Jueves 7 de abril de 2016
El martes desde el Fondo Monetario Internacional publicaron los capítulos 2 y 3 del reporte Perspectivas de la economía mundial para 2016. El capítulo 2 desarrolla un “Análisis de la desaceleración de los flujos de capital hacia los mercados emergentes” y en el capítulo 3 el foco está puesto en la estimulación de la oferta, los efectos macroeconómicos de los cambios en el mercado de trabajo y producción de las llamadas economías avanzadas.
En este artículo desarrollaremos los ejes centrales del capítulo 2 elaborado por Rudolfs Bems y Luis Catão, donde se confirma que “el flujo de inversiones hacia países con mercados emergentes continúa siendo moderado, tras cinco años en que han disminuido de manera sostenida”. Y agrega: “El fenómeno afectó a todas las regiones y a la mayoría de las economías de mercados emergentes, sin importar su tamaño; es decir, no se limitó a China, Rusia o el grupo BRICS”.
Aunque la confirmación no sorprende y la tendencia de salida de capitales de los mercados emergentes, reforzada por los malos pronósticos para las economías de estos mercados y por la suba de tasas de la FED en diciembre pasado que generó un reflujo de capitales hacia Estados Unidos.
Aun así para el organismo esta situación de retroceso de capitales en los mercados emergentes es motivo de preocupación principalmente porque desalientan la inversión y el crecimiento interno; y resaltan que “fases descendentes prolongadas de los ciclos de flujos internacionales de capital en las décadas de 1980 y 1990 estuvieron vinculadas a un elevado número de crisis de deuda”.
El informe del FMI concluye que la desaceleración de los flujos de capital iniciada en 2010, está determinada por la “contracción del diferencial previsto entre el crecimiento de las economías de mercados emergentes y el de las economías avanzadas”.
Conclusiones del informe
El informe y las conclusiones del capítulo 2 expuestas por el FMI, estuvo basado en el análisis de 40 economías de mercados emergentes, donde se observó que la principal explicación de la desaceleración del capital en los países emergentes, se debe al deterioro de las perspectivas de crecimiento en estas economías.
Advirtieron que factores estructurales y de políticas internas, pueden matizar el grado en que se ven afectados estos países, donde una ventaja importante fue la “mayor integración financiera a escala internacional, reflejada en el aumento de los activos externos (incluidas las reservas internacionales) y en una mayor cantidad de deuda externa denominada en moneda nacional (menos pecado original), lo cual atenúa el grado en que la disminución de los flujos de capital afecta el riesgo país”. Otro atenuante mencionado en el informe del FMI es la flexibilización de los tipos de cambio, donde las depreciaciones elevan el costo de las salidas y ayudan a atraer nuevas entradas.
Para finalizar el documento plantea algunos “consejos útiles”, dentro de ellos se destacan las políticas fiscales prudentes para reducir la deuda pública; mayor flexibilidad cambiaria y una gestión prudencial de las reservas. En resumidas cuentas para el FMI los ciclos de desaceleración de flujos de capital en los países emergentes se pueden amortiguar implementando las conocidas políticas “prudenciales” de ajuste. El retroceso de las inversiones en los emergentes es un proceso visible, pero también lo es en países de economías “avanzadas” como Estados Unidos, lo que evidencia un problema más profundo de la economía mundial las contradicciones del débil crecimiento global.