Los líderes de los sindicatos ferroviarios firmaron acuerdos paritarios por el 15 % cuando ni el oficialismo puede defender una meta de inflación por ese porcentaje.
Juana Galarraga @Juana_Galarraga
Martes 24 de abril de 2018
Los últimos miembros en sumarse al club del 15% llegaron en tren. Se trata de Sergio Sasia, secretario general de la Unión Ferroviaria y Omar Maturano, su par de La Fraternidad.
Los líderes de los sindicatos ferroviarios llegan un poco tarde. Firmaron acuerdos paritarios por el 15 % sin cláusula gatillo, bien a gusto del ministro de Trabajo Jorge Triaca, en momentos en que ya ni siquiera Cambiemos puede sostener la meta de inflación que pronosticaba.
El techo a las paritarias que el Gobierno impuso en las negociaciones con los sindicatos, tenía como único argumento que la inflación no iba a superar precisamente el 15%. Sin embargo, ni el FMI respalda ese pronóstico y estima que la inflación en Argentina rondará un 19%.
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El límite que se le presenta al oficialismo para seguir sumando socios al club del 15% se evidenció en las audiencias con la UOM, una de las negociaciones paritarias más importantes de la industria. En el medio de las discusiones entre el sindicato, que pedía un 20% y las condiciones de los empresarios que bregan por un ridículo 12%, el Gobierno habría evaluado la posibilidad de cerrar el acuerdo por un 18.5%. Sin embargo, la negociación no cerró y está trabada, ante lo cual la UOM convocó un paro nacional para el 3 de mayo. La medida pautada no es un gesto de combatividad de Antonio Caló, quien ha dejado pasar despidos y suspensiones en el sector como si nada. Se trata de un reconocimiento de que los números que intentan imponer los empresarios y el Gobierno no cierran por ningún lado entre los trabajadores.
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Rosca sobre rieles
Sasia ha estado muy ocupado trabajando por “la unidad de la CGT”. Los últimos meses, el suyo estuvo entre los nombres que sonaron como candidatos con aspiraciones a conducir la central obrera. A diferencia de 2016, esta vez Sergio y el espacio que integra, el Movimiento de Acción Sindical Argentino (MASA), no se quieren quedar afuera. El MASA, agrupamiento donde el taxista Viviani juega un rol destacado, ha estado rosqueando a full con los Gordos e Independientes para quedarse con cargos dentro del consejo directivo de la CGT reconfigurado.
Sasia además, ya ha estado sumando porotos para aceitar lo más posible la relación con el Ministerio de Trabajo. Se podría llevar el galardón al secretario general más obediente. En febrero, en plena discusión sobre la reforma laboral que el oficialismo no se atrevió a hacer pasar por el Congreso, el ferroviario firmó un Convenio Colectivo de Trabajo flexibilizador a tono con el espíritu de dicho plan de reforma.
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Qué decir de lo actuado por Sasia frente a los despidos en Ferrobaires. Ante el cierre de la empresa que la gobernadora María Eugenia Vidal definió por decreto a mediados de marzo, 1500 familias se quedaban sin su fuente de trabajo. Lo hecho por Sasia y la conducción del sindicato no constituye más que una llana traición. Es más, la semana pasada los trabajadores en lucha se movilizaron hasta el sindicato y no les abrieron la puerta.
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En el Sarmiento, los trabajadores tercerizados de la empresa Ci5, también se encuentran en lucha.
Omar Maturano por su parte, es otro líder que ha estado muy ocupado con la crisis de la CGT. El hombre forma parte de la Confederación Argentina de Trabajadores de Transporte (CATT). Desde ese nucleamiento intenta hacer pesar el poder de fuego de los gremios que agrupa. ¿Para defender los intereses de los trabajadores del transporte y enfrentar el ajuste? No, lejos de eso: para rosquear cargos en la CGT.
Recientemente el MASA y la CATT se reunieron para acordar una estrategia común en las negociaciones para suplantar al actual triunvirato que la conduce.
“El gobierno anterior se equivocó en algunas cosas, éste se equivocó en todas”, sostuvo Maturano a mediados de marzo. Le faltó aclarar que según su concepción, se equivocó en todo menos en el monto de las paritarias que firmó a gusto.
