En un avance represivo a raíz de los atentados del día sábado, el gobierno detiene a militantes y diputados del opositor y principal partido pro kurdo de Turquía.
Martes 13 de diciembre de 2016 02:48
En la noche del sábado 10 se realizaron dos atentados en las mediaciones del estadio de Estámbul. Ambos sucedieron una vez que las simpatizantes del Besiktas y del Bursaspor habían abandona la zona, teniendo como víctimas principales a los agentes policiales que realizaban el operativo de seguridad. El resultado hasta el momento es de 44 muertos, 36 policías y 8 civiles.
Frente a estos hechos, el presidente Recep Erdoğan exclamó que va a "luchar hasta el final contra la lacra del terrorismo". Si bien desde el gobierno se buscaba responsabilizar al Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), el domingo los hechos fueron reivindicados por los Halcones de la Libertad del Kurdistán (TAK).
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En el marco de los atentados, el gobierno de Turquía aprovecha la situación para avanzar en su escalada represiva y atacar a los representantes del pueblo kurdo. La policía turca detuvo a mas de 200 personas de las cuales 118 son miembros del HDP, que es el principal partido pro kurdo y representa la tercer fuerza dentro del parlamento. Fue bajo la acusación de mantener relaciones con el PKK. Las redadas fueron en cinco provincias e incluyeron irrupciones en los locales partidarios, requisa de computadoras y documentos. Dentro de los detenidos se encuentran los líderes del HDP: Selahattin Demirtas y Figen Yüksekdag.