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Red Internacional
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CINE EFEMÉRIDES. Fernando de Fuentes: una mirada cruda sobre la Revolución Mexicana

Con su trilogía sobre la Revolución Mexicana el realizador desmitifica parcialmente la historia oficial. Además, realizó la primera comedia ranchera mexicana y trabajó al lado de los tres íconos de la Época del Cine de Oro, María Félix, Jorge Negrete y Pedro Infante con lo que grabó en su nombre en la historia del celuloide.

Miércoles 4 de julio de 2018

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El 4 de julio de 1958 fallece en el Distrito Federal el director de cine Fernando de Fuentes quien en su carrera rodó 34 películas y dos cortometrajes es conocido por haber dirigido la trilogía que mejor retrata la Revolución Mexicana: El prisionero 13 (1933), El compadre Mendoza (1933) y ¡Vámonos con Pancho Villa! (1935).

De Fuentes nació el 13 de diciembre de 1894 en el puerto de Veracruz, hijo de un gerente del Banco Nacional de México vivirá su infancia y adolescencia en la ciudad norteña de Monterrey. Estudiará en la Universidad de Tolane, Nueva Orleans, regresa en 1914 a México donde se desempeña en trabajos bancarios, fue secretario auxiliar de Venustiano Carranza.

Se interesó por la poesía y gana un concurso organizado por los periódicos El Universal y Excelsior con su estilo de poesía romántica. Se inicia en el séptimo arte como gerente de una cadena de cines, a la llegada del cine sonoro a México se le ocurre ponerle subtítulos a las películas. Trabajó como editor de imagen de la cinta Águilas contra el sol (1932) de Antonio Moreno, pero ya tenía preparados los guiones que quería filmar.

Fue coguionista del cineasta húngaro emigrado a Hollywood John H. Auer en Una vida por otra, también fue asistente, sin crédito, de Arcady Boytler en Mano a mano (1932). Fernando de Fuentes escribe y dirige su primer filme El anónimo (1932), prácticamente enseguida viene la primera parte de su trilogía revolucionaria, El prisionero 13.

El prisionero 13 narra la historia de un malvado y alcohólico militar que lleva al paredón a su hijo, ambientada en la dictadura huertista, momento histórico caracterizado por la traición, la corrupción, la decadencia moral y la arbitrariedad de las altas jerarquías militares en el poder.

Algunos sectores de la sociedad llamaron a la protesta por el sentido trágico de la historia además que era demasiado real el dibujo de los personajes, era la primera vez que se trataba el tema del conflicto armado a sólo dos décadas de distancia.

Ese mismo año filma El compadre Mendoza con un guion de Mauricio Magdaleno y Juan Bustillo Oro. Narra la historia de un hacendado convenenciero, quien se las arregla para quedar bien con ambos bandos en conflicto. El gobierno lo ve como un partidario de Huerta y los revolucionarios lo ven como un zapatista.

La cinta toma distancia de las biografías oficiales de personajes revolucionarios. Presenta personajes complejos que pueden variar de sus preceptos en medio de un conflicto que deja de lado lo colectivo en busca del beneficio propio, con todas sus complejidades. El éxito de esta película prepara el terreno para cerrar la trilogía.

¡Vámonos con Pancho Villa! es la primera superproducción del cine mexicano y una de las mejores cintas del cine nacional, llega a desmitificar el movimiento armado de 1910-1917, está basada en una novela homónima de Rafael F. Muñoz y adaptado por De Fuentes y el literato Xavier Villaurrutia.

Narra la historia de Los leones de San Pablo, un grupo de amigos que se unen a las fuerzas armadas de Pancho Villa los cuales uno a uno van muriendo heroicamente, hasta que algunos llegan a ser parte de la escolta personal del líder revolucionario.

Se muestra un Villa complejo alejado de la versión oficial, aunque mantiene resabios de la imagen brutal que los vencedores de la revolución impusieron sobre el Centauro del Norte, la película fue un suceso en su estreno y con el tiempo se ha ganado más adeptos. La UNAM y la Filmoteca rescataron un final alternativo que se tenía donde el general Villa asesina a sangre fría a una familia llevándose a un pequeño con él para ser parte del movimiento armado.

Sin duda la trilogía de la revolución de Fernando de Fuentes es imprescindible para entender y apreciar el cine mexicano de su época. En gran parte, la Época de Oro posterior fue influenciada por la obra de este director.

El siguiente año, De Fuentes vuelve a dejar su huella en la historia del séptimo arte al rodar Allá en el rancho grande (1936) que sería la primera comedia ranchera del cine mexicano, después realizaría La gallina clueca (1941) con Sara García y con fotografía de Gabriel Figueroa; Doña Bárbara (1943) con María Félix, de donde le viene el apodo, La Doña, con el que se le conocerá después; Hasta que perdió Jalisco (1945) una cinta de época con Jorge Negrete.

También realiza una segunda versión de Allá en el rancho grande (1948) esta vez protagonizada por Jorge Negrete; y con Los hijos de María Morales (1952) De Fuentes trabaja con Pedro Infante, Irma Dorantes, Andrés Soler y Emma Roldán.

La última participación en cine del director es en la película coral Tres citas con el destino (1953) dividida en tres episodios uno español, uno mexicano y uno argentino, el título con el que se conoce en la Argentina al filme es Maleficio.