaguer, despedida de la alimenticia Pepsico, hablaron entre otras Lorena Gentile, de la alimenticia Kraft, y Lucrecia Borge, de la gráfica recuperada Madygraf (ex Donneley), que impusieron en el debate la realidad de las fábricas.

“La mayoría son mujeres”

“Llevo 14 años trabajando en una multinacional donde las mujeres, para acceder a una categoría por antigüedad, tenemos que tener 15 años fábrica”, contó la ex delegada de la comisión interna de Kraft Foods Argentina y referente del Movimiento de Agrupaciones Clasistas (MAC), que impulsa el PTS en el Frente de Izquierda. Para Gentile, eso se traduce en que “la diferencia salarial con un maquinista es entre 5 y 6 mil pesos por mes”.

Ante los diputados y organizaciones presentes, Lorena también habló de los retiros “no tan voluntarios” y de los despidos “sin causa” con que las patronales atacan el sistema de licencias especiales, como las licencias por enfermedad laboral y por maternidad, y denunció que “luego de deshacerse de mil trabajadores, Kraft siguió con los despidos. La mayoría son mujeres, y esta semana fueron dos: una con 11 años de fábrica, hernia de disco, tendinitis en ambos brazos y codos; y otra, Eliana Santos, con un bebé que tuvo la desgracia que se le enferme gravemente”.

“Dicen que los que se enferman no cuidan el empleo y así despiden por miles. Nos echan por estar lastimadas o por ejercer nuestro derecho a curarnos de las enfermedades que nos provocan”, contó, y cuestionó que el proyecto del Ejecutivo “no dice nada de todo esto ni les impone a las patronales que respeten nuestros derechos”.

En todos los lugares de trabajo

Lucrecia Borge, de la Comisión de Mujeres de Madygraf, la ex Donneley, también llevó el testimonio de la gráfica que resiste al ajuste del macrismo. "La necesidad de organizarnos y de sacar adelante la producción nos llevó a poner en pie la primer Juegoteca de todo el gremio gráfico para el cuidado de nuestros hijos", contó. Allí, en la zona norte del Gran Buenos Aires, se enseña educación sexual integral, se brinda apoyo escolar, pueden asistir niños y niñas desde los 45 días de edad y hay un lactario para alimentar a los más pequeños. Todos derechos que no sólo no contempla ninguna de las propuestas en debate, a excepción de las que realiza la izquierda, sino que también están en peligro: "no sabemos si van a extendernos el subsidio conseguimos", contó Lucrecia.

"Si vamos a hablar de igualdad, ¿porque en el proyecto no se menciona la obligación de que en todos los lugares de trabajo se garanticen medidas mínimas y elementales como estas, que permitirían a todas las familias obreras garantizar el cuidado de sus hijos y reducir la enorme carga laboral que recae casi exclusivamente sobre nosotras dentro del hogar? ¿Por qué no se garantizan jardines, comedores, lavanderías en todos los turnos?", interpeló. Todas esas tareas, que las mujeres realizan en sus casas, que insumen horas y horas de trabajo doméstico no remunerado, significan una ganancia enorme para los capitalistas, que no pagan por ellas, aunque son tareas que permiten que al otro día todos y todas vuelvan a trabajar.

Con la complicidad del Estado

“La mamá que hoy no puede alzar a su hijo por las tendinitis que causan los ritmos de trabajo, las mujeres que sufren abortos espontáneos en las líneas, las que llegan después de largas jornadas y tienen que seguir trabajando, van a seguir viviendo esta realidad, porque el mayor disciplinador que lograron las patronales es dejarnos en la calle”, manifestó Gentile.

La dictadura patronal, como la llamó Lorena, cuenta para ello con la complicidad de las instituciones del Estado, como la justicia, el ex Ministerio de Trabajo o las fuerzas de seguridad. Es lo que mostraron los casos de Lear (2014), de las leonas de PepsiCo (2017), o más recientemente del Hospital Posadas, de los trabajadores de Río Turbio, del INTI y del Astillero Río Santiago.

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“Todos luchando y teniendo que enfrentar represiones por defender el derecho al trabajo”, dijo, y agregó que “ninguna ley que no obligue a la patronales a invertir en condiciones de trabajo y a modificar el régimen de empleo, podrá garantizar igualdad para las mujeres. Tienen que ponerse límites reales a los ritmos de producción, que obliguen a las patronales a que haya rotación de tareas y que se hagan descansos obligatorios y sean respetados. Tienen que reconocerse las enfermedades laborales y tiene que haber descanso dominical obligatorio”, señaló.

Su compañera Lucrecia, que volvió a denunciar que el tarifazo del gobierno impuso sobre la gráfica una factura de un millón de pesos, exigió que el Estado garantice la continuidad del empleo imprimiendo en Madygraf materiales escolares de calidad. La integrante de la Comisión de mujeres de la ex Donneley también interpeló a los diputados presentes al señalar que "si nosotros como trabajadores autoorganizados podemos promover y garantizar estos y otros tantos derechos para las mujeres obreras, ¿cómo no se lo vamos a exigir a los patrones como una obligación?".

En apoyo al planteo que vienen realizando los diputados del PTS/Frente de Izquierda, Nathalia González Seligra y Nicolás Del Caño, Gentile y Borge también destacaron que “tiene que haber jardines maternales en todos los lugares de trabajo, día femenino, licencias por violencia de género y por maternidad y paternidad con goce de sueldo, tutela sindical para cada obrera que denuncie que sus derechos son vulnerados, para que no la puedan despedir; y tiene que haber, sobre todo, democracia sindical y comisiones de mujeres que velen día a día para que nuestros derechos se respeten”.

"La lucha es ahora"

Contra la demagogia en el debate, el sindicalismo de izquierda advirtió que la crisis económica, los acuerdos con el FMI y el presupuesto de ajuste que se debate en el Congreso golpean a las mujeres de manera particular. “Para nosotras la lucha es ahora, y por eso nos organizamos por nuestros derechos, por eso peleamos por dar continuidad al paro que hicimos el 25 de septiembre, y por eso exigimos a las conducciones sindicales un plan de lucha nacional, para derrotar definitivamente este plan de ajuste, frenar los despidos, el robo a los jubilados, las muertes por aborto clandestino, el ataque a la salud y a la educación, y para conquistar todos los derechos que nos faltan”, manifestó Gentile.

También hablaron Verónica Gago, del colectivo Ni Una Menos; la socióloga Paula Abal Medina (CONICET); la activista Marcela Tobaldi, del Frente Nacional Diana Sacayán; la periodista y economista Julia Strada, del Centro de Economía Política Argentina; Vanina Biasi, de la Organización de Mujeres Plenario de Trabajadoras (PO-FIT); y la docente Nora Goren (UNPAZ, UNAJ, UBA). El Frente de Mujeres Sindicalistas, que integran organizaciones alineadas con el kirchnerismo y con las conducciones de la CGT, de la Corriente Federal de los Trabajadores, de las CTA y de la CTEP, también estuvieron presentes.

El debate sobre la necesidad de profundizar la lucha en las calles por los derechos de las mujeres así como la necesidad de impulsar esa lucha de manera independiente, sin ataduras a los gobiernos de turno, a las instituciones del Estado, a los partidos de los empresarios o a los organismos internacionales, también quedó planteada en los testimonios que llevaron desde el sindicalismo de izquierda.