El escándalo internacional de los Pandora Papers involucra, además de a distintos políticos mexicanos, a la organización católica de Los Legionarios de Cristo.
La Izquierda Diario México @LaIzqDiarioMX
Martes 5 de octubre de 2021 19:48
Imagen: Vatican News
El escándalo internacional de los Pandora Papers involucró a 10 veces más mexicanos que los Panamá Papers, con 3 mil políticos, funcionarios, empresarios y personalidades de la vida pública con intereses en esta red de paraísos fiscales descubierta recientemente por el trabajo del Consorcio Internacional de Periodismo de Investigación.
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Entre los señalados destaca la Legión de Cristo, congregación católica fundada en 1941 por el sacerdote Marcial Maciel (1920-2008) bajo la protección del "Secreto Pontificio" (decreto de confidencialidad en el manejo de denuncias de abusos sexuales y otros delitos graves cometidos por sacerdotes aprobado en 1974 por el Papa Pablo IV) y de Juan Pablo II, jefe de la Iglesia Católica de 1978 hasta su muerte en 2005.
Esta congregación, además de estar vinculada con el abuso de al menos 175 menores a manos de Marcial Maciel y una treintena más de sacerdotes, cuenta con por lo menos 500 empresas e inversiones en la industria armamentista, de pornografía y de anticonceptivos, según las investigaciones de periodistas como Raúl Olmos (2016). Cabe destacar que no es la primera vez que esta congregación se encuentra en medio de un escándalo fiscal internacional, pues en 2017 resultó también involucrada en los Paradise Papers.
En esta ocasión, los Pandora Papers destaparon el manejo de 295 millones de dólares por parte de esta congregación, mismos que fueron invertidos en negocios inmobiliarios, tecnológicos y petroleros. Estos negocios ocurrieron entre 2010 y 2011 con el respaldo de Benedicto XVI, que en 2010 enfrentó un escándalo por la investigación de autoridades italianas por lavado de dinero contra el Instituto para las Obras Religiosas, banco del Vaticano.
En la historia de escándalos sobre lavado de dinero por parte de la Iglesia Católica destaca cuando en los años ochentas el banco del Vaticano fue señalado por vínculos con la mafia italiana, luego de la muerte de dos asesores financieros en condiciones violentas y sospechosas.
Las relaciones y vínculos políticos y económicos de los que se ha valido la Iglesia para garantizar su impunidad forman parte también de la denuncia en contra de los Legionarios de Cristo, quienes según documenta Olmos, operan más como una empresa que como una orden religiosa y mantienen gran parte de sus ingresos a través de estas redes de lavado gracias al tráfico de influencias y la corrupción.
Y no sólo eso. En México, la Legión de Cristo hace negocio con la educación y se beneficia de su privatización. Sus negocios en el sector llegan a países como Colombia, El Salvador, Argentina, Chile, Venezuela y el Estado Español, situación que no sería posible sin la venia de gobiernos y autoridades locales.
Por su parte AMLO aseguró que se investigaría a los involucrados en los Pandora Papers y destacó que "de 3 mil sólo se mencionen tres", refiriéndose al escándalo que atraviesa su administración debido a que distintos nombres de la llamada "Cuarta Transformación" figuran entre quienes se beneficiaron de estos paraísos fiscales.
Esta respuesta equilibrista recuerda sus declaraciones de enero del 2020, cuando ante el escándalo sobre los abusos perpetrados por los Legionarios de Cristo, aseguró que su gobierno —que llegó al poder en alianza con la derecha cristiana organizada en el Partido Encuentro Social— buscaría mantener una "buenas relación con las iglesias".
Esta caja de Pandora expone una vez más cómo las élites políticas, religiosas y empresariales, sociales y culturales han desarrollado maniobras de corte internacional para resguardar sus fortunas. Distintas autoridades han señalado que esto puede o no ser legal, pero implica la existencia de mecanismos que mantienen en la opacidad el origen de los fondos y valores. Mientras tanto, los bancos que operan estos servicios financieros perciben millonarias ganancias, evidenciando que el problema es sistémico, no de unos cuantos actores.