“La juventud tenía que recoger el testigo de la movilización para evitar que nos quiten los derechos”. Entrevistamos a Jorge Remacha, miembro de Contracorriente y participante de la campaña en favor del referéndum sobre la república y el proceso constituyente en la Universidad de Zaragoza.
Aníbal Maza Zaragoza
Lunes 17 de diciembre de 2018
¿Como has vivido la campaña y el referéndum en UNIZAR?
Ha sido emocionante, porque empezó como algo que estábamos organizando unas pocas universidades, pero día a día la cifra aumentaba, hasta llegar a 33 ahora, y también las personas interesadas. Según pegábamos carteles, repartíamos panfletos y pasábamos por las clases explicando el referéndum y llamando a participar, muchas personas se iban alegrando de que la iniciativa hubiera llegado a Zaragoza.
Así levantamos la Plataforma Referéndum UNIZAR y, cuando llegó el 13 noviembre, a la asamblea abierta que impulsamos vinieron unas 70 personas y pudimos organizarnos democráticamente para armar toda la campaña del referéndum, el cual votamos hacerlo el 12 de diciembre con dos preguntas: “¿Estás a favor de abolir la Monarquía como forma de Estado e instaurar una República?” y “En caso afirmativo, ¿estás a favor de abrir procesos constituyentes para decidir qué tipo de República?”.
En ese momento vimos que podíamos llegar a la mayor parte de las facultades de Zaragoza, repartidas en varios campus, y organizar los turnos para estar en la mesas, agitar la consulta en las clases y pasillos, hablar con la prensa y muchas más cuestiones que surgieron.
¿Esperabais una participación tan elevada?
Nos dimos cuenta de que era un gran hecho político cuando vimos la repercusión que tuvo el primer referéndum, el de la UAM, y algo que ya se planificaba para más de la mitad de las universidades públicas y decenas de barrios y localidades. Ahora ya han votado decenas de miles de personas por abolir la monarquía y a lo largo de diciembre quedan decenas de miles más por votar.
Esperábamos una buena cifra de participación después de los datos de la UAM o la UB, pero igualmente estamos gratamente sorprendidos. Han votado casi el doble que en las elecciones que “legitiman” el gobierno de la universidad y eso es una demostración de que existe un gran cuestionamiento a la monarquía entre la juventud y de que no existe una gran ilusión democrática hacia las instituciones universitarias. 4280 votos sólo en los campus de Zaragoza son muchos más que cualquier votación que la propia universidad haya organizado.
¿Puedes relatarnos cómo se desarrollaron las votaciones?
Fue una jornada emocionante, de principio a fin. Votaba gente sin parar en cualquiera de las 9 mesas de votación, especialmente en los cambios de clase, cuando se formaban colas delante de las urnas. Estábamos pendientes de los resultados de las otras universidades que votaban el 12 al mismo tiempo que hacíamos el recuento de votos, sumando las papeletas de mesas que tenían 500, 600 o 700 votos por facultad.
Un momento bastante emotivo fue cuando vinieron a votar estudiantes de la Universidad de la Experiencia, jubilados en su mayoría, algunas caras conocidas de las movilizaciones en defensa de las pensiones y también históricas de la movilización desde los años 70. Una gran parte se sacaban fotos votando y se alegraban de que hubiéramos organizado el referéndum.
Nos decían que les recordábamos a ellos de jóvenes, ya que tampoco les dejaron decidir sobre la monarquía hace 40 años, nos daban ánimos y nos mostraban su apoyo, diciendo que la juventud tenía que recoger el testigo de la movilización para evitar que nos quiten los derechos. Recuerdo a una mujer muy mayor diciendo que estaba yendo a la universidad después de jubilarse y se alegraba de haber vivido para ver a la juventud organizar algo así en todo el Estado.
El Referéndum UNIZAR en el que participaron un total de 4.280 votantes el pasado 12 de diciembre es uno más de la serie de referendos que se han convocado hasta el momento en 33 universidades de todo el territorio del Estado. Estos referendos se prolongarán, por el momento, hasta febrero, ya que permanentemente siguen incorporándose nuevas universidades a la iniciativa.
Sólo el día 12 participaron de ellos casi 30.000 estudiantes y trabajadores de las universidades de Santiago, Coruña, Ferrol, Ourense, Valladolid, Zaragoza y Complutense-Politécnica.
El mensaje que buscaba transmitir la juventud universitaria ha quedado claro, no se va a aceptar sin más una institución como la monarquía que la mayoría de los estudiantes considera antidemocrática, corrupta y herencia del franquismo. Este fenómeno profundo de desafección con la monarquía, reflejado además en múltiples encuestas, muestra como cada vez sectores más amplios de la juventud trabajadora y estudiantil se sienten cada vez más desligadas del Régimen del 78.
En términos generales, también nos han permitido apreciar como la juventud está tomando de nuevo un rol en la contestación al Régimen. Un papel protagonista guiado por la voluntad de “decidirlo todo”, es decir, luchar para que estos procesos constituyentes sean realmente libres y soberanos, sin ninguna atadura ni condicionamiento a los poderes e instituciones del actual régimen.
Este afán de decidir libremente que está impulsando los referendos del estudiantado también pondrá sobre la mesa cuestiones a decidir por los trabajadores como qué hacemos con la banca, cómo financiamos la educación, la sanidad, cómo acabamos con el paro, la precariedad laboral, con la casta judicial y política, cómo vamos a aplicar las demandas que plantea el movimiento de mujeres, el derecho de las naciones a la autodeterminación, etc.
Un proceso de este tipo no va a venir de la mano de este Régimen podrido e irreformable que ni tan siquiera es capaz de garantizar unos derechos democráticos mínimos como la libertad de expresión, el derecho al empleo, a la vivienda, a no ser discriminado por cuestión de sexo, raza o religión...
Es necesario tener en cuenta que el rey no se quitará su corona por las buenas, si no es por la vía de la movilización en las calles. Es necesario poner en marcha grandes fuerzas sociales que puedan enfrentarlo y expulsarlo.