El domingo 1 de marzo por la noche el programa “La cornisa” de Luis Majul, que se emite por América lanzó al aire, por primera vez, varias escuchas de las que supuestamente el fiscal Nisman se valiera para acusar tanto a CFK como a Timmerman, con la apoyatura de Larroque (diputado K y líder de La Cámpora), el inefable Luis D´Elía y Fernando Esteche de Quebracho, de encubrir a funcionarios iraníes del atentado a la AMIA. Luego Infobae y diversos medios las reprodujeron todas: son más de 40.000. Miles de horas captadas por la exSIDE.
Mirta Pacheco @mirtapacheco1
Martes 3 de marzo de 2015
Un nuevo capítulo de los carpetazos en la “guerra de servicios” se abrió el primer día del mes cuando anochecía y en este capítulo los actores (secundarios en la trama de fondo: la causa AMIA) son el mismo D´Elía dialogando con Jorge Alejandro “Yussuf” Khalil, que es el Secretario General de la mezquita shiita “At Tauhid” del barrio del Floresta. Khalil fue acusado por Nisman de ser un agente de los servicios de inteligencia persa y como tal un “facilitador” de las negociaciones de Irán con el gobierno argentino.
También las escuchas, que van desde fines del 2011 hasta fines del 2013, tienen como protagonistas, y acá está la novedad porque las de D´Elía/Khalil ya se conocían, a Moshen Rabbani quien fuera agregado cultural de Irán en el país y acusado por Nisman, gracias a los “servicios” de Stiuso, de ser uno de los organizadores del atentado a la AMIA. Causa armada por el fiscal fallecido, con el aval de los gobiernos kirchneristas, sin pruebas y basada en informes de la CIA y el Mossad de Israel.
En esta causa sin pruebas se basaban los “desgañites” de Cristina en las Naciones Unidas. Esto claro está, antes del giro emprendido por el gobierno nacional con respecto a Irán, vía el Memorándum, pretendiendo adelantarse a la nueva política de acercamiento de Obama hacia el país persa. Por supuesto que CFK habló de la AMIA pero siempre fue: primero para levantar una acusación sin pruebas fehacientes, lo que no hacía otra cosa que continuar con la impunidad del caso; luego siguiendo como la sombra al cuerpo la política exterior de EEUU, creando un acuerdo (el Memorándum) que ya se sabía no iba a aportar un gramo de verdad y justicia a los familiares de las víctimas de la mutual judía. Once años de tres gobiernos kirchneristas donde los servicios de inteligencia, fiscales y jueces (colonizados por agencias de inteligencia extranjeras) se empeñaban en sostener la impunidad del Estado argentino sobre la masacre de la AMIA.
Volviendo a las escuchas difundidas: Rabbani conversa con Adalbelto Assad, presidente de la Confederación de Entidades Argentino – Árabes, sobre la reinstalación de los acuerdos comerciales entre los dos países a partir de la firma de ese famoso memorándum de entendimiento. Algo que, Alberto Nisman acostumbrado a “comprar” todo lo que los servicios le “vendieran”, opinaba que era plausible de delito. La escucha aportada por los agentes de la exSide data del 28 de marzo de 2013.
También aparece Ramón “Alan” Bogado. Al que el titular de la Secretaría de Inteligencia, ahora por ley Agencia Federal de Inteligencia (AFI) Oscar Parrilli, negara que fuera un servicio, por lo menos “en blanco”. Se lo puede escuchar conversando con Khalil sobre el mismo Nisman y su ex esposa la jueza Sandra Arroyo Salgado, comentando el tráfico de influencias entre el Poder Judicial y los servicios de inteligencia. Se puede pensar que para no ser un servicio de inteligencia contaba con demasiados datos. Información absolutamente desconocida por el conjunto del pueblo trabajador.
Miles de horas de escuchas telefónicas obtenidas por la ex SIDE con dudosa legalidad (nos referimos a las que rige el propio Estado) en realidad de lo que hablan es, por un lado, de la actividad de espionaje sobre millones de conversaciones telefónicas. Pero además, de esa “guerra de servicios” y donde por un lado el gobierno tira carpetazos como la acusación a Stiuso sobre enriquecimiento ilícito, lo cual por otro lado es muy fácil de suponer tratándose de un hombre que manejaba personal de inteligencia, tráfico de influencias, que opera desde la dictadura a esta parte. Pero que fue este mismo gobierno quien lo prohijó por más de una década. Y que ahora pasó a ser el enemigo público número uno. Del otro lado otros sectores de servicios que vieron con muy malos ojos el alejamiento de Stiuso. Y los grandes medios de comunicación opositores y periodistas que siempre se han valido de esos “informantes”.
Todo esto aporta más razón al reclamo de la apertura irrestricta de todos los archivos de seguridad y que una comisión investigadora independiente del gobierno pero también de la oposición tradicional, tenga plenos derechos para investigar el atentado a la mutual.
Tanto el gobierno como los partidos del régimen hacen e hicieron uso de esos servicios de inteligencia. Si el lector quiere dos botones de muestra basta con recordar que Sergio Massa tiene como asesor de campaña a Juan José Alvarez ex jefe de la SIDE en la dictadura genocida y que Mauricio Macri está procesado por escuchas ilegales a familiares de víctimas de la masacre que costó la vida a 84 personas.