El bloque regional europeo volverá a recibir biocombustible local tras imponer elevados aranceles a su importación. Los beneficios impositivos del sector contrastan con la alta tasa de tercerización y precarización laboral de sus trabajadores
Miércoles 27 de septiembre de 2017
La Unión Europea (UE) confirmó que el biodiésel argentino tendrá una rebaja en los aranceles de exportación para poder ingresar a ese mercado. Las empresas nacionales comenzarán a tributar entre 4,5% y 8,1% para vender el combustible, sumado a la tasa que existe del 6,5% para cualquier origen del biocombustible. El producto argentino, en promedio, tendrá un arancel del 15%. Cuando se cerraron las importaciones en 2013, más del 90% de las exportaciones tenían como destino Europa.
Las tasas reducidas se aplicarán a las importaciones de las empresas Bunge, Cargill, Louis Dreyfus y Molinos Agro, entre otras.
Mientras se reabre Europa, la industria está expectante del avance de las negociaciones con Estados Unidos, que puso un arancel promedio del 57% al producto argentino y lo sacó de ese mercado.
El cierre de exportaciones al viejo continente se originó en una denuncia que la UE había interpuesto ante la Organización Mundial del Comercio (OMC) contra el biodiesel local por dumping (competencia desleal). En ella sostienen que al no tributar impuestos por las exportaciones tienen un subsidio indirecto, frente al aceite de soja que paga un 27% de derechos de exportación al Estado argentino, y que las empresas venden al exterior como materia prima para la producción de biodiésel. El año pasado la OMC rechazó los argumentos de la UE, que finalmente fijó una importante rebaja de tasas al biocombustible nacional.
De modo directo, el sector del biodiésel emplea a cerca de 2.000 trabajadores, y de manera indirecta, se calcula que esa cifra alcanza los 6.000 puestos de trabajo. La mayoría de las empresas y trabajadores están en la provincia de Santa Fe.
Como muestran los números, las empresas se benefician con la tercerización y la contratación indirecta de trabajo. A esto se suman a los estímulos impositivos que el Estado otorga al sector, que tiene un 0% de retenciones para exportar al mercado externo, principal destino de la producción de biodiésel local.
El último informe publicado por el Instituto Provincial de Estadísticas y Censos, respecto de las exportaciones con origen en Santa Fe, para el período comprendido entre enero y mayo de este año, registra exportaciones de Manufacturas de Origen Industrial por un monto de U$S 801,8 millones, un 41,3% más que en igual período del año anterior. El biodiésel explica gran parte del comportamiento del rubro, ya que comprende el 37% del mismo (296 millones de dólares en exportaciones en cinco meses). En el período analizado, los envíos de dicho producto se incrementaron un 44,8% respecto del mismo período de 2016.
Mientras las empresas embolsan estas siderales ganancias, saquean al país, superexplotan a los trabajadores y encima no dejan ni un centavo en impuestos, el pueblo trabajador vive con salarios de miseria, pagando impuestos al consumo o en algunos casos a "las ganancias". El Frente de Izquierda es la única fuerza política que plantea medidas para terminar con estos privilegios empresariales: el pase a planta permanente de todos los contratados y tercerizados, y un salario igual a la canasta familiar para todos los trabajadores, junto con la estatización del conjunto de los puertos privatizados.