El IPEM 136 Anexo “Alfredo Palacio”, de barrio 1° de Mayo de esta Capital, fue tomado por padres y alumnos el día de ayer, debido a que no cuentan con un edificio apto para realizar las actividades con normalidad.
Paula Aznar Docente | Corriente Nacional 9 de Abril
Miércoles 15 de abril de 2015 15:35
Según nos comentó Celeste, una docente del colegio, este anexo fue creado por iniciativa de la comunidad del barrio Ampliación 1° de Mayo, por la necesidad de que funcione un secundario en la zona. Año a año se fue creando un nuevo curso y hasta hoy el IPEM cuenta con quinto año. El problema edilicio es tal que las clases debieron comenzar un mes y medio después del inicio del ciclo lectivo y aun así las irregularidades siguen. Los alumnos de 1er año deben cursar en un salón comunitario por fuera del colegio, o en su defecto utilizan una preceptoría que no cuenta con el espacio y mobiliario necesario. Otras veces se sientan en el suelo del pasillo a escuchar la clase.
El Ministerio de Educación viene prometiendo hace años la construcción del edificio, pero claramente no cumplió, la empresa constructora licitada frenó las obras hace 25 días argumentando que los cimientos no se secaron aun, pero la comunidad sostiene que todo está apto para continuar la construcción. Las autoridades consideran la toma como una “modalidad agresiva” debido a que el plazo para la finalización de obra es en los primeros días del mes de Mayo, pero la cantidad de días sin trabajo en la construcción y los años de retraso en la finalización del edificio fueron motivos suficientes y valederos para que padres y alumnos tomaran el colegio exigiendo un espacio apto para el funcionamiento del secundario.
La jugada del Ministerio para revertir la toma fue enviar ayer a la tarde bancos para equipar las aulas que hasta la fecha no están finalizadas o, peor aún, no han comenzado a construir. La actuación del gremio es igual de canallesca, la UEPC (Unión de Educadores de la Provincia de Córdoba) alega desconocer lo que ocurría en el IPEM 136 Anexo, aun cuando días atrás envió mails a los docentes del colegio presionándolos para que se presenten a trabajar, es decir, no sólo no apoyan el pedido de los docentes y la comunidad, sino que actúan fiel a su rol de burocracia y no como representante de los y las trabajadoras de la educación.
La decisión de padres y alumnos es seguir con la toma hasta obtener un compromiso concreto por parte del Ministerio y la empresa constructora para que el edificio sea finalizado en el plazo convenido, y de esa manera poder realizar el dictado de clases con normalidad.