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Red Internacional
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Arte. Forensic Architecture: cartografías de la barbarie

Se exhibe en el MUAC la retrospectiva de Forensic Architecture, la agencia de “estética investigativa” de Eyal Weizman que construyó la plataforma interactiva sobre el caso Ayotzinapa.

Viernes 15 de diciembre de 2017

Al entrar a la sala, el visitante admira sin comprender una gran pared llena de signos y trazos que a la primera vista no adquieren ningún significado palpable. Exceptuando el letrero que reza “Ayotzinapa”, pocas son las pistas que, en un primer momento, permiten guiarnos a través de todos los detalles. Líneas de todos los tipos, círculos, trayectorias se cruzan y componen un panorama de gran complejidad.

En un segundo momento, el visitante podrá acercarse a las explicaciones, consultar los datos que se desprenden de dichos flujos y señales, consultar las maquetas virtuales, detenerse ante el video que explica cada uno de los momentos que antes sólo aparecían como garabatos.

Ahora entiende que se trata de una cartografía que detalladamente presenta los hechos de Iguala, Guerrero, del 2014, en los que el ejército en coalición con el narcotráfico y el gobierno desaparecieron a 43 estudiantes de la Normal Isidro Burgos en Ayotzinapa. Una trayectoria negra, que apenas coincide con las demás, representa la verdad oficial, aquella que el gobierno presentó en aquel entonces ante una sociedad movilizada. Mientras, el resto de los detalles que muestra la cartografía da cuenta de todo lo que queda oculto, desfigurado por esa verdad, mostrando así su rotunda falsedad. La verdad “histórica” ha quedado destrozada en esta cartografía de la barbarie.

La plataforma que puede consultarse en línea aquí, es la primera de las obras de la retrospectiva de la agencia multidisciplinaria Forensic Architecture (Arquitectura forense) fundada en 2010 por Eyal Weizman que se exhibe actualmente en el Museo de Arte Contemporaneo Universitario (MUAC).

En ella se recopilan algunos de los casos en los cuales ha trabajado la agencia como el genocidio en Guatemala, una cárcel clandestina Siria, la ocupación israelita de Palestina, y la migración en el Mediterráneo. En ellos ha desplegado su proyecto de estética investigativa, una propuesta que busca intensificar la experiencia sensorial que tenemos del mundo mediante el uso de técnicas de investigación forense en zonas de violencia estatal para dar cuenta de lo que los relatos oficiales omiten o desfiguran. Ello implica una investigación centrada en la materialidad. Como señala Weizman: “La estética material no hace referencia al sensorium humano, sino a la capacidad de todos los objetos materiales de sentir, de registrar su proximidad con otras cosas y con su entorno”.

En una época en la que la brutalidad estatal se ha profundizado y diseminado de formas tan diversas, la apuesta de la estética material quiere hacer hablar a los objetos. Desplaza así a la concepción tradicional del testimonio basado en la primera persona, pero no para regresar a una lógica positivista, sino para articular el testimonio en su materialidad. Los objetos no son nunca objetos, sino que la historia y las fuerzas políticas han dejado en ellos, al deformarlos, su patencia.

La arquitectura forense busca esos rastros para poder articularlos y construir relatos que contradigan la investigación forense oficial. Como lo ha trabajado el propio Weizman, el estado ha monopolizado la investigación forense y las técnicas utilizadas en dichos procesos, cuyo desarrollo ha estado ligado en las últimas décadas, al desarrollo armamentístico y militar de los estados en su búsqueda de perfeccionar mecanismos de control. Por esta razón, la apuesta de Forensic Architecture de utilizar técnicas de alta tecnología para construir relatos fidedignos, pero que al mismo tiempo puedan catalizar procesos políticos más allá de lo jurídico, es una vía de acceso de enorme valor para nuestro presente.

La exposición de Forensic Architecture se exhibirá en el MUAC hasta el 30 de diciembre de este año.