Lo anunció la Casa Rosada ayer, la principal autoridad económica de China visitará Washington la próxima semana.
Martes 8 de mayo de 2018
Funcionario de la Casa Blanca anunciaron ayer que la semana próxima una comitiva proveniente de China visitará Washington para reanudar las negociaciones con el Gobierno de Donald Trump. La visita sucede tras las infructíferas discusiones de la semana pasada en Pekín, en donde no lograron acuerdos sobre una larga lista de demandas de Estados Unidos.
“El principal asesor económico de China, el viceprimer ministro (Liu He), vendrá la próxima semana para continuar las discusiones con el equipo económico del presidente”, declaró la portavoz de la Casa Blanca Sarah Sanders a periodistas en una conferencia de prensa.
Una delegación estadounidense de siete miembros, liderada por el secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, presentó a Liu y a otros funcionarios chinos una lista de exigencias para abordar acusaciones de robo de propiedad intelectual y otras políticas comerciales que Washington considera injustas. Entre las demandas del equipo de Estados Unidos se incluye el pedido a China de reducir su superávit comercial con Estados Unidos en U$S 200.000 millones, rebajar los aranceles y eliminar los subsidios a la tecnología avanzada, según distintos medios.
Por su parte, desde Pekín solicitaron que Trump se retracte de sus amenazas de aranceles, reconsidere la decisión del Departamento de Comercio de prohibir que las empresas estadounidenses vendan componentes y software al fabricante de equipos de telecomunicaciones chino ZTE Corp y que trate a las inversiones chinas “de forma justa” en las revisiones de seguridad. Tras dos días de negociaciones en Pekin las dos partes no lograron un consenso, y acordaron reunirse nuevamente.
Como parte de lo que podría ser el inicio de una guerra comercial, entre dos de los jugadores mundiales más importantes, el Gobierno de Trump ha amenazado con imponer aranceles a importaciones de bienes chinos con un valor de U$S 150.000 millones, tras acusar a Pekín de adueñarse indebidamente de tecnología estadounidense.
Por su parte, China niega que sus políticas obliguen a las firmas extranjeras a transferir tecnología a sus competidores locales. Como respuesta, el gobierno Chino ha expresado que si Estados Unidos avanza en la imposición de tarifas, impondrá aranceles como represalia a bienes estadounidenses, incluidas la soja y las aeronaves.
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