Se trata de tres trabajadores contratados por el Banco Nación, fueron llevados de Buenos Aires a Villa Dolores por el propio banco y enfrentan una posible condena de hasta 15 años de prisión.
Miércoles 12 de agosto de 2020 09:44
La Dra. María Eugenia Ferreyra, Fiscal de Instrucción de Segunda Nominación de la ciudad de Villa Dolores citó a declarar a tres trabajadores del Banco Nación oriundos de Buenos Aires que fueron gravemente imputados por contagiarse de Covid-19 y acusados de propagación de una enfermedad peligrosa y contagiosa para terceros culposa e infracción de una medida sanitaria contra la pandemia en concurso ideal, penada con hasta 15 años de prisión.
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Los trabajadores realizaron tareas de mantenimiento en el Banco Nación de la localidad. Se los responsabiliza de traer el virus a la zona, se los acusa en definitiva, de enfermarse, resulta escandaloso. Los trabajadores esenciales y muchos que no lo son, deben ir a trabajar porque no pueden decidir si quedarse en casa o no. La realidad es que miles en el país no pueden hacer aislamiento preventivo porque si se quedan en su casa no comen, los despiden, les rebajan el salario, son suspendidos o no pueden llevar el pan a sus casas.
Como es sabido, el Estado deslindándose de todo tipo de responsabilidad avanza sobre el eslabón más delgado: los trabajadores. El Banco Nación, su empleador ni siquiera garantiza las medidas sanitarias y de seguridad para cuidar a sus operarios y disminuir la exposición. El COE, organismo encargado de controlar los accesos y el cumplimiento de la cuarentena, fue otro que se desvinculó de responsabilidad a pesar de ser el organismo que debería responder.
Cuando se da a conocer el primer caso de Covid, la municipalidad de Villa Dolores, el COE y el Banco Nación no hicieron otra cosa que pasarse la pelota. Pero eso sí, rápidamente aunaron criterios y descargaron la responsabilidad de que Traslasierra dejara de ser zona blanca en los trabajadores, quienes a pesar del aislamiento tuvieron que salir a trabajar y no se les permitió hacer los 14 días de cuarentena, ni tampoco se los hisopó al ingresar. No pudieron elegir. En muchos lugares de trabajo las patronales obligan a sus trabajadores a asistir bajo amenaza de perder el empleo. Así como pasó en el Banco, las patronales no garantizan las medidas de seguridad y sanitarias o son insuficientes para cuidar la salud de los operarios.
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Mientras avanza la presión en la apertura de la cuarentena por presión del empresariado, el gobierno nacional y provincial refuerza los ejes de sus discursos en la responsabilidad individual para frenar los contagios y avanzan en reactivar áreas de la economía sin exigencias de cuidados específicos para las y los trabajadores.
Por eso es necesario que en cada lugar de trabajo se pelee y se conquisten comisiones de seguridad e higiene independientes de las patronales y las burocracias sindicales, dirigida por sus trabajadores que son quienes deben decidir las condiciones y protocolos de trabajo para cuidar su salud. La vida de los trabajadores importa, en ese marco es que esta imputación es grave y merece el más amplio repudio. El Estado y las patronales son responsables de la cantidad de trabajadores enfermos de Covid-19. Una vez más nos quieren enfrentar entre nosotros.
Trabajadores de una provincia y otra y así dividirnos. Hoy más que nunca es imperioso unir las fuerzas, organizarnos junto a los trabajadores docentes, de salud, transporte, servicios, los precarizados los sectores populares, los jóvenes (muchos hostigados por la violencia policial) y estudiantes para que esta crisis no la paguemos nosotros con hambre, desocupación, empeorando nuestra salud y así exigir que se inviertan las prioridades. Nuestras vidas importan. Es una tarea necesaria, lo posible no alcanza.
