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Red Internacional
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LA BATALLA DE CHILE. Expropiación y control obrero: el miedo de Carozzi tras el mensaje de "La Batalla de Chile"

El film censurado por 45 años en la televisión abierta fue transmitido por primera vez en La Red con un éxito total de audiencia. Sin embargo, el empresariado mostró su postura y reacción, donde una de las empresas de alimentos más importantes del país retiró su publicidad en el canal. El mensaje de la "Batalla de Chile" invita a cuestionar el poder de los trabajadores y de los sectores populares, quienes fueron protagonistas de uno de los procesos revolucionarios más importantes en latinoamérica: los cordones industriales y el germen del poder obrero desde la autoorganización.

Teresa Melipal

Teresa Melipal Santiago de Chile

Domingo 19 de septiembre de 2021

Foto: Naul Ojeda, Aurora de Chile (prensa de los Cordones Industriales), n°37, 1973

Este viernes 10, sábado 11 y domingo 12 se estrenó por primera vez en televisión abierta el film de Patricio Guzmán, "La Batalla de Chile". Después de 45 años de censura, la cinta audiovisual expresa desde la mirada de los trabajadores, pobladores y dirigentes políticos y sindicales los momentos álgidos previo al Golpe de Estado.

"Por definiciones corporativas, la compañía no auspicia programas con contenido político", fue la respuesta de empresas Carozzi al retirar su publicidad del canal La Red, a un día de que se estrenara el primer capítulo de "La Batalla de Chile: la insurrección de la burguesía", cuestión que generó amplio repudio desde las redes sociales con una campaña #NocompresCarozzi.

En el capítulo final, titulado "El poder popular", muestra un fenómeno de organización importante en nuestro país y que la historia oficial pretende borrar: la emergencia de los cordones industriales y los comandos comunales. Numerosos sectores de la población y en particular las capas populares que apoyan al gobierno de Allende se organizan y ponen en marcha una serie de acciones colectivas: almacenes comunitarios, cordones industriales, comités campesinos, etc. Estas instituciones, en su mayoría espontáneas, representan un “estado” adentro del Estado; un germen de poder obrero basado en la autoorganización.

¿Qué fueron los cordones industriales?

Los cordones industriales fueron la forma de auto organización más avanzada de Latinoamérica en el siglo XX. Estaban organizados territorialmente desde la producción y abastecían a las poblaciones. Constituían parlamentos horizontales y naturales que generaron el temor de los empresarios con tomas de fábricas y bajo su propia gestión.

Cada cordón estaba constituido por un grupo de compañías o fábricas que coordinan la lucha de obreras y obreros de una misma zona. En el momento del golpe de 1973, estaban establecidos y en orden 31 cordones, 8 de ellos en Santiago, siendo los principales el cordón Cerrillos-Maipú y el cordón Vicuña Mackenna. Los cordones industriales embrionariamente actuaron como órganos de poder obrero y de alianza con los sectores populares del campo y la ciudad. Se extienden por el territorio chileno durante la huelga patronal de octubre del 72’.

"Los Cordones muestran el poder de la clase trabajadora que quería conquistar otra sociedad, tenían la fuerza, la conciencia y las ganas de dar vuelta la tortilla completamente. No solo avanzar en reformas o mejorar las condiciones de vida, si no que una perspectiva completamente diferente", comenta la directora y actriz Valeria Yañez, de la obra "Cordones Industriales" del Colectivo Tarea Urgente.

Con el paro de la locomoción colectiva, una de las primeras tareas planteadas para los trabajadores y los sectores populares, fue resolver el problema del transporte hacia los lugares de trabajo. En diversas fábricas se toman y usan los camiones de las empresas para suplir la falta de microbuses, que en un 70% estaban en manos de privados. También se hace uso de micros y autobuses privados.

Pero lo más importante para resistir, era responder a cuestiones relativas a la organización de la producción y el abastecimiento. Mientras las clases dominantes querían desquiciar la vida social paralizando la producción y fomentando el mercado negro y el acaparamiento, generando así exasperación en las clases medias y apremiando a los sectores populares; los trabajadores y trabajadoras respondieron tomándose las fábricas paralizadas por los patrones y poniéndolas a producir bajo su control mientras exigían el traspaso al área de propiedad social. De esa manera, como efecto de las tomas obreras, en octubre de 1972, 65 nuevas empresas son integradas al área estatal, de las cuales solo 9 estaban previstas en el plan de la UP. Producto de las luchas obreras por abajo, el total de empresas estatales llegó a 232, muy por encima de las previstas en el programa original de la UP.

Los cordones cuestionaron la propiedad privada de la producción, el transporte y el comercio. Mostraron también que la clase trabajadora puede organizar la economía sin los patrones, resolviendo necesidades sociales populares reorientando la producción. Lograron la coordinación con campesinos, pobladores y estudiantes.