El exobrero de la automotriz que sobrevivió al secuestro y torturas que sufrió junto a sus compañeros dentro del Quincho, el centro clandestino que la empresa tenía dentro de sus instalaciones, falleció esta mañana.
Domingo 1ro de agosto de 2021 21:27
Foto: Hoy
Este domingo conocimos la triste noticia del fallecimiento de Pedro Troiani, uno de los veinticuatro exobreros de Ford, que lograron sobrevivir tras el secuestro y torturas que sufrieron en el centro clandestino que la empresa tuvo dentro de sus instalaciones, en la planta ubicada en General Pacheco.
Troiani ingresó a trabajar en la multinacional automotriz en 1963, cuando tenía tan solo 25 años. Sus tareas eran en el sector de montaje, en el área de pintura. Fue delegado desde el año 1970 hasta el golpe genocida.
Como relató en su declaración durante el juicio contra Pedro Müller (exgerente de manufacturas y segundo en la escala jerárquica de Ford), Francisco Sibilla (teniente coronel retirado y ex jefe de seguridad de la planta de Pacheco) y el exgeneral del Ejército Santiago Riveros, la contaminación por plomo era el principal reclamo de los trabajadores de Ford y había accidentes laborales graves en la línea de producción permanentemente.
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Vale mencionar que Pedro falleció sin poder ver en cárcel común a los empresarios de Ford, a pesar de haber sido condenados hacen casi tres años por estos delitos de lesa humanidad.
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El sindicato Smata hacía oídos sordos a los reclamos obreros y el Ministerio de Trabajo no respondía a las denuncias. Esta fue una de las principales luchas que llevaron adelante. Troiani recordó con precisión que la conducción del Smata, meses antes del golpe, los llamó a un plenario de delegados en la Federación de Box. Allí el secretario general José Rodríguez (el legendario burócrata que manejó el sindicato entre 1973 y 2009, cuando murió) les dijo que se venía el golpe, que él iba a amoldarse y que los cuadros medios iban a ir presos. “¡Si eso no fue una amenaza! Todos los trabajadores de distintas fábricas del Smata sufrimos esa amenaza”, exclamó el exobrero ante el Tribunal.
Durante su declaración en el juicio ante el tribunal de San Martín, Troiani relató como fue la complicidad entre la empresa, el ejército y el sindicato SMATA para llevar adelante los secuestros y torturas y aseguró: "Las peores torturas las sufrimos en el quincho de Ford".
Luego de permanecer secuestrados en el Quincho, fueron trasladados a la comisaría de Tigre, donde se encontraron con los compañeros de Ford que estaban desaparecidos y también con otros de Astarsa, Terrabusi y otras fábricas de la zona.
En la comisaría de Tigre, en un interrogatorio a cargo del teniente Molinari, Troiani vio las credenciales suya y de otros obreros, con el logo de Ford. El acceso a esas fichas de personal lo tenía solamente Galarraga, de la oficina de personal. “Ahí me convencí de que Ford era parte de todo esto”, sentenció el exobrero.
Troiani relató que luego de 40 días de estar ahí los blanquearon y trasladaron a la cárcel de Villa Devoto, donde estuvieron seis meses y las condiciones de detención eran brutales. Dentro de Devoto había una iglesia. Un día los llevaron allí dentro, los desnudaron y torturaron.
En su declaración Troiani contó cómo los familiares también sufrían terriblemente las consecuencias de la dictadura genocida. A las visitas las hacían pasar y, a través de una reja, alrededor de 300 detenidos recibían a quienes iban a verlos. A las mujeres el Servicio Penitenciario las abusaba sometiéndolas a revisaciones terribles, las acosaban.
Luego de esos seis meses de detención en Devoto, los trasladaron a La Plata. Estaban en muy malas condiciones de salud, desnutridos. En mayo de 1977 Troiani fue liberado pero siguió perseguido hasta el final de la dictadura. Iban militares y civiles a su casa en cualquier momento y lo llevaban a la comisaría.
La causa Ford es un claro ejemplo de como los grandes empresarios, las burocracias sindicales y el Estado planificaron y llevaron adelante el genocidio de clase. La lucha de Pedro y sus compañeros y de todas y todos los trabajadores, continúa por el juicio y castigo para cada uno de los responsables.
Pedro Troiani junto a otros sobrevivientes de Ford como Carlos Propato, siempre acompañaron las luchas obreras, como la de las y los trabajadores de Lear, la autopartista ubicada también sobre Panamericana, que pelearon contra la multinacional y los ataques del mismo sindicato, el SMATA.
Hacemos llegar nuestro acompañamiento a su compañera Elisa, sus hijos e hijas, nietos y nietas, sus compañeros y amigos, y el compromiso de continuar la pelea por el juicio y castigo en cárcel común para todos los genocidas.
Andrea Lopez
@lopez76_andrea Cronista de la sección Libertades Democráticas de La Izquierda Diario, miembro del Centro de Profesionales por los Derechos Humanos.