Entrevistamos a Hernán Soriano que se encuentra exponiendo sus obras en el Museo de Arte Moderno de Buenos Aires, junto a dos grandes figuras del arte moderno: Berni y Picasso. Un artista inventor contemporáneo.
Natalia Rizzo @rizzotada
Sábado 11 de febrero de 2017
Si hay un gesto humano por excelencia se trata de aquella extraña y añeja capacidad del ser humano que lo impulsa a la creación e invención. Esa sublime facultad humana de fantasear con escenas u objetos que no existen en la realidad o aquellos que fueron reales en otros tiempos.
La obra que nos presenta Hernán Soriano es humanizante en ese exacto sentido: he allí la fuerza de la expresión creativa para que se te permita el gran beneficio de la duda. ¿Se trata de una muestra de arte o se nos está permitiendo ingresar a dar una ojeada dentro de un laboratorio científico? ¿Ambas?
La muestra reúne una serie de diversas intervenciones materiales sobre fotografías antiguas, litografías del siglo XIX que provienen de una revista española que se imprimía entre los años 1882 y 1916 que se llamaba “La Ilustración Artística. Periódico Semanal de Literatura, Artes y Ciencias”.
Esas intervenciones físicas que incluyen el dibujo, la duplicación con elementos como el pantógrafo, los cortes de pequeños fragmentos de las imágenes y su posterior traslación, son prácticas artísticas yuxtapuestas con diversas técnicas de oficios que Soriano parece manejar con compulsiva perfección.
“Sus intervenciones funcionan como operaciones quirúrgicas sobre la materialidad de cada soporte, que buscan perforarlos haciendo emanar nuevos sentidos de las imágenes. Un corte, la aparición de un color o de un volumen inesperado transportan las imágenes a la actualidad y las insertan en un nuevo contexto, en nuevos medios y circuitos, poniendo de relevancia su capacidad de dialogar con el presente”, palabras de la curadora de la muestra Sofía Dourron.
Conversamos brevemente con Hernán Soriano sobre su obra.
Seguramente de chico cuando te preguntaban que querías ser cuando seas “grande” vos respondías: Todo.
Pareciera que un factor de tu labor artística está centrada en adquirir múltiples oficios para llevar a cabo tus operaciones, sobre todo aquellos que requieran de gran minuciosidad artesanal. Una búsqueda constante por rescatar tradiciones arcaicas que hayan sido dejadas de lado por el avance científico y tecnológico. ¿Es para vos el arte la excusa perfecta en tu vida de “adulto” para poder ser una especie de artesano “todólogo”?
Cuando era chico decía que quería ser pintor y cuando comencé con mi carrera me interesaba más que nada la pintura. Pasado un tiempo sentía que en la pintura era todo posible y siempre una ilusión, una especie de mentira. Comencé a agregar cosas, objetos, texturas a los cuadros para darles una característica más "real". La incorporación de otras técnicas en principio fue por el deseo de desprenderme de la pintura y luego me fui relacionando con otros artistas de los que aprendí otros oficios como la mecánica, la óptica, la escultura.
Actualmente, como bien decís me interesan las técnicas arcaicas o previas al siglo XX. Descreo de muchos de los avances tecnológicos que se dieron a partir del siglo XX y XXI.
Todas esas operaciones, esos oficios provisorios generan cambios permanentes, dan como resultado una especie de modificación de la arqueología de los objetos. Las piezas adquieren una temporalidad que genera extrañeza a quienes luego las vemos acomodadas en vitrinas o estantes. Un Museo en el que no llegamos a descubrir la lógica precisa de la colección que contiene.
En ese sentido ¿creés que tus obras están ligadas al surrealismo? ¿Te identificás con alguna corriente artística?
No me siento muy cercano al surrealismo, me siento cercano a muchos movimientos, pero sería una especie de artista inventor. Me interesa la invención.
A veces los oficios que rescatás parecen reivindicar aquellas etapas en la historia previas al desarrollo del capitalismo. Marx decía que el arte en el capitalismo sería lo más parecido al trabajo en un mundo comunista, en el sentido de que las relaciones de producción serían diferentes y el trabajo ya no sería una labor enajenada y cada cuál que lo quisiese podría desarrollar diferentes labores utilizando su creatividad y enriqueciendo su espíritu. ¿Pensás que el arte es un trabajo hoy? Qué tipo de actividad creés que es? ¿Qué no es?
El Arte es un trabajo, pero un trabajo peculiar. Los límites del arte son difusos y por eso se puede trabajar sobre diversas áreas del quehacer humano. No creo en la compartimentación del saber. En esta época todos son especialistas y nos estamos perdiendo las relaciones que hay entre las disciplinas. Arte, ciencia, filosofía, técnica y espiritualidad forman parte de lo mismo.
¿Cuál es el motor que promueve tu deseo de crear? ¿Qué te suele inspirar?
El deseo de crear en sí es un motor para mí, el origen de ese deseo lo desconozco, lo que sí sé es que cualquier tarea que nazca del interior de una persona le da sentido a las cosas en la vida.
¿Cuál es tu manifiesto preferido? ¿Te gustaría citar una de tus frases preferidas?
Los manifiestos los siento muy lejanos en el tiempo. Me interesa más la filosofía como cuerpo conceptual para el trabajo. Voy tomando algunos conceptos según los autores o corrientes que esté leyendo. La antroposofía, el Tao, las logias cristianas, un filósofo rumano llamado Emil Cioran son fuentes de las que me nutro. Me atraen los aforismos, frases pequeñas que encierran una enseñanza o sabiduría muy profunda.
Una de mis frases favoritas es de un libro de Igmar Bergman "La linterna mágica" y dice así: El miedo realiza lo temido.
Últimos días.
Hasta el 19 de Febrero
Formar mentalmente una máquina
Lugar: MAMBA, Av. San Juan 350
Fecha: hasta el 19 de febrero de 2017
Horario: mar. a vie., 11 a 19; sab. y dom., 11 a 20.
Entrada: $ 20; martes, gratis
Natalia Rizzo
Artista Visual, nacida en 1980, oriunda de Villa Luro. Es profesora Nacional de Bellas Artes y realizó la Maestría en Artes Electrónicas de la UNTREF. Miembro de Contraimagen y del equipo de diseño e ilustración de Ideas de Izquierda.