Sucedió el lunes 12 de agosto por la tarde/noche. Sus compañeras la acompañamos hasta sus últimos momentos. Y la despedimos como lo que fue: una guerrera que batallo con firmeza en 2 frentes. Hoy es nuestra bandera.
Angélica Brites Enfermera despedida | Hospital Posadas | Agrupación La Marrón
Jueves 15 de agosto de 2019 11:18
Este martes 13 de agosto, a 2 años del comienzo de la lucha emblemática de enfermería, sus compañeras le rendimos un conmovedor homenaje. Todas la recordamos de la misma manera. Como una enfermera luchadora pero también muy amorosa con sus pacientes. Como una trabajadora ejemplar y una compañera incansable.
Allá por enero de 2018 Graciela era despedida por Bertoldi y Leonardi, responsables del directorio del Posadas. A pesar de los aprietes de los delegados traidores de ATE, o del desprecio de su secretario general en persona, Darío Silva, ella siguió peleando por los derechos de sus compañeros y por la calidad de atención hacia sus pacientes. Y a pesar de la enfermedad que estaba cursando, Graciela fue avisada un 15 de enero que estaba en la lista de enfermeros que no podíamos ingresar más al hospital. A partir de ahí no se le abonó un solo peso. Ni siquiera lo trabajado. Y por supuesto, el departamento de enfermería no le permitió tomar servicio. Lo que ella más amaba en la vida. Cuidar pacientes.
La valentía y la fuerza que expresaba Graciela eran vistas con admiración, y hasta los periodistas de los medios que la entrevistaban, en aquellos momentos le confesaban que estaban impactados por su voluntad y su entereza. Y muchas veces era motor, porque lo que Graciela demostraba de maravilloso en su persona, volvía a aquellos que la echaron y sus cómplices, lo más vil, repulsivo y excretable de la condición humana.
Nunca vamos a olvidar a los burócratas de ATE y UPCN que no solo nunca la defendieron sino que además ni siquiera quisieron garantizarle la continuidad del tratamiento manteniéndole la obra social.
Graciela decidió que debía morir en su hospital. Una de las enfermeras que la asistió, con mucha admiración contó que se sintió acompañada siempre por la solidaridad de sus compañeras, nosotras, sus amigas. Y eso es una condición que tenemos los trabajadores, que los poderosos nunca van a poder quebrar.
Por eso Graciela hoy es bandera. Porque nos demuestra que no podemos no estar a la altura de lo que su lucha representa. Porque tenemos el deber de continuarla. Porque si no nos organizamos los mismos que permitieron que Graciela no pueda trabajar más van a seguir atornillados en sus sillones. Por terminar con un sistema que permite que estos patroncitos sin alma descarten trabajadoras que dan su vida por la asistencia y el amor de sus pacientes.
Graciela Casco PRESENTE. Ahora y siempre