Ante la noticia del inminente desalojo del Corralón de Floresta, vecinos y organizaciones del barrio participaron de un “abrazo” en el predio, convocados por la Asamblea barrial.
Jueves 14 de julio de 2016
En el día de ayer, convocados por la Asamblea de Floresta, vecinos del barrio participaron del llamado a un “abrazo” en al Corralón ubicado en Av. Gaona al 4600, un espacio recuperado hace más de diez años y donde se realizan actividades culturales y artísticas de todo tipo.
Ya el mes pasado se habían realizado actividades en rechazo a la amenaza de cierre y desalojo del predio por parte del GCBA y esta misma causa los volvió a convocar en la tarde de ayer.
Mabel, de la Asamblea de Floresta, cuenta que en el Corralón participan alrededor de veinte grupos que realizan diversas actividades culturales, como talla en madera, circo, teatro comunitario, murgas porteñas y uruguayas, entre otras. A su vez, explicó que en diversas reuniones, el nuevo jefe comunal les presentó un proyecto de realización de una plaza cultural, que les había parecido una buena idea y por lo cual propusieron crear una mesa de trabajo para aportar todo lo que los vecinos tienen para decir sobre el predio.
Sin embargo, la sistematicidad en el diálogo no perduró y constantemente llegan las amenazas de desalojo, sin permitir la participación de la comunidad ni brindar planes concretos sobre las supuestas obras a realizar. “Nosotros queremos que se haga la plaza cultural, queremos aportar ideas para que se haga mejor, queremos una mesa de trabajo, queremos que se nos den garantías firmadas y que el pueblo, finalmente, pueda tener la plaza que quiere y que sea una plaza cultural”, sentenció Mabel.
Por su parte, Florencia, miembro de la Biblioteca Popular José Luis Mangieri (que funciona dentro del Corralón) y quien además forma parte del Colectivo Huerteca, explica la importancia que tiene el predio para la comunidad: “Para mí, el Corralón es un espacio donde se puede crear ese mundo que soñamos. Es un lugar donde yo aprendí a laburar colectivamente, a respetar las diferencias, a que podamos convivir personas que somos súper diferentes y que nos una el querer que este lugar sea mejor”.
Verónica, miembro del “Épico de Floresta”, un grupo de teatro comunitario que funciona en el Corralón, nos cuenta que está comprometida con el predio desde que llegó a Floresta y que actualmente su hija también participa desde lo musical. “Para mi quedarnos sin este espacio es una tristeza enorme, que no puedo creer que vaya a suceder”, fueron sus palabras.
Los vecinos del barrio de Floresta siguen en alerta y organizados para defender este espacio que tiene un valor histórico, político y social: el Corralón fue testigo de la dramática desaparición de tres obreros barrenderos en mayo del 76, así como de la bronca y posterior organización barrial y constitución de la Asamblea vecinal tras la masacre del 2001 de los pibes Maxi, Cristian y Adrián.
Es por eso que el Corralón no afloja: porque es parte de la memoria y la resistencia del barrio de Floresta.