Más País Andalucía considera posible la alianza con el espacio de Adelante Andalucía de cara a los próximos comicios andaluces. Por parte de Anticapitalistas, se busca agrupar a todos los sectores andalucistas a la izquierda del PSOE.
Roberto Bordón @RobertoBordon13
Martes 16 de febrero de 2021
La líder andaluza de Anticapitalistas, Teresa Rodríguez, junto a la lider de Mas País, Esperanza Gómez. (EFE)
Esperanza Gómez, coordinadora de Más País Andalucía, la formación errejonista en Andalucía, ha mantenido desde la constitución de su organización política la puerta abierta a confluir con Teresa Rodríguez, la dirigente de Anticapitalistas, de cara a las próximas elecciones andaluzas. Algo que ella misma revelaba hace unos meses en entrevistas tras su elección a la dirección de Más País Andalucía, la marca hermana de Más Madrid, en un intento de construir una organización federal y “horizontal” que en teoría supere los “verticalismos” de Unidas Podemos, formación de la que tanto los ‘anticapis’ como el errejonismo han sido purgados tras participar en su construcción desde 2014.
Para algunos el hecho de haber trabajado conjuntamente (Gómez formaba parte de la dirección de Podemos Andalucía en 2016 a pesar de haber competido contra Rodríguez en las primarias) en Podemos y Adelante Andalucía, podría favorecer el acercamiento de las formaciones. Sin embargo, hay que ver qué efectos tiene la creación de Andalucía No se Rinde en este cortejo entre antiguos socios.
La postura de Gómez, que califica de natural dicha alianza, parece verse tanteada por la buena sintonía que mantienen ambas dirigentes y que fue visible en un acto público el pasado 4 de diciembre, donde las distintas organizaciones andalucistas organizaron un debate sobre su propuesta para Andalucía. De esta forma, frente al rechazo españolista impulsado desde Unidas Podemos, con las palabras de Enrique Santiago que despreciaba la posibilidad de que Andalucía fuese una nación (a pesar de que en realidad esta cuestión ya se confirmó en las movilizaciones andaluzas de la Transición), el errejonismo parece haberse enganchado a la nueva oleada andalucista. Así, a la vez que, a nivel estatal, el errejonismo se acoge al ecologismo como nueva marca política, en concreto, al sur de Despeñaperros, Más País Andalucía, se ha constituido como un partido netamente andaluz, independiente de Madrid y centrado en los problemas andaluces. En principio, esto solucionaría uno de los conflictos principales que Teresa Rodríguez mantuvo con la dirección estatal de Podemos donde Errejón se encontró durante un primer ciclo político, el hecho de dar autonomía a Andalucía frente a Madrid. Pero no es todo oro lo que reluce en la refundación de ambas corrientes en la tierra de Blas Infante.
El PSOE como línea roja
Si bien, es cierto que ambas formaciones han confluido en su defensa del andalucismo y han mostrado simpatías, la realidad es que discursivamente se alejan en una cuestión fundamental de cara al día después de las elecciones: ¿Qué hacer con el PSOE-A? Una pregunta que no es menor si se tiene en cuenta que salvo milagroso sorpasso (aquella palabra que obsesionó al eurocomunismo original y al actual), si se pretende gobernar las instituciones capitalistas en Andalucía (como se le supone tanto a Andalucía no se Rinde como a Más País Andalucía) se deberá pactar con el PSOE-A. Una formación política que va camino de ni siquiera hacer la pantomima de jubilar a su actual dirección en puestos lejanos del público para fingir una renovación que facilite tragar mierda tanto a Unidas Podemos como a la formación política que construya el andalucismo.
Frente al tardío “no al PSOE” que llevó a Anticapitalistas a abandonar finalmente Unidas Podemos en aquel divorcio amistoso -que luego se convirtió en la Boda Roja de Juego de Tronos en el caso andaluz-, Más País Andalucía no parece mantener ese veto al PSOE-A. Al contrario, el errejonismo andaluz mantiene sus opciones abiertas y aspira incluso a funcionar de “pegamento” entre Rodríguez y Unidas Podemos en el escenario electoral en el que perciben que presentarse tres formaciones distintas a la izquierda del PSOE debilitaría demasiado sus posiciones de cara a la negociación. Y desde su puntos de vista, no se equivocan.
El problema en este caso es que Anticapitalistas junto a sus aliados ha lanzado recientemente la iniciativa de Andalucía no se Rinde y las cuatro organizaciones que componen actualmente el proyecto mantienen, al menos discursivamente, una postura de rechazo absoluto al cogobierno con el PSOE. Por lo que, si el errejonismo andaluz esperaba convencer a Rodríguez de que quizás Susana Díaz no es tan mala como Juanma Moreno, ahora deberá convencer también a Primavera Andaluza, Izquierda Andalucista y Defender Andalucía. De esta forma, Gómez se encuentra en desventaja porque objetivamente no tiene nada que ofrecer a Anticapitalistas que merezca la pena para abandonar a sus aliados ni para mover la posición de estos. La antigua senadora por Adelante Andalucía deberá convencer a Rodríguez de que debe hacer las paces con IU-A si quiere llevar a cabo su papel de pegamento que tanto desea. Algo cada vez más complejo si tenemos en cuenta que siquiera los trabajadores del grupo parlamentario de Adelante Andalucía han salido bien de la guerra interna, con jugada sucias por parte de Unidas Podemos.
¿Refundar un Podemos andaluz?
De darse por válida esta alianza y teniendo en cuenta que debe contar con el beneplácito de distintas organizaciones, como Defender Andalucía, que no guardan precisamente un buen recuerdo de Podemos, confirmaría que el plan de Anticapitalistas de cara al próximo ciclo político es la refundación de Podemos, aspirando esta vez a hegemonizarlo y no dejarlo escapar en manos de profes universitarios. Aunque, para ser estrictos, esta perspectiva no necesariamente depende de que haya un acuerdo con el errejonismo. El actual proyecto Andalucía No Se Rinde bien puede ser un Podemos 2.0 en versión soberanista andaluza sin que Más País se sume al carro.
Sin mucha autocrítica, Anticapitalistas apuesta el capital político de su gran bastión en el Estado a la tercera oleada andalucista sin mayor reflexión y sin una estrategia que supere los errores de su actuación en los últimos años. Si Anticapitalistas se niega a un debate entre las corrientes revolucionarias de cara a construir un polo de independencia de clase y prefiere lanzarse en los brazos del mismo experimento, solo cabe avisarle de que las facultades de Granada guardan los mismos peligros que la Complutense, pero sin que sus profesores se crean Mick Jaggers.
Roberto Bordón
Andalucía