Indignación y críticas han sido la respuesta a los misóginos y sexistas dichos de Manuel Corrales (UDI), Gobernador - y por tanto representante del oficialismo - de la Provincia de Copiapó. Lo que muestra la doble moral de la derecha.
Natalia Sánchez Concejala Antofagasta por el Partido de trabajadores Revolucionarios, Médico del Hospital Regional de Antofagasta y parte de la Agrupación de Trabajadores de Salud "Abran Paso"
Viernes 26 de julio de 2019
Desde distintos flancos han llegado las críticas por los dichos sexistas de Manuel Corrales (UDI), gobernador de la provincia de Copiapó, quien tras terminar un vídeo acerca del balance del trabajo de la Gobernación cierra “con broche de oro" al preguntarle a su interlocutor “¿a ti cómo te gustan, tetonas o rajonas?”, cuestión inaceptable no sólo por su puesto político, sino que por el contexto internacional de la lucha contra el machismo y el patriarcado que el movimiento de mujeres ha instalado en las calles.
Es así que, luego de que en Copiapó se hallara el cuerpo muerto de Marina Cabrera, mujer desaparecida desde febrero y que fue encontrada calcinada en una mina en la periferia de la ciudad, caso que se encuentra bajo investigación por su relación con otros dos femicidios y que se suma a los 26 femicidios en lo que va del año según las cifras oficiales.
Es así que bajo esta moral conservadora es “aceptable” que se trate a las mujeres hipersexualizandolas y refiriéndose a ellas como objetos que son en mayor o menor medida del gusto de quien la observa o utiliza, casi como un objeto de consumo a su disposición.
Por otro lado, es necesario sacar la moral conservadora de la Iglesia de los debates respecto de los problemas de género y sexualidad, como son los femicidios, los crímenes de odio contra la comunidad LGTBQI+, la necesidad de implementar una educación sexual integral y del derecho al aborto legal, libre, seguro y gratuito.
De este modo, la derecha de Piñera por más que se diga “feminista” hace gala de su sexismo y misoginia con dichos como los de Corrales, que reiteran prácticas machistas que impiden avanzar en los debates de género.
