En el marco del encuentro de cancilleres del G20. El tema Nicaragua y Venezuela también fue parte de la agenda.
Martes 29 de junio de 2021 11:02
Foto: Télam
El canciller argentino, Felipe Solá, se encuentra en Roma, Italia, con motivo de la cumbre de cancilleres del G20. En este marco, se reunirá con el secretario de Estado de Joe Biden, Antony Blinken. Entre otros temas en agenda, el funcionario argentino buscará su respaldo para la renegociación de la deuda con el FMI y con el Club de París.
Como queda cada vez más claro: honrar la fraudulenta, ilegítima e ilegal deuda externa, sin siquiera investigar, mientras la pobreza, el desempleo y la precarización aumentan, es la prioridad número 1 del Gobierno. El mismo Alberto Fernández realizó una gira por Europa y Martín Guzmán recientemente estuvo en Estados Unidos tras el mismo objetivo.
Ahora, la presencia de Solá en el viejo continente persigue una agenda de trabajo que incluye numerosas reuniones bilaterales y su participación en la Reunión Ministerial de Relaciones Exteriores del G20, en la capital italiana, para luego proseguir con una serie de audiencias en el Vaticano, que se desarrollarán el próximo jueves 1 de julio.
La delegación argentina es encabezada por Solá y por el sherpa (consejero) Jorge Argüello, quien además es el embajador argentino en Estados Unidos.
Este martes la cumbre se trasladó a la ciudad de Matera, también en el sur italiano. Allí Solá tenía en agenda dos reuniones muy importantes. La primera en el Palazzo Lanfranchi con el Secretario de Estado de los Estados Unidos de América, Antony Blinken. Más tarde, hará lo propio con su par de Alemania, Heiko Maas.
También tendrá una serie de reuniones bilaterales con sus colegas de Turquía, Mevlüt Çavuşoğlu; y de Singapur, Vivian Balakrishnan; además del Alto Representante para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad de la Unión Europea, Josep Borrell Fontelles.
Con Blinken, la delegación argentina expuso cerca del mediodía (a las 7, hora argentina) su postura sobre la situación en dos países que a Estados Unidos le preocupan especialmente: Nicaragua y Venezuela. Estos son dos temas “espinosos” para la relación entre la Argentina y Estados Unidos.
El Gobierno busca plantear posiciones ambiguas, por un lado, sin condenar los regímenes autoritarios y represivos de ambos países. Por otro, sin denunciar injerencia imperialista, que con la excusa de defender la democracia y los derechos humanos en esos países no deja deja de aumentar. Los alineamientos con Estados Unidos en su política para el subcontinente, son un elemento que atraviesa la búsqueda de apoyos para la renegociación de la deuda externa argentina.
Nicaragua y Venezuela son dos objetivos del imperialismo que, a través de la OEA, busca retomar el control regional de América Latina alineando a todos los gobiernos detrás de su política internacional.
En ambos casos, Estados Unidos para justificar su mayor intervención, se apoya en las violaciones a los derechos humanos y libertades democráticas por parte de esos gobiernos. Denunciar esta injerencia no significa darle apoyo político a Ortega o Maduro, sino que tiene que ser la clase trabajadora y popular la que enfrente a estos gobiernos y al mismo tiempo la injerencia imperialista.
Sin embargo, esta no es la posición del Gobierno argentino que necesita de los favores de Estados Unidos para seguir pagando el saqueo de la deuda del FMI.
La Casa Rosada se abstuvo de condenar recientemente las violaciones a los derechos humanos cometidas por el régimen sandinista durante el tratamiento de un proyecto de resolución en la Organización de Estados Americanos (OEA). Como informó este medio, la situación en Nicaragua se pone cada vez más tensa por la política represiva y la escalada autoritaria del Gobierno de Daniel Ortega y su esposa Rosario Murillo, vicepresidenta del país. Se trata de un Gobierno que tiene las manos manchadas de sangre por las centenas de asesinados durante la rebelión de 2018.
Pero también está cruzada por la política intervencionista de Estados Unidos con sus amenazas y sanciones, y de la propia Organización de Estados Americanos (OEA), como se vio en su reciente resolución donde justamente gobiernos que reprimen y asesinan en sus países han votado condenas contra Nicaragua.
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En cuanto a Venezuela, Argentina decidió retirarse del Grupo de Lima, conformado por 13 países, a fines de marzo de 2021. El grupo se formó en 2017 con el impulso de EE. UU. y la OEA para presionar por la salida del poder de Maduro en medio de un pico de la crisis social y política a la que han arrastrado al país las políticas de ajuste económico y represión del gobierno venezolano, luego agravadas por las sanciones imperialistas. El comunicado explica que “la República Argentina formalizó su retiro del denominado Grupo de Lima, al considerar que las acciones que ha venido impulsando el Grupo en el plano internacional, buscando aislar al Gobierno de Venezuela y a sus representantes, no han conducido a nada”, un argumento ambiguo.
Cómo sigue la gira
El miércoles 30, en la ciudad de Brindisi, el canciller argentino será recibido por su par italiano, Luigi Di Maio, en el marco de un almuerzo oficial ofrecido a los Jefes de Delegación. Allí tiene previsto reunirse con su par de la India, Subrahmanyam Jaishankar. También participará en la cumbre ministerial de asistencia humanitaria, a realizarse en la Base de la UNHRD / ONU en el Aeropuerto Militar de Brindisi.
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Después de la cumbre, Solá se trasladará hasta territorio africano. En Túnez lo aguarda su par Othman Jerandi, con quien conversará para la promoción comercial de Argentina.
El canciller Solá mantuvo hoy una audiencia de una hora con el Secretario para las Relaciones con los Estados de la Santa Sede, Monseñor Paul Richard Gallagher, en el Palacio Apostólico del Vaticano.https://t.co/msZK6d0Qbo pic.twitter.com/3sNHkkSEVe
— Cancillería Argentina 🇦🇷 (@CancilleriaARG) June 26, 2021
El regreso de Solá a suelo argentino está previsto para el 6 de julio. Su última actividad antes de volver será en Viena, la capital austríaca, donde estará con Rafael Grossi, Director General del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), la principal agencia de energía atómica de la ONU y con los embajadores argentinos de la zona central de Europa.
El ministro Solá había arribado el sábado 26 de junio a Roma, donde mantuvo al mediodía una audiencia en el Vaticano con el Secretario para las Relaciones con los Estados, Monseñor Richard Gallagher.
La semana pasada hizo su intervención en el Comité de Descolonización de la ONU en su sede de Nueva York, donde volvió a reclamar por la soberanía argentina en las Islas Malvinas.
Redacción
Redacción central La Izquierda Diario