Para “ordenar, contener y cuidar la paz social”, el PJ de La Matanza insiste en colaborar con el Gobierno, mientras avanza el saqueo de los capitalistas. Un programa para que la crisis la paguen ellos.
Virginia Gómez @mavirginiagomez
Viernes 7 de septiembre de 2018
Mientras el Gobierno se entusiasma porque avanza la negociación con los 24 gobernadores para votar un presupuesto de ajuste el 2019, el PJ bonaerense no se queda atrás.
Una confesión
Fernando Espinoza, el jueves en la reunión de los intendentes con la CGT, volvió a insistir en que “hay que llamar a una mesa de diálogo ya para buscar las soluciones a la crisis entre todos”. El diputado nacional, oriundo de La Matanza, remarcó nuevamente que se necesita “una mesa de diálogo donde esté la Iglesia, el movimiento obrero, los pequeños y medianos empresarios, los pequeños y medianos productores agrícolas, los estudiantes y todos los bloques parlamentarios, para que entre todos podamos salir de este momento dificilísimo”.
Por su parte, Ricardo Rolleri, concejal de La Matanza que preside el bloque del FpV PJ, según declaró en los medios locales, participó de una reunión de emergencia con la Intendenta Magario y Espinoza donde resolvieron que “la prioridad es ordenar, contener y cuidar la paz social. No entrar en provocaciones ni sumarse a aventuras políticas. Nosotros no somos destituyentes”, al mismo tiempo que sostuvo que “la consigna en esta hora difícil es organizarse, trabajar y contener. Nosotros queremos llegar por el voto popular”, dejando en claro los intereses electorales del PJ local en medio del saqueo de los capitalistas.
A pesar de que el Gobierno ya declaró todas sus intenciones a viva voz, los dirigentes del PJ de La Matanza insisten en querer charlar con el Gobierno, en una mesa que tenga en la cabecera a la Iglesia. Una institución altamente cuestionada por su rol en la dictadura, que recientemente quedó nuevamente en evidencia, por sus operaciones reaccionarias contra el derecho al aborto que exigía la juventud. Ahora los peronistas locales confiesan que quieren ponerla al frente de esta crisis económica y política, mientras decenas de miles adhieren a la campaña de Separación de la Iglesia del Estado, y firmaron el proyecto de derogación de sus privilegios de Nicolás del Caño y Nathalia González Seligra (PTS-FIT).
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No le hacen ni cosquillas
Pero Espinoza no conforme con los llamados a conversar con el Gobierno también presentó dos propuestas, en medio de la crisis.
Por un lado, “que los agroexportadores tengan la obligación de liquidar las divisas en Argentina: son 28 mil millones de dólares”; y por otro , planteó que “pedimos plata afuera cuando podríamos tenerla acá y a los que blanquearon la plata, los amigos de Macri, pedimos que se les vuelva a cobrar la alícuota de 2,5 por ciento si no vuelven a traer la plata a la Argentina”.
Con respecto a la liquidación de divisas en la Argentina, lo cierto es que los agroexportadores lo hagan o no, las fabulosas ganancias que están adquiriendo con la especulación, son sólo para acrecentar sus arcas, y no cambia en lo sustancial el plan de ataque del Gobierno y el FMI, contra los trabajadores y el pueblo. ¿Por qué? Son menos de 100 empresas las que controlan el comercio exterior según sus propios intereses, y desde ya han sido beneficiadas con la desregulación del mercado que estableció Macri. Pero sólo la nacionalización de la banca y el monopolio del comercio exterior pueden parar la fuga y el saqueo, que beneficia a los grandes capitalistas, entre ellos, los agroexportadores. Estas medida permitirían que todas las divisas de la exportación se inviertan y distribuyan en función de las necesidades del pueblo trabajador, para lo cual es necesario avanzar en la reorganización del conjunto de la economía.
Por otra parte, Espinoza propone un irrisoria alícuota de 2.5% para los amigos de Macri que “blanquearon la plata”, cuando es sabido que el blanqueo es un mecanismo para legalizar la evasión y la especulación de empresarios y funcionarios, que termina premiando la evasión impositiva, la fuga de capitales y el dinero que proviene de la corrupción, en particular de la “Patria Contratista” que involucra a este Gobierno y el anterior. Por ejemplo, los empresarios que declararon como “arrepentidos” en la causa de la fotocopias de los cuadernos de las coimas, blanquearon 10 mil millones de pesos. La alícuota que propone Fernando Espinoza, para quienes hicieron estupendos negocios, representaría sólo 250 millones de pesos. Un chiste, en el país donde el billete verde ronda los 40 pesos y se fugaron 20 mil millones de ¡dólares! en los primeros siete meses del año.
Ahora, si tomamos el “blanqueo” del conjunto de los empresarios (y no sólo el de las fotocopias de los cuadernos), que según Espinoza asciende a 123 mil millones de dólares, el edil peronista les daría el “perdón” a cambio de sólo 3 mil millones.
Las medidas propuestas por el diputado nacional del PJ son pura demagogia en medio de una verdadera sangría. El 53% del déficit fiscal de 2018 se va solo en vencimientos de la deuda pública. La cifra asciende a $406.548 millones este año y crecerá un 50% hacia 2019, alcanzando los $ 608.887 millones, de acuerdo a los documentos presentados por Dujovne el último lunes. Estas son las cifras que explican el saqueo, y las que hay que enfrentar, mientras los Gobernadores negocian con Macri.
Como explicó la economista Lucía Ruiz en este mismo medio: “El mecanismo de la deuda externa está diseñado para perpetuar la explotación de los prestadores imperialistas sobre los países deudores, con el fin de permitir que los grupos especuladores y bancos internacionales (Blackrock, Templeton, JP Morgan) puedan realizar sus ganancias, aumentando la injerencia geopolítica y aleccionando a los trabajadores y sectores vulnerables a través de ajustes fiscales que incluyen despidos, procesos de privatización, reformas previsionales, laborales, y devaluando el poder de compra de los salarios”.
No dejemos para mañana, lo que podemos hacer hoy
La propia crisis impone que es necesario avanzar en tirar abajo el plan de ajuste, e implementar medidas que afecten las ganancias de los capitalistas, antes de que se consume el conjunto del saqueo. La nacionalización de la banca, el no pago de la deuda y el monopolio del comercio exterior, son medidas que sólo la clase trabajadora, organizada democráticamente y con la lucha, puede imponer.
Por eso lo que está planteado es construir una fuerza militante de miles de trabajadores, jóvenes y mujeres anticapitalistas, que avance en la construcción de un propio partido, que supere la experiencia del peronismo y le arranque los sindicatos a la burocracia sindical, para que esta vez sea una realidad que la crisis la paguen ellos, los que la generaron.
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Virginia Gómez
Nació en Buenos Aires en 1982. Es Licenciada y Profesora en Enseñanza Media y Superior en Ciencia Política (UBA). Milita en el Partido de los Trabajadores Socialistas (PTS) en la zona Oeste del Gran Buenos Aires.