Este 25N, Día Internacional contra la Violencia Machista, volveremos a llenar a las calles para luchar contra todo tipo de violencia machista. En especial junto a nuestras hermanas de Chile, Bolivia y toda América Latina que enfrentan la violencia del Estado y la represión.
Viernes 22 de noviembre de 2019
Una batalla que libramos a diario en todo el mundo contra un sistema capitalista y patriarcal que reproduce todo tipo de violencias hacia las mujeres jóvenes, las trabajadoras, precarias, e inmigrantes.
Los feminicidios: el último eslabón de una larga cadena de violencias de la alianza criminal “patriarcado y capital”
En el estado español ya son 93 feminicidios en lo que va de 2019 (feminicidio.net). Son la arista más brutal de una cadena de violencias machistas como el acoso sexual en el trabajo o en los centros de estudio, la precariedad, los desahucios, las restricciones en el derecho al aborto libre, seguro y gratuito para mujeres inmigrantes o la islamofobia y el racismo.
En la precariedad laboral las mujeres estamos sobrerrepresentadas y con una brecha salarial que se multiplica en las pensiones. Además, son miles las mujeres que, empujadas por la precariedad y la pobreza, se encuentran en situación de prostitución. Todo esto ocurre con la complicidad del Estado capitalista y sus instituciones.
También nos encontramos una educación sexista, homófoba y marcada por la moral religiosa, sin una adecuada educación sexual. Enfrentamos también la represión y violencia del Estado, como la que se viene ejerciendo sobre mujeres activistas, sobre el movimiento catalán y la juventud que cuestiona alguno de sus pilares como la monarquía.
Ante el crecimiento de la extrema derecha, peleamos por un movimiento de mujeres independiente del Estado, anticapitalista, antirracista y combativo
Este 25N también salimos a las calles para manifestarnos contra el avance de la extrema derecha. El crecimiento electoral de Vox ha encendido las alarmas del movimiento de mujeres y las organizaciones que luchan por los derechos de lxs inmigrantes, trabajadoras y trabajadores. Hace unos días la diputada por Vox en la Asamblea de Madrid, Alicia Rubio, se refería al feminismo como un “cáncer”, y proponía “clases de costura para las mujeres como ejercicio de empoderamiento”. El discurso “antigénero” que ya venía planteando la derecha en general, radicalizado por el partido de Abascal.
Los acuerdos tripartitos Vox-PP-Cs proponen medidas reaccionarias, racistas, misóginas, LGTBIfobas, españolistas y represivas. Pero ante esta nueva amenaza a nuestros derechos, es necesario evitar caer en la resignación del “mal menor”. El gobierno “neoliberal progresista” del PSOE en el que participará Unidas Podemos dice defender los derechos de las mujeres, pero va a mantener los reaccionarios acuerdos con la Iglesia, a la que financia con dinero público, mientras que no hay presupuesto suficiente para un plan de fondo contra la violencia machista o implementar educación sexual integral en la educación pública. Será un gobierno para defender los intereses a la banca y el “equilibrio fiscal” que exige Bruselas, mientras miles de mujeres siguen siendo desahuciadas por no poder pagar el alquiler. Un gobierno que va a mantener lo esencial de las reformas laborales que condenan a miles de mujeres a la precariedad, mientras siguen abiertos los CIES (verdaderas cárceles para inmigrantes).
Por eso, este 25 de noviembre desde Pan y Rosas llamamos a movilizarnos de forma independiente del régimen y sus partidos, para exigir todas las medidas necesarias, porque no queremos que el movimiento de mujeres sea instrumentalizado por los “neoliberales progresistas” y las ministras del PSOE como Nadia Calviño, que habla de feminismo (liberal) mientras garantiza sus negocios a la banca y los grandes capitalistas.
Hoy más que nunca es necesario profundizar la movilización del movimiento de mujeres de forma independiente, junto a la clase trabajadora y la juventud. Tenemos la fuerza para defender nuestros derechos y para ir por más. Ya lo mostramos en las grandes marchas contra Gallardón, en la gran huelga del 8M, en las manifestaciones masivas contra la justicia patriarcal y en la lucha de las trabajadoras como Las Kellys. ¡Seamos miles en las calles para dejar claro que “No pasarán” por sobre nuestros derechos y que “¡Si tocan a una, nos organizamos miles!”.
En solidaridad con las mujeres de Chile, Bolivia y de toda América Latina. Por un feminismo internacionalista
En las últimas semanas hemos visto irrumpir en distintos lugares del mundo verdaderas resistencias indígenas, estudiantiles, obreras y populares ante los gobiernos neoliberales o los golpes militares. Es lo que vimos en Ecuador, desde hace un mes en Chile, Bolivia y también Colombia. Las mujeres más pobres, las trabajadoras, campesinas y las jóvenes estudiantes están en primera fila de estas protestas, contra la represión y las violencias del Estado. Así hemos visto a las mujeres y jóvenes chilenas enfrentando los militares en las calles para echar abajo el gobierno de Sebastián Piñera, y vemos a las mujeres bolivianas que enfrentan junto a los trabajadores y campesinos al golpe de estado encabezado por la reaccionaria Jeanine Anéz.
Somos internacionalistas, antiimperialistas y reivindicamos las luchas de las mujeres, las jóvenes y las trabajadoras de todo el mundo. Nos solidarizamos con nuestras hermanas de Chile, Bolivia, Colombia y de toda América Latina que hoy demuestran el camino para frenar los avances de la reacción.
¿Cuáles son algunas de nuestras reivindicaciones contra la violencia machista?
Este 25N gritaremos que nos queremos vivas, pero también libres. Libres de toda explotación y opresión. Y exigiremos la implementación de las medidas necesarias contra la violencia machista y para prevenir los feminicidios:
•Más centros de acogida para las mujeres y sus hijos e hijas víctimas de violencia. Garantizados por el Estado y bajo la autogestión de las organizaciones de mujeres y las trabajadoras, con asistencia profesional y sin presencia policial y judicial.
Presupuesto para planes de igualdad y no para pagar deuda.
• Luchamos por comisiones de mujeres y personas LGTBI en los centros de trabajo, en los centros de estudio y en los sindicatos, independientes de las patronales, que aborden los casos de acoso sexual y laboral, y que exijan subsidios para las trabajadoras que atraviesan situaciones de violencia.
• Separación efectiva de la Iglesia y el Estado. El fin del Concordato y de las subvenciones a la educación religiosa.
•Educación sexual para decidir, anticonceptivos gratuitos para no abortar y aborto legal, seguro y gratuito para no morir, para todas las mujeres.
• Despatologización de la transexualidad. Exigimos que se respete la identidad de las personas trans en colegios, institutos, universidades y centros de trabajo.
• ¡Basta de precariedad laboral! El fin de la temporalidad, las externalizaciones y la precariedad laboral.
• No a la criminalización de las mujeres en situación de prostitución. Reconocimiento de su derecho a autoorganizarse. Vivienda y trabajo garantizados por el Estado para las mujeres en situación de prostitución.
• Derogación de la ley de extranjería y cierre de los CIEs.
• Basta de injerencia de los Estados imperialistas en América Latina y de sus políticas intervencionistas, que legitiman golpes de estado como el de Bolivia.
¡Sus violencias, nuestra lucha! ¡Si tocan a una, nos organizamos miles! ¡Transformemos nuestra rabia en organización y lucha!