Tras el contundente paro de 48 hs y la multitudinaria movilización de trabajadoras y trabajadores de la salud y la educación, este jueves las escuelas estuvieron casi vacías. A través de grupos de WhatsApp y redes sociales, las familias de la comunidad educativa se organizan para apoyar el reclamo por salario y contra el ajuste
Jueves 28 de julio de 2022 15:12
Este jueves las escuelas de Mendoza amanecieron casi vacías. Tras el contundente paro de 48hs de las y los trabajadores de la educación, que alcanzó el 90 % de acatamiento en prácticamente toda la provincia, y la masiva movilización del lunes, donde más de 25 mil personas rechazaron la miseria salarial del Gobierno de Suárez, la normalidad no volvió a las escuelas.
A través de grupos de WhatsApp y las redes sociales, las familias de las y los estudiantes de las escuelas comenzaron a organizarse para apoyar la lucha docente por el salario y contra el ajuste en la educación y la salud. "Ahora nos toca a los padres apoyar al docente! Sumate no enviando a tus hijos a clase ni jueves ni viernes, por un salario digno", decía una de las publicaciones que circuló entre las familias de la escuela Patricias Mendocinas. "Ayudemos a nuestros docentes a que el Gobierno provincial reconozca el pedido de mejoras laborales y económicas", decía la convocatoria impulsada en la escuela Francisco Gabrielli. Los mensajes se repitieron a lo largo y ancho de la provincia.
Mientras el Gobierno provincial intentó deslegitimar la lucha, primero mintiendo sobre el acatamiento al paro (al final tuvieron que reconocer que fue masivo), luego amenazando a los propios estudiantes con faltas injustificadas para quienes no concurran a las escuelas, la unidad entre las y los trabajadores de la educación y la comunidad de las escuelas garantizó la contundencia del paro y la continuidad de la lucha.
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¿Quiénes saben mejor que las familias de las escuelas del esfuerzo que hacen día a día las y los trabajadores de la educación para mantener las escuelas funcionando? Con salarios que apenas superan la mitad de la Canasta Básica, las y los trabajadores de la educación sostienen día a día las escuelas de toda la provincia. Su lucha no es solo por su salario, es contra el deterioro edilicio en cientos de escuelas que se caen a pedazos, es también contra el ajuste en la alimentación de decenas de miles de niños, niñas y adolescentes que todos los días comen en las escuelas ante la crisis que golpea fuerte sobre las familias trabajadoras de toda la provincia.
También es contra las medidas arbitrarias y burocráticas permanentes, que lejos de mejorar, atentan contra la calidad de la educación. La fuerza está, hay que unirla para que esta crisis no recaiga en las condiciones laborales y de vida de la clase trabajadora.
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"Me sentí tan indignada, fui a comprar un block de hojas para mi hija y me costó $ 500. ¿Hasta cuándo vamos a aguantar?, no me alcanza para nada, tenemos que unirnos", fue otro de los mensajes explicando el apoyo de las madres y padres. Porque el ajuste no es solo sobre los salarios: este mismo jueves, la comunidad educativa de la escuela "Tito Laciar" de Guaymallén denunció que cortaron el gas por falta de pago en el establecimiento.
La propuesta “sensible” que ofreció hoy el Gobierno
La "nueva" propuesta salarial del Gobierno equivaldría a $ 4.000 de aumento para una celadora y de $ 4.200 para una maestra. Una verdadera burla para quienes en lo que va del año ya perdieron un 20 % del salario frente a la inflación. Mientras los funcionarios del Gobierno siguen ostentando sueldos y dietas que equivalen al salario de más 10 trabajadoras de la educación, como en el caso de los legisladores e incluso al salario de 20 maestras, como en el caso de los funcionarios del tribunal de cuentas que cobran más de un millón de pesos, como reveló el diario MDZ esta semana.
Esa unidad y solidaridad que se expresa, se tiene que convertir en organización, con asambleas comunes de toda la comunidad educativa para discutir entre todos y todas como continuar la lucha por más para educación y salud. La situación es insostenible en la provincia, la inflación supera la media nacional y una familia necesita casi $ 100.000 para no ser considerada pobre. Muchas familias se debieron ajustar en los alimentos y cada vez más estudiantes dependen de la escuela para garantizar su alimentación. Esta lucha es también por ellos y sus familias, quienes viven en carne propia el ajuste que enfrentan hoy las y los estatales de toda la provincia. Por eso es necesario avanzar en la unidad de las luchas entre todos los trabajadores y trabajadoras, para torcerle el brazo al Gobierno y que no sean las familias trabajadoras quienes paguen la crisis.