México, Estados Unidos y Canadá finalizaron la primera ronda de renegociación del Tratado de Libre Comercio América del Norte (TLCAN). Aún sin acuerdos se comprometieron a continuar las discusiones con ritmo acelerado.
Lucía Rodríguez México D.F.
Lunes 21 de agosto de 2017
En un comunicado, los tres países informaron que "las conversaciones continuarán a este ritmo rápido" por lo que la segunda ronda se llevará a cabo en la Ciudad de México del 1 al 5 de septiembre, posteriormente se reunirán a finales de ese mismo mes en Canadá para finalmente regresar a Estados Unidos en octubre.
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En la primera ronda de discusión, concluida el domingo 20 de agosto, Estados Unidos quiso empezar marcando el tono de la negociación con el discurso de Robert Lighthizer, representante comercial de la Casa Blanca, quien dijo que el TLCAN en su país “ha destruido 700.000 empleos” por lo que "ha fallado a muchos estadounidenses y debemos mejorarlo”.
Temas hostiles aún sin resoluciones
Como fue declarado previamente, Estados Unidos recalcó que su interés es lograr una reducción del déficit comercial de su país con México y Canadá, es decir, aumentar el numero de exportaciones con estos países respecto a las importaciones, además redefinir las reglas de origen y en particular las reglas del sector automotriz, para lo cual proponen un aumento importante del contenido estadounidense.
Según versiones de prensa, Estados Unidos habría pedido elevar las reglas de origen del sector de 62.5 por ciento actual hasta un porcentaje entre 70 y 80 por ciento.
Estados Unidos ha argumentado que el déficit con México en la industria automotriz rondaba los 74.000 millones de dólares el año pasado y que el déficit total del país es de 64.000 millones de dólares.
Sin embargo, este elemento no sólo tiene la oposición de México y Canadá sino también de el organismo que representa a las grandes armadoras estadounidenses Ford, General Motors y Fiat-Chrysler, quienes buscan aprovechar los bajos salarios, menores exigencias en condiciones laborales y ambientales de México que les permite ampliar sus ganancias.
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En la primera ronda también destacó el tema del capítulo 19, que Estados Unidos busca eliminar situación a la que Canadá se ha opuesto. La norma permite que cualquiera de los tres países pida el establecimiento de paneles binacionales independientes cuando sus exportadores quieran denunciar que hubo trato desleal.
Otro de los temas que enfrentan a los países es la discusión de las condiciones laborales y en particular, el aumento del salario mínimo que los otros dos países buscan discutir con México con la intención de contener la fuga de la producción industrial, planteamiento con el que también se enfrentaran a los dueños de los principales sectores industriales.
Respecto a estos temas, que son los que se perciben como los más hostiles, aún no se tomaron resoluciones por lo que serán temas relevantes de las próximas reuniones.
El resto de la agenda
La agenda de esta primera vuelta de las negociacione incluyó soluciones comerciales para antidumping y subsidios, transparencia y anticorrupción, protección de la propiedad intelectual, servicios financieros, inversión.
Además de, comercio transfronterizo de personas, comercio digital, telecomunicaciones, textiles, manipulación cambiaria, empresas propiedad del Estado, buenas prácticas regulatorias, textiles, bienes, telecomunicaciones y entrada temporal de personas.
La discusión ausente
En esta renegociación los empresarios cuidan de cerca sus intereses, la primera ronda integro a alrededor de 150 miembros del sector privado pertenecientes al Consejo Coordinador Empresarial.
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Pero los intereses que nadie discute realmente son los de los millones de trabajadores de los tres países para los que desde el comienzo el TLCAN implicó una profunda degradación de sus condiciones laborales en los tres países socios y que, en México en particular, ha implicado que las trasnacionales aumenten sus inversiones en este país por el atractivo de los bajos salarios, la poca regulación de las condiciones laborales y ambientales y todas las infinitas facilidades que otorgan los altos funcionarios de gobierno –beneficios fiscales, infraestructura, terrenos, reformas estructurales–, a cambio de millonarias retribuciones que se reflejan en los grandes escándalos de corrupción habituales.
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