24M Entrevista. Ex detenido desaparecido: "El golpe obedecía a una cuestión económica"

¿Cómo viviste el día del golpe de estado del 24 de Marzo?

Fue nefasto para nosotros, si bien no sufrimos detenciones en ese momento, sabemos que hubo detenciones de delegados sindicales, dirigentes gremiales y abogados laboristas incluso en el gobierno de María Estela Martínez de Perón. No nos imaginamos nunca la magnitud que tomo posteriormente la situación, eso fue inimaginable, pero no obstante se nos privó de algunos derechos obtenidos. En la escuela normal habíamos logrado con el centro de estudiantes terminar con las sanciones porque llegar con demora al ingreso de la escuela, parar la arbitrariedad de la directora y algunos docentes, poner música progresiva en los recreos y hasta hicimos un par de sentadas que paralizaron las clases ante brotes de un tipo de poleomelitis. Bueno esos derechos con la persecución y represión en el gobierno de María Estela Martínez de Perón y mucho más con el golpe lo fuimos perdiendo.

Se venía especulando muchos años antes y todos sabíamos, al menos los que estábamos adquiriendo cierta formación política, que la única cuestión a la que obedecía la intervención del gobierno municipal de Aredez en 1974, que le había cobrado impuestos municipales a la empresa Ledesma, la persecución y detención de dirigentes y delegados del sindicato azucarero de Ledesma en 1975 y luego del golpe cívico, militar y eclesiástico de 1976, era económica, y por la quita de derechos y libertades. Era una simple y sencilla cuestión económica, al patrón, al capital, a los capitalistas a la derecha no les gusta pagar más salarios de lo que ellos quieren, les duele, tanto es así que ellos consideran al salario un costo.

A mí, que era miembro del centro de estudiantes de la escuela normal de Libertador pero tenía a mí padre que era agricultor, me habían metido preso en venganza a que el grupo de agricultores de Colonia Caimancito le habían ganado el juicio al grupo Ledesma por el H4D, que son los aviones que andaban tirando defoliante para quemar las chalas de la caña de azúcar y que de esta maneras las máquinas cosechen mejor, que casualidad que ese defoliante es el Agente Naranja que usaban los yankis en Vietnam. Con ese defoliante también quemaba la vegetación de alrededores, la producción de los agricultores de la Colonia Caimancito, y de esta manera, y con la reducción y corte del suministro de agua, presionaban a los pequeños productores a qué les vendan sus tierras. Por eso en mi testimonio en los juicios por crímenes de lesa humanidad que se hicieron en Jujuy denuncié a Federico Nicholson, quien le dijo a mi padre que me habían detenido por aquel juicio de los agricultores de Caimancito contra la empresa Ledesma. Nicholson era de la capa gerencial de Ledesma ya en aquellos años de mi detención, aún sigue siendo de la cúpula de la empresa y hasta llego a ser representante de la sociedad rural argentina -SRA- y de la unión industrial argentina-UIA-.

¿Cómo ves la situación actual siendo un sobreviviente del genocidio?

Veo que la situación es muy delicada, la derecha tiene increíble e impensado peso, por lo menos en relación del peso que tenemos actualmente los que somos luchadores sociales, por los obreros y sobre todo por los derechos humanos. Tenemos un gran negacionismo impulsado por grandes sectores políticos, la “Santa Madre Iglesia Católica Argentina”, que nunca se pronunció sobre la desaparición forzada de personas que consta que se hizo, es más, ha aumentado el número de 30.000 a 30.240 porque en ese momento no se había sumado por ejemplo la desaparición de personas por cuestiones de sexo, por ejemplo a muchos chicos y chicas que eran gays o transexuales ahora se los ha incluido en el registro de desapariciones forzadas de personas. El Estado se ha encargado de invisibilizarnos, en el caso de Jujuy con el tema del código contravencional, única en el país, que se aprobó bajo el gobierno de Fellner del PJ y que se aplicó bajo el gobierno de Morales de la UCR. Años antes en las escuelas nos invitaban para estas fechas para contar nuestras vivencias, hace 4 o 5 años que nada, no nos invitan a los ex detenidos, es más, ahora en el acto para conmemorar a los 18 compañeros estudiantes de la escuela normal que fueron desaparecidos, que antes lo hacíamos dentro del establecimiento escolar, ahora lo tenemos que hacer en la vereda, nos prohibieron entrar. Esta es una política del macrismo, del gobierno de Morales aquí, de la Iglesia y de importantes sectores de la derecha apoyados en los grandes medios de comunicación, y por otra parte, y esto me disgusta decirlo, ante está política negacionista hay un silencio cómplice de un gobierno supuestamente peronista, que dice defender los derechos de los trabajadores, los derechos humanos, y sin embargo resulta que nos está demostrando lo contrario, entonces sí, evidentemente buscan invisibilizarnos.

¿Cómo continuar la lucha contra la impunidad y por sentar en el banquillo a los responsables civiles del golpe genocida?

Habiendo fallecido impune Carlos Pedro Blaquier, si bien tuvo condena social por la lucha de los ex detenidos, madres y familiares de detenidos desaparecidos, organismos de derechos humanos y todos los sectores sindicales, sociales y políticos que nos acompañaron, actualmente de los cómplices civiles de la noche de las noches de los apagones que fueron procesados e imputados queda Alberto Lemos, administrador del ingenio Ledesma en la década del 70’. Federico Nicholson de la capa gerencial de Ledesma por aquellos años y hasta la actualidad no está imputado, aunque si denunciado por mi persona, y Henry Peverilli, funcionario de relaciones laborales de la empresa, fue denunciado por mi compañero Ernesto Saman, que fue detenido cuando estaba trabajando en la fábrica.

La lucha continua por juzgar a Lemos, y enjuiciar a Nicholson y Peverilli, por su complicidad en las noches de los apagones. Pero también siempre cuento que cuando marchamos en conmemoración de los apagones, planteamos en un canto "que lindo que sería en ingenio Ledesma una cooperativa", para mostrar que se podría llevar a cabo una producción administrada por los trabajadores y en favor de la comunidad. Porque ellos, cuando los trabajadores les reclaman algo o en el caso nuestro como ex detenidos lo denunciamos por su complicidad con crímenes de genocidio dicen que se van a ir.

Yo digo que se vayan, con tal la tierra no se la pueden llevar, tampoco el agua, ni toda las máquinas e infraestructura instalada, tampoco los trabajadores van a permitir que se lleven nada, van a obrar en defensa de la fuente de trabajo. Uno quiere que les paguen como corresponde a los obreros, que le reconozcan condiciones laborales establecidas por leyes y convenios, y que no los exploten. Pero como esto es inconcebible con la empresa Ledesma administrando el ingenio, las fábricas y las fincas. Va llegar un momento que la lucha va llevar a qué administren los trabajadores y el pueblo viva mejor. Eso sueño y anhelo. Además ya hubo experiencias de la cual valerse, como en la ceramista Zanon bajo control obrero o en ingenio La Esperanza por algunos meses, por eso atacaron con impuestos impagables a Zanon bajo control obrero y a La Esperanza la deshuasaron, despidieron a la mayoría, la vendieron a precio simbólico y generaron las condiciones para un incendio, porque les da terror a los capitalistas y al estado cuando los trabajadores se acercan a organizar la producción en función de sus necesidades y las del pueblo.