Las contradicciones del plan. Festejan los “mercados”: ¿Qué hay detrás del veranito financiero de Milei y Caputo?

Luis Caputo fue empleado del JP Morgan, Deutsche Bank y el Banco Mundial, por lo que no es una sorpresa que sepa cómo beneficiar a los grandes capitales y especuladores internacionales. Así como endeudo al país en favor de los fondos buitre bajo la gestión de Macri, a una velocidad pocas vista, ahora está logrando ganancias millonarias para los dueños de los bonos de deuda de la Argentina. Pero la catástrofe financiera del 2019 podría repetirse con las contradicciones que está acumulando el Gobierno, pese al festejo de los mercados.

Veamos los elementos centrales que desde el oficialismo marcan como éxitos durante las últimas semanas:

• Suba de los bonos de la deuda y baja riesgo país: los bonos Globales de Argentina ganaron este lunes un 2,2 % en promedio en Wall Street, para alcanzar nuevos precios máximos desde su salida al mercado hace cuatro años. La cotización promedio quedó en US$ 62,40. El riesgo país, medido por el JP Morgan, recortó 53 unidades para ubicarse en los 914 puntos básicos, una cifra mínima desde el 9 de agosto de 2019 (860 puntos). El índice señala sobretasa que debe pagar el Estado para endeudarse que depende del riesgo que consideran los grandes capitalistas tiene el país de no poder pagar sus deudas (default).

• Suba de las acciones: la bolsa porteña, el Merval, acumula una ganancia de 9,1% en pesos y de 17,5% en dólares en octubre. Pese a que la economía se encuentra en recesión y los sueldos están muy lejos de recuperar lo pérdido a principios de año por la devaluación de Caputo, un grupo de empresas concentradas están multiplicando sus ganancias (haciendo subir las acciones).

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• Baja de la inflación: a costa de destruir el consumo de las grandes mayorías, multiplicando la pobreza y la indigencia, y hundir la producción, el Gobierno logró que los precios subieran sólo un 3,5 % en septiembre. Un valor muy elevado en comparación con el resto del mundo, pero que los empresarios ven como una señal de que la inflación seguirá bajando.

• Blanqueo de capitales: el Gobierno está permitiendo el depósito en los bancos de dólares provenientes de la evasión de impuestos o actividades ilegales sin pagar un sólo dólar o a tasas muy bajas. Desde que Javier Milei asumió el Gobierno, los depósitos en dólares anotan un crecimiento de US$17.100 millones, totalizando US$31.200. Parte de estos depósitos van al Banco Central (BCRA) en concepto de encaje, haciendo subir las reservas. La primera etapa del blanqueo termina junto con el mes de octubre y los beneficiados tienen un amplio menú de opciones para retirar los dólares de los bancos a partir de esa fecha.

• Deuda externa: el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el Banco Mundial anunciaron recientemente préstamos por un total de US$8.800 millones. Esto sumado, a los marcos elogios del FMI al Gobierno, en el último viaje de Caputo a Washington, son interpretados por los fondos de inversión como un visto bueno de los organismos internacionales, que no le soltarían la mano a Milei dejándolo sin financiamiento. Sin embargo, en 2024 vencen más de US$20.000 millones, una cifra para nada fácil de afrontar, y las elecciones en Estados Unidos del próximo 5 de noviembre pueden alterar el panorama.

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¿El invierno está llegando?

El plan del Gobierno está sostenido sobre patas frágiles, además de las contradicciones ya marcadas, como se puede ver en los siguientes elementos:

• Dólar artificial: Caputo está sosteniendo el precio de la divisa en base al cepo cambiario que impide la libre compra, la intervención de las cotizaciones paralelas mediante el destino de un 20 % de la exportaciones al contado con liquidación y la intervención directa en los mercados paralelos cuando lo consideran necesario. El tipo de cambio actual hace a la Argentina cara en dólares volviendo insostenible el funcionamiento de amplios sectores de la economía como gran parte de la industria. Además una vez terminado el blanqueo de capitales, con las reservas del BCRA aún en terreno negativo y sin fuentes de financiamiento definidas no está claro cómo seguirán sosteniendo la apreciación del peso en el futuro.

• Balanza comercial endeble: al país, por el intercambio de productos, están entrando más dólares de los que salen debido al derrumbe de las importaciones producto de la recesión. O la caída de la economía continúa dañando aún más la producción o las importaciones comenzarán a recomponerse parcialmente, agudizando la escasez de divisas.

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• Sobreendeudamiento: el Estado terminó el 2023 con un stock de deuda equivalente a casi el 90% del PBI (Producto Bruto Interno), cuando en 2011 había llegado a ser del 40%. Seguir haciendo crecer la deuda, como pretende Caputo, es llevarla a los niveles que desencadenaron las graves crisis de deuda en el pasado.

• Falta de inversiones: mientras los especuladores ganan millones comprando bonos y algunas pocas grandes empresas subiendo los precios por encima de los salarios, no existen casi planes de inversión por fuera de limitados proyectos extractivistas de bienes comunes naturales. Poniendo en cuestión las posibilidades de crecimiento de la economía y del ingreso de dólares.

• Fuga de capitales: con estas condiciones, luego de que el Gobierno levante el cepo cambiario, nada puede impedir a los grandes empresarios realizar una fuga de capitales en masa como lo hicieron sobre el final de la gestión de Mauricio Macri si lo consideran conveniente.

Sin descartar ninguno de estos elementos, es importante destacar que el plan de Milei tiene como piedra angular el “déficit cero”, o sea el ajuste del presupuesto nacional para pagar la fraudulenta deuda externa. Los estudiantes, los trabajadores de la salud y los jubilados vienen marcando el hartazgo con los ataques que están sufriendo. Esta semana habrá paros nacionales del transporte, pese a las limitaciones que les imprimen las burocracias sindicales. Si el plan del Gobierno no estalla por sí mismo, o junto con la crisis del mismo, puede ser la lucha en las universidades, los lugares de trabajo y las calles las que obliguen a Milei, Caputo y el FMI a no poder seguir aplicando sus recetas neoliberales.