La semana pasada, el Gobierno de la India liderado por Narendra Modi aprobó la Ley de Ciudadanía y desató importantes protestas en toda la India.
Jueves 19 de diciembre de 2019 00:55
La semana pasada, el Gobierno de la India liderado por Narendra Modi aprobó la Ley de Ciudadanía que proporcionará a los refugiados no musulmanes de Pakistán, Bangladesh y Afganistán una vía para ser obtener la ciudadanía, dejando a millones de musulmanes indocumentados en situación de vulnerabilidad. La Ley es discriminatoria, establece un precedente peligroso sobre un tipo de ciudadanía basado en la religión.
Las protestas han estallado en toda la India en los últimos días después de que la Ley de Ciudadanía (Enmienda) – CAA por sus siglas en inglés- se aprobó en el Parlamento la semana pasada. Una pieza central de la legislación en la plataforma de campaña del Partido Hindú-nacionalista Bharatiya Janta, la CAA proporcionará la ciudadanía a los refugiados no musulmanes de Pakistán, Bangladesh y Afganistán. Exige específicamente que los inmigrantes indocumentados deben pertenecer a una de las seis religiones: hinduismo, sijismo, budismo, jainismo, zorastrismo y cristianismo, para obtener la ciudadanía.
La Ley de Ciudadanía
La ley actual modifica la Ley de Ciudadanía de 1955, que estableció normas estrictas sobre la ciudadanía, incluida una prueba de residencia de 11 años en el país, e hizo imposible la aplicación para inmigrantes indocumentados. El CAA reduce el período a 6 años, pero sólo para inmigrantes no musulmanes de países vecinos con mayoría musulmana. Proporciona un camino a la ciudadanía para los inmigrantes indocumentados de los grupos mencionados anteriormente sólo si pueden probar que ingresaron al país antes del 31 de diciembre de 2014.
Además de ser abiertamente discriminatorio, el CAA se vuelve particularmente peligroso cuando se ve en paralelo con el Registro Nacional de Ciudadanos recientemente concluido (NRC por sus siglas en inglés) ejercido en el estado nororiental de Assam. Alrededor de 1,9 millones de personas fueron excluidas de la lista final de la NRC por no poder demostrar adecuadamente su ciudadanía y ahora enfrentan la posibilidad de encarcelamiento indefinido en centros de detención. El NRC colocó la carga de la prueba en individuos, la mayoría de los cuales eran de clase trabajadora o pobres, para demostrar que pertenecían al país. Con una fecha límite de 1971 para probar el domicilio, la NRC excluyó a un gran número de hindúes bengalíes en el momento de la publicación. Al facilitar las condiciones requeridas para la ciudadanía a las seis comunidades descritas por la Ley, la CAA ahora les da una segunda oportunidad para obtener la ciudadanía, un camino hacia los derechos y libertades plenos que se les niega a otros grupos marginados y vulnerables, en particular a los inmigrantes musulmanes.
La aprobación de la CAA es otra victoria decisiva para el BJP (partido de Modi) y su proyecto nacionalista hindú desde su reelección en mayo. Con este nuevo término, sus promesas para mejorar la economía del país han desaparecido por completo. En verdad, están trabajando arduamente para realizar su visión de la Rashtra hindú, o sea un estado e identidad nacional que está impregnada del hinduismo clásico. Este programa se hace evidente en la reciente abrogación por parte del BJP del Artículo 370 en Cachemira y el consiguiente cierre del estado de mayoría musulmana, sus crecientes llamados a una NRC nacional , y en el debate sobre el Proyecto de Ley de Ciudadanía (Enmienda), donde los ministros del BJP invocaron a un movimiento de independencia y partición en base a esta discriminación.
Para los musulmanes que, además de ser el segundo grupo religioso más grande, forman la gran mayoría de los inmigrantes indocumentados en el país, ya enfrentan discriminación y violencia sistémicas, la CAA es un golpe condenatorio. La posibilidad de una NRC nacional ahora es aún más amenazante, lo que puede dejar a cientos de miles de ellos sin ningún los derechos y libertades básicos. La Ley también representa una amenaza para otros grupos de migrantes precarios, como los refugiados tamiles de Sri Lanka y los rohingyas de Myanmar, que no están cubiertos por estas últimas disposiciones.
Las protestas masivas se extendieron por todo el país
Aunque el gobierno de BJP ha podido promulgar su agenda con relativa impunidad desde su llegada al poder, la aprobación de la Ley de Ciudadanía (Enmienda) tuvo una respuesta generalizada. Desde el viernes pasado, se desataron movilizaciones masivas en todo el país y decenas de miles han salido a las calles para protestar contra la Ley. En ciudades de toda la India, las comunidades musulmanas han tomado las calles con toda su fuerza, cerrando importantes centros de comercio. Los campus universitarios de todo el país se han convertido en focos de disidencia. Sin embargo, esta resistencia se encontró con una violenta represión policial con apagones de Internet en gran parte del país, particularmente en los principales centros de protestas, como Delhi, Assam, Aligarh y Bengala Occidental.
Más de 100 estudiantes resultaron heridos después de que la policía lanzó gases lacrimógenos y golpeó a los manifestantes en la Universidad Aligarh Muslim y Jamia Millia Islamia de Nueva Delhi. El domingo, miles de personas marcharon hacia el Parlamento en Delhi en protesta por la nueva ley, pero fueron dispersadas violentamente por la policía que luego procedió a asaltar a Jamia Millia Islamia, lanzaron gases lacrimógenos a la biblioteca y golpearon a estudiantes y personal. Los estudiantes de la Universidad Musulmana Aligarh también se enfrentaron con la policía, lo que obligó al cierre de la escuela hasta el Año Nuevo y expulsar por la fuerza a los estudiantes de sus alojamientos en el albergue. En el noreste hubo represiones brutales. El Gobierno Central desplegó a más de 5.000 paramilitares la semana pasada a raíz de las protestas contra la CAA.
Las marchas solidarias y las manifestaciones se extendieron por todo el país el lunes, y las masas salieron a las calles no sólo para protestar contra la nueva ley y su defensa xenófoba por parte del régimen de Modi, sino también en solidaridad contra la represión violenta de la policía.
Consenso entre la oposición política
Los líderes de los partidos de oposición se han apresurado a asumir roles de liderazgo en esta nueva ola de protestas y parecen presentar un frente único en su oposición. Los partidos comunistas, junto con el Congreso y otros partidos estatales, organizaron una conferencia de prensa el lunes en la que condenaron al CAA, así como la violencia policial y la represión de los estudiantes. Al menos cuatro ministros principales han anunciado que no permitirán la implementación de la CAA o la NRC en sus estados. Algunos de ellos también se han unido a protestas. Priyanka Gandhi Vadra, un destacado miembro del Partido del Congreso, se unió a los manifestantes en la Puerta de la India en Delhi para una sentada. En Bengala Occidental, la ministra principal Mamata Banerjee encabezó una marcha de miles de manifestantes a través de Calcuta y anunció tres días consecutivos de marchas similares en protesta por la NRC y la CAA.
Los partidos de centro-izquierda, como el Partido Comunista de la India, Liberación, el Bloque Toda la India Adelante y el Partido Socialista Revolucionario, emitieron un comunicado llamando a toda la India protesta el 19 de diciembre contra CAA y pidiendo el fin de la violencia estatal. Este llamado ha sido respaldado por 60 organizaciones nacionales, incluidas organizaciones musulmanas, dalit y bahujanas, y atraviesa líneas religiosas y políticas. Se prevé que sea una de las mayores movilizaciones contra el régimen actual.
¿Hacia adónde vamos?
En un momento en que el autoritarismo en la India está aumentando rápidamente, las protestas masivas han sido eventos aislados. Pero esta nueva ola de protestas ofrece un cambio potencial en la relación de poder en el país. Estas protestas ya no se limitan a los espacios urbanos liberales, sino que son omnipresentes en todo el país y presentan una oportunidad real para que las masas rechacen a la derecha. Pero tales victorias sólo se pueden obtener cuando nos separamos de la clase política, incluidos los líderes de la oposición que participan de manera oportunista en las manifestaciones mientras promueven las mismas políticas neoliberales siendo responsables del surgimiento del BJP.
Como en otras partes del mundo, la derecha de la India, acompañada por la burguesía, subió al poder explotando sistemáticamente la ira de las masas durante décadas de austeridad y políticas neoliberales implementadas por los regímenes liberales y de centro-izquierda. Los partidos de izquierda estalinistas, como el IPC y el IPC (M), en connivencia con el partido del centro-izquierda del Congreso, han apoyado durante mucho tiempo la expansión del neoliberalismo en la región utilizando el ascenso de la derecha como el hombre del saco que debe ser derrotado cueste lo que cueste. El partido del Congreso, a su vez, es conocido por encabezar la implementación de políticas de austeridad, aumentar el gasto militar y décadas de neoliberalismo, creando las condiciones que llevaron al surgimiento de la derecha. Esto, junto con los muchos partidos regionales que han explotado la insatisfacción de las masas para sus propios intereses.
Si bien los líderes de la oposición están pidiendo el fin de la Ley de Enmienda de Ciudadanía, es un llamado que cae en saco roto. Las masas necesitan presionar para ganar. Durante años, la clase capitalista ha dependido de los inmigrantes indocumentados para formar su clase obrera precaria para extraer ganancias crecientes, y ha mantenido esta precariedad a través de sus representantes políticos. Hoy, los partidos de oposición como los partidos del Frente de Izquierda, el Congreso y el Congreso de Trinamool están pidiendo la derogación de la CAA, desafiando su naturaleza discriminatoria; sin embargo, cuando estaban en el poder, no hicieron nada para garantizar los derechos plenos de la misma clase que pretenden proteger. Rechazar la naturaleza discriminatoria de la Ley también exige desafiar la base misma de una ley que designa a ciertas personas como "ilegales".
En las calles de Chile cantan: "No son 30 pesos, son 30 años". Desde el Líbano hasta Puerto Rico, desde Sudán hasta Ecuador, es un sentimiento que se ha arraigado en las masas, y han derrocado regímenes. Ahora, es crucial para la clase trabajadora y la juventud de la India deshacerse de sus ilusiones en el liderazgo político y movilizarse independientemente contra todo el régimen burgués que apuntala la derecha y sus aliados.