Fue secuestrado en 1976. Declaró en el juicio donde se condenó a 15 represores de la Unidad 9. Gran referente de la lucha por los derechos humanos en la región.
Sábado 3 de abril de 2021 19:10
Hondo pesar causó la noticia del fallecimiento de Juan Miguel Scatolini, sobreviviente de la última dictadura cívico-militar- eclesiástica y un incansable luchador por la memoria, verdad y justicia en la región.
Asistente social criminológico del Servicio Penitenciario Bonaerense y militante de la Juventud Peronista, fue perseguido desde 1974 y secuestrado en 1976 junto a su compañera y su pequeño hijo de dos años. Pasó por La Cacha, la Unidad 9 y el centro clandestino que funcionó en la sede platense de Infantería de la Policía bonaerense en 1 y 60 de la ciudad de La Plata.
Su testimonio, junto al de otros sobrevivientes, y a pesar de haber sufrido amenazas durante el proceso, permitió condenar en 2010 a 15 represores de la Unidad 9, entre ellos los jefes de la Unidad, Abel David Dupuy e Isabelino Vega, quienes recibieron la máxima pena.
De larga trayectoria en el trabajo con las personas privadas de su libertad, formó parte de la Campaña Nacional contra la Violencia Institucional. Fue funcionario en la órbita de los Derechos Humanos y Justicia de la provincia de Buenos Aires. Uno de los centros universitarios en la Unidad Penal de Florencio Varela lleva su nombre.
Hoy en las cárceles va a ser un día más triste de lo habitual.
Se murió por covid Juan Miguel Scatolini, una de las pocas personas q se ocupaban de la situación de los presos. Uno de los centros universitarios dentro de un pabellón lleva su nombre.
Harta de la muerte de mierda.— Claudia Cesaroni (@CCesaroni) April 3, 2021
Profundo pesar por el fallecimiento de Juan Miguel Scatolini
Un luchador incansable por la justicia, los DDHH y sociales. Desde hace diez años, uno de los Centro de estudiantes universitarios de la cárcel de Varela lleva su nombre. pic.twitter.com/iVXeMETRyE
— Comisión Provincial por la Memoria (@CPMemoria) April 3, 2021
La lucha de sobrevivientes y familiares que a 45 años del genocidio no claudica, es el camino que marca a las nuevas generaciones seguir en la pelea contra la impunidad de ayer y la de hoy.