En una cartelera algo caótica, donde el estreno o la duración en pantalla de las películas se han visto condicionados por una asistencia diezmada a causa de un largo periodo de ausencias en los cines, en la próxima edición de los Premios Goya encontramos grandes películas y nombres claves de nuestra cinematografía.
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Eduardo Nabal @eduardonabal
Martes 30 de noviembre de 2021
La favorita de justicia es “El buen patrón”, algo así como la resurrección internacional de Fernando León de Aranoa, pero compite con otros grandes nombres relevantes para entender el cine español o latino recientes, como Icíar Bollaín, Pedro Almodóvar y, en un terreno secundario, también aparecen figuras tan importantes ya desde hace varias décadas como Benito Zambrano y Agustí Villaronga, un creador libérrimo e imprevisible. Además, nos hemos librado -en gran medida- de películas de policías o burdas imitaciones de series de televisión.
El Goya de honor es, con toda justicia, para uno de los mejores y más comprometidos actores del postfranquismo: José Sacristán, que, con filmes como “Un hombre llamado flor de otoño”, “El diputado” “Asignatura pendiente”, o “La vaquilla”, se introdujo en las tripas de la llamada “España negra” o “contradictoria”. Un actor de talante progresista generalmente adscrito a producciones o coproducciones donde lo social o los apuntes políticos nunca están de más.
“Madres paralelas” nos muestra a una Penélope Cruz más entonada, febril y vigorosa de lo habitual, que logra hacer creíble en su papel de madre, joven y valiente, un melodrama enrevesado y algo folletinesco con algún apunte sobre la necesidad de la memoria histórica, aunque resulte algo fallido el engarce entre la interesante relación entre las dos mujeres protagonistas y el fondo político que pretende introducir en la historia. Almodóvar vuelve a contar con sus colaboradores habituales, como el operador Jose Luis Alcaine y el músico Alberto Iglesias.
Temas como la vejez, la maternidad, el despertar a la juventud, el legado de ETA o la más cínica explotación laboral, sacuden unos filmes que van del compromiso social en clave de comedia al drama intimista o la tragedia de la inmigración. Fernando León de Aranoa siempre ha manifestado una especial sensibilidad a la hora de abordar temas controvertidos y duros en sus películas. “El buen patrón” no es menos inquietante, a pesar de estar tratada con el humor más negro, ofreciendo un retrato sarcástico y, en ocasiones, cruel, de un empresario, encarnado magistralmente por Javier Bardem, carismático, resolutivo, paternalista con sus trabajadores, y tremendamente hipócrita, dando una imagen de honradez que esconde una personalidad dominante y caciquil, mirando por encima del hombro y con desprecio a quienes piensa que deben servirle. La película está a la altura de la acidez crítica de los mejores trabajos que el guionista Rafael Azcona realizó para Berlanga.
“Mediterráneo” nos transporta a la tragedia mortal de los inmigrantes que se juegan la vida en su larga odisea para huir de la miseria, la guerra y el hambre, a fin de llegar a ese mito de “riqueza” que es Europa. En coproducción con Grecia, la película es un documento indignado que recuerda títulos como “Adú”. Su protagonista, Eduard Fernández, interpreta al fundador de Open Arms, que, de forma tenaz, transmite la urgencia y calamidad de la historia. Y, por último, en este elenco de filmes que optan al premio a la mejor película del año, está “Libertad”, de Clara Roquet, que ya ganó la Espiga de Oro en el Festival de Valladolid de 2015 con “El Adiós”. En “Libertad” nos presenta dos relatos, entrecruzados, que reflejan el choque de clases sociales, en un guion que mezcla las circunstancias personales de aquellos que disfrutan de una solvente posición económica con las de quienes les sirven. Es un filme donde dominan las presencias femeninas, que habla de un mundo en transformación, pero en el que las diferencias aún impiden la normalidad en las relaciones de personas con orígenes opuestos.
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Eduardo Nabal
Nació en Burgos en 1970. Estudió Biblioteconomía y Documentación en la Universidad de Salamanca. Cinéfilo, periodista y escritor freelance. Es autor de un capítulo sobre el new queer cinema incluido en la recopilación de ensayos “Teoría queer” (Editorial Egales, 2005). Es colaborador de Izquierda Diario.