Fernando Castro es Editor de Política del diario La Mañana Neuquén. Acá las respuestas que nos brindó en exclusiva para La Izquierda Diario sobre el gobierno del MPN, la oposición, los sindicatos y la izquierda en Neuquén.
Domingo 5 de junio de 2016 10:18
¿Cómo ves al gobierno de Gutiérrez y al MPN en la nueva realidad política nacional y provincial?
Omar Gutiérrez tiene varios desafíos al mismo tiempo. Para la historia de esta provincia, es un nuevo apellido que asume en el sillón de gobernador, pese a ser de una familia ligada al MPN. Tiene la necesidad de “jugar” hacia afuera pero también hacia adentro de su estructura partidaria. Asume el liderazgo desde un lugar en el que fue elegido primero por su antecesor y luego por la legitimidad del voto popular. Rinde exámenes todos los días, en esta suerte de tormenta permanente en la que le toca asumir. Tiene ciertas afinidades en materia de gestión con el gobierno nacional. En ese contexto, no se escapó de la lógica del grueso de los gobernadores para los que acercarse al macrismo fue la salida rápida para no profundizar una crisis local.
¿Cómo ves a la oposición dentro de la Legislatura y de cara a las elecciones del 2017?
Veo algunos sectores del PJ que lograron acercamientos con el gobierno provincial, y que van a ser, cuando las papas quemen, funcionales a su estrategia. El frente del kirchnerismo y Ramón Rioseco, por ahora, se muestra poco ambicioso: parece alcanzarle con facturar ese acercamiento de Gutiérrez al macrismo, dejándolo del lado de ciertas políticas a las que se podría tildar de antipopulares. Veo mezquindades, también, que a estos sectores con, en principio, menos diferencias entre sí, les impiden constituirse en una alternativa con agenda propia. ¿Lo buscarán? Como sea, es un déficit casi histórico del peronismo neuquino y su variante kirchnerista. Al PRO y NCN les queda el lugar de supeditarse a una buena convivencia con el MPN, con anclaje en Buenos Aires, y con algunos estertores de tono local que, en rigor van a ser casi para la tribuna, si todo marcha como hasta ahora entre Provincia y Nación.
Al mismo tiempo, veo a la izquierda ocupando lugares importantes como pocas veces. Pero, a mi juicio, presa de sí misma. Desde el lugar que tiene hoy, sólo se ciñe a marcar una posición divergente desde la que no tiene tantas posibilidades de construir. Hacer otra cosa, parece decir, sería una traición. En tiempos en que el valor de la palabra, las ideas y los idearios, en ocasiones tienden a diluirse, o dejarse de lado según imponga el momento. Sin embargo, me pregunto por la apuesta a largo plazo que subyace a este posicionamiento, y si eso alcanza como para crecer desde el lugar minoritario que tiene hoy. Otro tema es si quiere ese otro lugar.
Entiendo que es muy temprano para saber qué puede pasar en las elecciones de 2017. El escenario que viene es hipercomplejo. El rumbo de la economía da algunas pistas, y el creciente nivel de movilización social. Pero todavía no son definitivas como para proyectarlas tan claramente a la política.
¿Qué rol ves que juegan los sindicatos (del sector privado y estatal) en la política provincial actual?
No hay un solo rol que estén jugando. En la provincia, cada uno tiene diferentes formas de relacionarse con el Ejecutivo y con la comunidad en general. Comenzaron el año peleando salarios en un contexto de paritarias a la baja y tratando de evitar que haya despidos. Hoy ese rol ya les queda corto y añaden a su pliego reclamos de una órbita algo más amplia, que cruzan a sectores desmovilizados de la sociedad, como las quejas por la tarifa. A nivel nacional la CTA endurece su postura. Mientras que la CGT, con las variantes de cada una de sus líneas internas, se enfrenta a sus propios límites. Muchos de ellos se relacionan con la historia de varios de sus líderes y cómo eso juega a la hora de negociar con el gobierno.