La Izquierda al Consejo es la fórmula impulsada por la Agrupación Juvenil Anticapitalista y Pan y Rosas, para contender en las elecciones a Consejo Técnico y el Programa de Sociología en la FES Acatlán.
Lunes 14 de noviembre de 2016
¿Qué es La Izquierda al Consejo?
Es una fórmula de izquierda, anticapitalista, lanzada para el Consejo Técnico, a cargo de Martín Salomón como propietario y Brenda Ballesteros como suplente, y ante el Programa de Sociología, con Kateryne Negrete y Enrique López como propietaria y suplente respectivamente. Recupera su nombre de la campaña que hace un semestre disputó las elecciones para el Consejo Universitario.
Así mismo, levanta la denuncia en contra de la violencia machista, en contra de la antidemocracia en la Universidad y por la defensa de la educación pública y gratuita, es decir, cuestiona de fondo la estructura, funcionamiento y los intereses de los grupos que operan al interior de la UNAM.
¿Cómo se gestó La Izquierda al Consejo?
La fórmula parte de una premisa, a saber: la Universidad no está aislada de la dinámica social en la cual se circunscribe, así pues, en ella se reproducen las contradicciones y discursos que empapan a la sociedad mexicana.
En este sentido, la Universidad está viva y es atravesada por las diversas tendencias que en la realidad se expresan. Prueba de eso fue la implementación del Programa de Renovación de la Planta Académica y el Subprograma de Jóvenes Académicos de Carrera, los cuales hacen eco de las reformas estructurales de Peña Nieto.
Así como las múltiples asambleas y paros que hubo en las diversas escuelas por la desaparición de los 43 normalistas en Ayotzinapa, que en particular en la FES Acatlán, pusieron a discutir a cientos de estudiantes, quienes se organizaron en diversas actividades con trabajadores y docentes.
Esta última experiencia, aunada al clima de movilizaciones que generó el movimiento magisterial y el intento de recorte a la matrícula en las divisiones de Humanidades y Socioeconómicas que se dio al principio de semestre, han generado una conciencia política en grandes franjas de estudiantes, que si bien no se expresan en la organización más activa, sí mantienen en el imaginario colectivo el cuestionamiento hacia la toma de decisiones en la Facultad.
Bajo este análisis y praxis se lanzaron las diversas candidaturas que conforman La Izquierda al Consejo.
¿Por qué una candidatura que se reivindique de izquierda?
Ante la panorámica expuesta y considerando los diferentes escenarios que se pueden abrir en el futuro cercano, es imperativo ocupar los espacios de supuesta representación estudiantil, con el propósito de ocuparlos como tribuna de denuncia y a través de la organización evitar mayores agravios hacia los estudiantes, académicos y trabajadores, así como para recuperar y conquistar mayores prerrogativas para estos sectores.
Una candidatura que se reivindica de izquierda se delimita y diferencia del resto de los proyectos, pues creemos que para mejorar las condiciones reales de quienes integramos la Universidad, se debe pelear por el cambio profundo de la estructura en la que opera la misma, proyectos como un comedor subsidiado o guarderías para los estudiantes que son padres, responden a una realidad concreta de la carestía de la vida y de problemas objetivos de sectores vulnerables e invisibilidades en otras candidaturas.
La pelea por estos objetivos y muchos más no se puede disociar del cuestionamiento hacia prácticas como el pago de cuantiosas pensiones vitalicias para ex rectores y funcionarios.
¿Una consejería para qué?
Es conocido que estos espacios suelen ser ocupados como trampolín político para ser parte de los partidos políticos patronales. Durante su gestión legitiman los planes de las autoridades sin consultar a los estudiantes y aprueban medidas que atentan contra la educación pública y gratuita, haciéndose pasar por nuestros representantes.
Conquistar este espacio representa la oportunidad de dar la lucha a distintos niveles, poniendo la consejería al servicio de las demandas reales de los estudiantes. A la par de construir un gran movimiento estudiantil en unidad con los trabajadores y académicos que se organice y luche codo a codo en las calles, haciendo suyas las demandas de los y las trabajadoras.
Esta consejería dará la pelea para que los trabajadores, académicos y estudiantes seamos los encargados de definir el rumbo que tome nuestra Universidad mediante un gobierno tripartito con mayoría estudiantil. Sólo de esta manera podremos implementar la existencia de comedores y centros de fotocopiado subsidiados, la consulta del diseño de los planes de estudio, la difusión de cultura e investigación, el otorgamiento de becas, el incremento de la matrícula y toda aquella medida que garantice la gratuidad y el carácter público de la educación.