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Red Internacional
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La sesión será el miércoles 9. Financiamiento Universitario: cómo votarán los diputados tucumanos

La Libertad Avanza busca votos para que quede firme el veto presidencial a la ley que estipula un refuerzo presupuestario y una recomposición a docentes y no docentes. ¿Qué tiene que pasar para que se rechace el veto? ¿Qué rol jugarán los diputados de Tucumán?

Maximiliano Olivera @maxiolivera77

Viernes 4 de octubre 10:25

Se confirmó que la sesión que tratará el veto de Javier Milei a la ley de Financiamiento Universitario será este miércoles. Previamente, los operadores de La Libertad Avanza en el Congreso buscan los votos para que el veto presidencial quede firme, como ocurrió con las jubilaciones. Sin embargo, la contundencia de las movilizaciones en diferentes puntos del país complica los planes del Gobierno, ya que varios diputados mostraron mayor reticencia a acompañar otra medida antipopular.

¿Cuál sería el camino en el Congreso?

Para anular el veto ambas cámaras deben reunir una mayoría de dos tercios de los votos de los miembros presentes. Si se alcanza, el veto presidencial queda sin efecto, obligando al Ejecutivo a promulgar la ley.

Los dos tercios son 172 voluntades, si hay asistencia perfecta. Por eso, el bloque de LLA de 39 integrantes necesita conseguir el voto de 86 diputados. Es decir, sumar 47 votos de otros bloques. Además, la cuestión de la asistencia es clave, ya que al tratarse de “los miembros presentes”, los dos tercios pueden alcanzarse con un número menor a 172.

En la Cámara de Diputados el proyecto de financiamiento universitario fue aprobado con 144 votos a favor y 77 en contra. En tanto, en el Senado la sanción tuvo 57 voluntades a favor, 10 en contra y una abstención. Según los sondeos preliminares, el Gobierno está lejos de los dos tercios necesarios para defender el veto. Mientras que los votos confirmados contra el veto alcanzarían 159, si no hay ausencias. A 13 voluntades de garantizar los dos tercios si hay asistencia perfecta en el recinto.

¿Qué rol jugarán los diputados tucumanos?

Como ocurre en las principales medidas de ajuste que pasan por el Congreso, el Gobierno cuenta con el voto de cinco de los nueve diputados por Tucumán. Desde ya, uno de ellos es el del bussista Gerardo Huesen, integrante del bloque LLA. Otro voto aliado es el de la diputada Paula Omodeo de CREO, quien puja por encabezar la nómina oficialista para las elecciones de 2025.

Quienes también acompañarían al veto presidencial serían los integrantes del bloque “Independencia”, los tres diputados que responden al gobernador Osvaldo Jaldo. En el primer debate, Agustín Fernández y Elia Fernández de Mansilla votaron en contra del texto mientras Gladys Medina estuvo ausente. Las declaraciones de Jaldo tras la movilización preanuncian que, como ocurrió con las jubilaciones y los fondos reservados para la SIDE, los tres jaldistas sumaron sus porotos para apuntar a Milei.

Otro aliado del Gobierno es el diputado radical Mariano Campero, que responde a Patricia Bullrich. Campero fue parte de los cinco diputados de la UCR que se dieron vuelta, pasando de votar a favor de un aumento de las jubilaciones a apoyar el veto presidencial que los anulaba. A esto hay que sumar que en el primer tratamiento de la ley Campero estuvo ausente y sus declaraciones favorables al Gobierno en este tema, tres indicios que indicarían el sentido de su voto.

Quienes ya afirmaron que votarán contra el veto presidencial fueron Roberto Sánchez (UCR), Pablo Yedlin y Carlos Cisneros (UxP).

La importancia de ganar las calles

La masiva movilización en defensa de la universidad pública también ofició de un catalizador de la bronca ante al ajuste y expone al Gobierno a una nueva derrota parlamentaria, con el riesgo de sus alianzas parlamentarias. En Tucumán hubo un repudio generalizado a los “traidores” y “panqueques” que votaron contra los jubilados y ahora se preparan para votar contra las universidades.

Por eso es importante no confiar en la rosca y la negociación en el Congreso y preparar una nueva movilización multitudinaria cuando sesione el Congreso con clases públicas, vigilias, cortes, tomas y todas las acciones que sirvan para poner al movimiento estudiantil de pie junto a docentes y no docentes. Por un paro con movilización convocado por las centrales sindicales para unir fuerzas para derrotar el veto de Milei y todo su plan de ajuste a medida del FMI.