Domingo 19 de octubre de 2014 14:18
El objetivo de esta columna semana a semana es el de acercar al lector un panorama, una "idea" de lo que se discute entre la llamada "opinión pública", o en los círculos políticos de un puñado de países imperialistas, los que dominan la política y la economía mundial, a través de lo que de ellos se "refracta" en los editoriales dominicales de sus principales diarios. Tratamos por lo general de buscar cierto hilo conductor entre ellos, dado que, a diferencia de Argentina, estos países (normalmente venimos cubriendo EE.UU, Gran Bretaña y Alemania, y en una nota aparte Francia) tienen la característica de ser los más importantes "jugadores mundiales" porque defienden sus intereses que determinan la política mundial, y ante los grandes hechos suelen tener preocupaciones similares.
Esta semana, por caso, sigue siendo Medio Oriente una preocupación generalizada, aunque el New York Times insiste con presionar por una política distinta en Egipto, uno de los principales aliados norteamericanos en la región, mientras que también, en una columna de opinión destacada, discute sobre el ébola y la profusión de teorías conspirativas sobre el tema, como un revelador de los miedos de la sociedad occidental. The Observer/The Guardian de hoy escribió sus editoriales sobre el debate del congelamiento de embriones y una discusión sobre la calidad de las universidades británicas, algo que, con lo importante que pueda ser allí, para el lector de afuera que sigue la política mundial puede tener poco interés, por lo cual tomaremos una columna de opinión muy destacada, sobre las medidas que está tomando el gobierno británico para perseguir a la disidencia "islámica" en Gran Bretaña. Por último, analizaremos una interesante nota de opinión del Frankfurter Allgemeine Zeitung sobre los problemas militares y políticos del imperialismo en la ofensiva contra el Estado Islámico.
New York Times: la política de derechos humanos como legitimación de la intervención imperialista en Medio Oriente
Con el título de "Un reproche de Jimmy Carter a Egipto". Su editorial de hoy sigue insistiendo en la política de Obama hacia Egipto. "Durante tres décadas, el Centro Carter en Atlanta, liderado por el ex presidente Jimmy Carter, se ha establecido como un respetado defensor de los derechos humanos y la democracia. Ha enviado observadores a 97 elecciones en 38 países, trabajó para convencer a los gobiernos de que respeten las libertades y los derechos humanos y apoyando a los ciudadanos que defienden estos principios. Sin embargo, ha tirado la toalla en Egipto. En un comunicado la semana pasada, el centro anunció que iba a cerrar su oficina en El Cairo tras casi tres años y no enviaría expertos para supervisar las elecciones parlamentarias a finales de este año. "El ambiente actual en Egipto no es propicio para elecciones verdaderamente democráticas y para la participación cívica" dijo el Sr. Carter como parte de la declaración, y advirtió que hacer campaña política en una situación tan polarizada "podría ser extremadamente difícil, y posiblemente peligrosa para los críticos del régimen "."
Paradójicamente, para el NY Times, este "tirar la toalla" es un acto de valentía... Jimmy Carter fue presidente de EE.UU, por el Partido Demócrata, entre 1977 y 1981. Luego del escándalo del Watergate que hizo renunciar al presidente republicano Richard Nixon, Carter fue arquitecto de la política de levantar la bandera de los "derechos humanos" como una forma de enmascarar mejor los objetivos imperialistas, tras el debilitamiento de EE.UU por su derrota en Vietnam y el desprestigio de la política norteamericana como autoritaria y por apoyar a salvajes dictaduras militares en el tercer Mundo durante la década de 1970. Las denuncias a las violaciones de los derechos humanos sobre todo iban dirigidas al bloque soviético y a los rivales de EE.UU. Fue el arquitecto de la alianza entre Egipto e Israel, que convirtió al primero en un aliado seguro. El Centro Carter es una "organización no gubernamental" financiada internacionalmente por poderosos empresarios y "filántropos", entre los que se encuentran miembros de las monarquías pro-norteamericanas más reaccionarias de Medio Oriente.
Continúa el NY Times: "Una ’ley sobre la protesta’ aprobada en 2013 limita drásticamente las libertades de expresión y de reunión. Otra ley que data del régimen de Hosni Mubarak, quien fue derrocado en 2011, tiene por objeto la regulación de los grupos civiles no gubernamentales, así como organizaciones internacionales como el Centro Carter. El centro señaló que el gobierno del Sr. Sisi estaba ejecutando dicha ley con mayor dureza, mientras propone una nueva ley que sería aún más restrictiva. El Sr. Sisi también ha modificado el código penal para que las personas acusadas de recibir dinero o armas de un país u organización del exterior reciban una sentencia de cadena perpetua."
La bandera de los derechos humanos en función de la política imperialista también se ha desgastado, luego de su utilización degradada por otro presidente demócrata en la década de 1990, Bill Clinton, para justificar las "intervenciones humanitarias" en la península de los Balcanes. La administración Obama, del mismo partido que Jimmy Carter, lleva esta degradación hasta el final, particularmente debido a que las amenazas que hoy está enfrentando, como ser los distintos grupos yihadistas entre los que se destacan las fuerzas del Estado Islámico (ISIS), fueron producidos con abundates dólares del Tesoro norteamericano desde la época de Carter, como "luchadores por la libertad", contra las "tiranías" de Medio Oriente apoyadas en ese entonces por la URSS, pero que luego tomaron voluntad política propia, desafiando la declinante hegemonía de EE.UU. El NY Times viene ubicándose como consejero de la administración para proponer una política de "palomas" contra los "halcones" de la actual política exterior norteamericana, para ayudar a superar su crisis de hegemonía, como se expresó también en su propuesta de "apertura" hacia Cuba de la semana pasada.
Por otra parte, otro de los artículos importantes del NY Times de hoy se refiere a "Las teorías conspirativas sobre el ébola", haciendo un repaso de las distintas versiones que circulan por medios de comunicación de todo el mundo, desde que se trata de un arma biológica diseñada por EE.UU para dominar el mundo o que fue creada por las grandes empresas farmacéuticas mundiales para lucrar con nuevos medicamentos.El diario cita la opinión de un científico, que plantea que: "la verdad es que dependemos de las empresas privadas para desarrollar y producir nuestros productos farmacéuticos. Aunque esto no nos guste, no es tan difícil de concebir ni tan paranoico imaginarse que las empresas privadas actúan en su propio interés."
The Observer/The Guardian: Perseguir al islamismo radical como "traidores a la patria" o como "terroristas": el progresismo y el "populismo penal."
Un columna de opinión destacada de hoy en este diario londinense, a cargo de la escritora Stephanie Merritt, trata sobre la propuesta de un diputado del Partido Conservador. En "Los yihadistas son terroristas, no los acusen de traición" ( http://www.theguardian.com/commentisfree/2014/oct/18/jihadis-are-terrorists-dont-charge-them-with-treason ), la escritora plantea, en el diario "progresista" de la capital británica, de qué manera lidiar con aquellos ciudadanos británicos sospechosos o acusado de "jurar lealtad al Estado Islámico".
A tiempo para el comienzo de la temporada de la literatura sobre pólvora, traiciones y complots, el secretario de Relaciones Exteriores, Philip Hammond, ha propuesto revivir la dormida Ley de Traición de 1351 contra los yihadistas británicos que juran lealtad al Estado Islámico (Isis) (...) dijo que el delito de traición a la patria requiere un tratamiento especial, ya que es "peor que el asesinato". Esta ley fue utilizada a lo largo de la historia en Gran Bretaña, particularmente en el período isabelino, en el siglo XVI, cuando la Iglesia de Inglaterra se separa de la de Roma, y los católicos son considerados como potenciales enemigos del Estado, por jurar fidelidad al Papa por sobre la propia patria. Mientras este tipo de acusaciones son utilizadas discrecionalmente contra la numerosa comunidad árabe y musulmana del Reino Unido, la escritora plantea que es incorrecta la clasificación de traición, y que se los debe juzgar por terrorismo... Como dice Enzo Traverso en un libro reciente, mientras que el antisemitismo, a partir de la creación del Estado de Israel, ha dejado de jugar un lugar aceptado como forma de racismo en Occidente, hoy ese puesto lo ocupa la islamofobia, que tiene paralelos con el antisemitismo de antaño, por considerar a sus víctimas como sospechosos de ser "un Estado dentro de otro Estado". Este consenso también engloba al progresismo.
Por otra parte, en una columna de opinión más inteligente, el pasado viernes 17, en el mismo diario, Jonathan Friedland plantea que el ISIS y el ébola son "amenzas gemelas que revelan nuestra impotencia". En esta nota, el autor plantea que la brutal campaña mediática sobre ambos temas, aparentemente tan distintos, tiene puntos en común: precisamente el miedo occidental al "otro", esa preocupación que dio origen la antropología como disciplina en el mundo desarrollado frente al resto del planeta, y a que se desdibuje de alguna manera la estricta barrera que para el orden imperialista los separa "del resto del mundo". Para la cobertura de las noticias de Occidente, las miles de muertes por ébola en África o los miles civiles árabes asesinados por el ISIS en Medio Oriente no impresionan, no son más que pura estadística sin cuerpo, sin personalidad. Pero cuando apenas un puñado de miembros de la civilización occidental en lugares más identificables del planeta como España o EE.UU contraen el ébola, o un puñado de periodistas de Europa y Norteamérica son decapitados por el ISIS, entonces el tema se vuelve una preocupación. "El otro" deja su lugar predeterminado, el de los confines perdidos del trópico subsahariano o de las aldeas del Kurdistán sirio, y amenaza con invadir el Primer Mundo. Para el lector argentino: del civilización o barbarie sarmientino a civilización y barbarie.
Frankfurter Allgemeine Zeitung sobre los problemas de los ataques aéreos de EE.UU contra el ISIS.
Hoy el diario de la capital financiera de Alemania publica como artículo destacado un largo texto de Marco Seliger, "La lucha contra el ISIS. Un enemigo astuto y más inteligente".
"¿Por qué EE.UU no bombardea a los combatientes de ISIS hasta exterminarlos? Porque esto no es tan simple. Los grupos son autónomos y extremadamente ágiles. Occidente ahora responde con fuerzas especiales descentralizadas (...) [Son] demasiado pequeños e insignificantes para bombas de 40.000 dólares (...) Estados Unidos vuelve a encarar una guerra aérea. Pero a diferencia de Afganistán, los bombarderos ahora apenas encuentran objetivos. La razón es que hasta ahora los norteamericanos no han utilizado equipos especiales de reconocimiento. El presidente Barack Obama no quiere dejarse arrastrar a una guerra terrestre.(...) Las milicias del "Estado islámico" están entrenadas en la guerra de guerrillas y en tácticas militares extremadamente flexibles."
"El método del "enjambre" [swarming] no es nuevo. Lo utilizaron los partisanos que lucharon contra el ejército de Napoleón y luego contra la Wehrmacht en Rusia, y el Vietcong luchó de esta manera contra los estadounidenses en Vietnam, así como el Hezbollah hace ocho años contra las fuerzas israelíes en el Líbano. El "enjambre", según el analista militar estadounidense John Arquilla, "es el método más popular de lucha entre los insurgentes y los terroristas." El estratega militar chino Mao Tsetung había instruido a sus combatientes para que nadaran como peces en el agua entre el pueblo. Los yihadistas de IS se ocultan entre la población y atacan lugares diferentes. Se centran en las grandes ciudades, en las que pueden retirarse y esconder allí a sus vehículos y tanques en los barrios. La población les da protección contra los aviones norteamericanos y a los pilotos de los bombarderos se les instruye para que aborten una operación en caso de duda, antes de hacer blanco contra una casa habitada. El presidente estadounidense Barack Obama quiere evitar bajas civiles a toda costa, porque, como dice John Arquilla, cada víctima civil sunnitas de los estadounidenses es una victoria propagandística para el ISIS. Según el experto militar estadounidense, solo hay una oportunidad para derrotar a los terroristas: Vencerlos en su propio juego."
Los grupos yihadistas proliferaron como resultado de ser visibilizados como una alternativa frente a los regímenes pro-imperialistas de la región. Sin embargo, la referencia por parte del diario a las tácticas de "enjambre" da una dudosa y sospechable idea de popularidad del ISIS entre la población, que es utilizada por los medios occidentales como excusa para el terror militar masivo contra la población, al estilo de Israel en su actual ofensiva contra la Franja de Gaza. Alemania, por lo demás, está interviniendo en la ofensiva aportando armas a sus aliados seguros en el Kurdistán: las fuerzas del norte de Irak que han sido utilizadas históricamente por EE.UU.
Guillermo Iturbide
(La Plata, 1976) Es licenciado en Comunicación Social (FPyCS-UNLP). Compiló, tradujo y prologó Rosa Luxemburg, "Socialismo o barbarie" (2021) y AA.VV., "Marxistas en la Primera Guerra Mundial" (2014). Participa en la traducción y edición de las Obras Escogidas de León Trotsky de Ediciones IPS. Es trabajador nodocente de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación de la UNLP. Milita en el Partido de los Trabajadores Socialistas desde 1997.