Los 250 empleados de la planta de Valeo en Martorelles han ratificado en asamblea el preacuerdo conseguido por el comité de empresa el pasado miércoles, poniendo fin así a una huelga de más de 100 días.

Joe Molina Trabajador despedido de Panrico, Barcelona | @joemolina57
Miércoles 11 de noviembre de 2015
La multinacional anunció a finales de julio a su personal que se llevaría la producción de sistemas de aire acondicionado para coches de la planta de Martorelles en Barcelona a la de Zaragoza y que esto implicaba el traslado de 214 de sus 257 empleados.
La plantilla inició entonces una huelga y movilizaciones estableciendo un campamento a las puertas de la fábrica que dio como resultado un acuerdo con la multinacional francesa que retrasa el traslado de la actividad a Zaragoza, y deja a la plantilla a la expectativa de que un nuevo inversor compre la fábrica. El pacto se ha aprobado con 159 votos a favor de un total de 207
Solo CGT ha rechazado el pacto al no estar de acuerdo con que se fije una fecha a la salida de la empresa, pues considera que esta debe mantener la actividad en Martorelles hasta que la fábrica esté nuevamente puesta en marcha. 45 personas han votado en contra del acuerdo.
Valeo pagará indemnizaciones de 55 días por año a todos los trabajadores, incluso a los que finalmente opten por aceptar el traslado, ya que allí empezarán de cero y asumirán una nueva relación laboral con la filial aragonesa, con la consiguiente pérdida de derechos que el convenio vigente contempla. La compañía pondrá en marcha un plan de prejubilaciones y otro de bajas incentivadas.
Valeo ha accedido a mantener su actividad en Martorelles hasta el 30 de junio de 2017, y se irá retirando progresivamente a Zaragoza.
Conviene recordar que esta indemnización ya estaba pactada con los trabajadores en caso de despido, no así en caso de traslado, y era el camino que Valeo pretendía tomar para ahorrarse tales indemnizaciones.
Por lo tanto hay que entender que en lo que se refiere a la indemnización, no es ninguna concesión por parte de Valeo, ya que si se traslada a los trabajadores en contra de su voluntad y con la consiguiente pérdida de derechos como antigüedad, jornadas reducidas por conciliación con la vida familiar, transporte o cualquier otro tipo de pluses, el traslado se convierte en un despido al desvincularte totalmente con la empresa que te contrató.
El acuerdo firmado por los sindicatos mayoritarios y la multinacional contempla también algunos condicionantes de la oferta que se ha hecho a los posibles inversores. El comprador deberá mantener la plantilla que se encuentre después de los traslados y las bajas voluntarias durante un periodo de tres años, aunque podrá rebajar considerablemente los costes al aplicar el convenio sectorial de la actividad que lleve a cabo. En el caso de que se trate de una empresa metalúrgica, los empleados pasarían a cobrar unos 300 euros menos al mes al pasar del convenio propio al del metal de Barcelona.
La asamblea es soberana y la mayoría aceptó el acuerdo, después de 102 días de huelga, pero no se puede evitar la sensación de que una vez más las direcciones sindicales mayoritarias no han estado a la altura, proponiendo aceptar un acuerdo que lo único que hace es retrasar la marcha de la empresa y deja una puerta abierta a la especulación de nuevos capitales, a cambio de sustanciales recortes en derechos de la plantilla.
Los empleados de producción han iniciado la actividad este lunes a las 6.00 horas, el resto lo ha hecho a las 8.00 horas. Ha sido en ese momento donde se ha hecho un pasillo para recibir a los opositores a la huelga. “Se han portado muy mal, si nos hubiesen apoyado la huelga no hubiese durado más de un mes en lugar de 101 días, les prometieron trabajo en Zaragoza u otro tipo de condición, pero al final no les ha salido bien”, explica David España, trabajador de fabricación.
De nuevo se pone de manifiesto la necesidad de la unidad de todos los trabajadores como único camino para hacer frente al sistema capitalista imperante que arrasa y machaca los derechos que se han conseguido luchando en las calles. Todo aquel que se crea intocable por haber aceptado los cantos de sirena de una patronal que tiene una falta total de escrúpulos y a espaldas de sus compañeros, no tiene futuro. Roma no paga traidores.