Cientos de correos electrónicos, filtrados desde la policía provincial que dirige el ultrakirchnerista Gildo Insfrán desde hace veinte años, desnudan la existencia de una extensa red de espionaje ilegal con la que se vigila y persigue a las comunidades qom, la izquierda, periodistas y hasta políticos radicales. Con esa información el Estado reprime y hasta mata con precisión, como lo demuestra desde hace años el caso de la comunidad La Primavera, liderada por Félix Díaz.
Miércoles 18 de marzo de 2015
En noviembre de 2010 Gildo Insfrán ocupó el centro de la escena cuando ordenó una feroz represión contra miembros de la comunidad qom La Primavera, que cortaban una ruta reclamando su histórico derecho a la tierra. La de Roberto López, producida en ese episodio, sería una de las tantas muertes sufridas por esa comunidad originaria en los últimos años a manos del Estado o de bandas paraestatales al servicio del poder terrateniente.
Años después, y tras la crisis nacional que abrió la muerte del fiscal Alberto Nisman, salen permanentemente a la superficie hechos y personajes que muestran la podredumbre de los servicios de inteligencia y las redes de espionaje que habitan desde hace décadas en los “sótanos” del Estado. En medio de este convulsionado mapa de inteligencia y contrainteligencia, en la Formosa de Insfrán se dieron a conocer más de cuatro mil correos electrónicos, verdaderos “informes” que muestran cómo se espía a organizaciones sociales, partidos políticos y periodistas, todos considerados “opositores” por el régimen.
Casi todos los correos están dirigidos a “el Jefe”, desde distintas cuentas de e-mail (que según se asegura pertenecen a los servicios de la policía provincial) y en ellos se envían datos pormenorizados de actividades políticas, reuniones, agitaciones callejeras, información sobre militantes sociales, políticos y periodistas. A tal punto llega el “servicio”, que el Gobierno recibe notas periodísticas antes de que éstas sean publicadas en medios de la provincia.
"El Jefe" a quien reportan los espías y quien recibe los correos electrónicos con los informes detallados es el comisario Walter Arroyo, jefe del Departamento de Informaciones de la Policía de Formosa. Uno de los jerarcas de la fuerza con mayor apoyo y aval de Insfrán. Como era previsible, el socio de Arroyo y Jefe de la Policía provincial, comisario general Juan Bernabé Escobar, negó de manera categórica que esa fuerza pueda estar comprometida en supuestas “maniobras de espionaje". Y dijo, sin ponerse colorado, que “no existe directiva" alguna para realizar estas tareas.
Según la información inicial con la que se cuenta, es posible presuponer que este inmenso aparato de espionaje está montado a través del hackeo de cuentas de e-mail, cuentas de redes sociales y teléfonos. Pero además los correos permiten ver la existencia de personal abocado “full time” a seguir cada paso de los considerados opositores al régimen.
Según los informes filtrados hasta el momento, uno de los más perseguidos y espiados en todas sus actividades es el líder qom Félix Díaz. Incluso se detallan sus actividades en Buenos Aires, con quiénes se reunió, se anticipa el revuelo mediático que iba a producir el acampe que mantiene la comunidad La Primavera en la Avenida 9 de Julio, y se llega a incluir el dato pormenorizado de gastos en folletería que realiza la comunidad y quienes se solidarizan con ella. Es decir, personal al que Insfrán le paga un sueldo fue enviado a la Capital Federal a perseguir específicamente a Díaz y sus hermanos.
Muchas preguntas
La noticia fue revelada por la UCR formoseña, que convocó a una conferencia de prensa en su local partidario, donde denunció el “espionaje ilegal” que “viola la ley de Inteligencia nacional”. Según lo dicho por los propios dirigentes radicales, accedieron a la información “a través de Gabriel Hernández, que es el apoderado legal del partido y que también ejerce la actividad periodística. A él le hicieron llegar el material”, y agregaron que para ellos la gravedad radica en que el espionaje y los servicios de inteligencia actúan por fuera de “los marcos regulatorios del Estado”.
Pero sin lugar a dudas esta denuncia es solo la punta del ovillo. ¿Es este un capítulo más de la guerra de espionaje desatada a nivel nacional y que ya tiene sus repercusiones en las provincias? ¿Cómo consiguió y tuvo acceso en verdad la UCR a este material? ¿Por qué si la UCR denuncia cerca de cuatro mil e-mails filtrados solo da a conocer un centenar? ¿Tiene el gobierno de Insfrán una base de datos de militantes políticos y sociales de Formosa, siguiendo el ejemplo del Proyecto X montado por el Gobierno nacional? Estas preguntas, por ahora no tienen respuestas.
Contra la izquierda
El autor de esta nota es uno de los afectados directos del espionaje denunciado. En algunos de los correos filtrados se me menciona con nombre y apellido y se me identifica como dirigente del Partido Obrero, organización en la que militaba.
Exijo, entonces, al Gobierno de la provincia las explicaciones pertinentes, sin perjuicio de lo cual ya hemos decidido elevar una denuncia penal contra los autores materiales e intelectuales, responsabilizando a Gildo Insfrán como principal instigador y autor de dicho espionaje y al Gobierno nacional como principal protector de dicho régimen. Esa denuncia está planteada realizarla en conjunto con el Centro de Profesionales por los Derechos Humanos (CeProDH) y la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH) de Formosa.
El Partido de los Trabajadores Socialistas (PTS), donde milito actualmente y desde el que integramos el Frente de Izquierda, no solo repudia el espionaje a los luchadores sino que advierte que esto no es nuevo y a medida que los trabajadores y sectores populares enfrenten condiciones de trabajo y de vida cada vez más adversas, habrá más espionaje y persecución. No es posible naturalizarlo, no podemos dejarlo pasar.
El PTS y el CeProDH fueron decididos denunciantes del Proyecto X en 2012 y de las acciones ilegales del Gobierno con su “gendarme carancho” y sus agentes del Ejército infiltrados, al mando de Berni, en la Panamericana durante el largo conflicto de los trabajadores de Lear, el año pasado. Obviamente esta denuncia contra el espionaje del gobernador ultrakirchnerista Insfrán nos encontrará en la primera fila.
De ayer y de hoy
A poco de cumplirse 39 años del golpe genocida de 1976, este escándalo desatado en Formosa es un nuevo motivo para movilizarnos el 24 de marzo. En nuestra provincia lo haremos, junto a distintos sectores, desde Plaza San Martín, a las 18 horas. Para continuar peleando por el desmantelamiento del aparato de espionaje que funciona en todo el país contra los luchadores, para exigir que se entreguen las listas de todo el personal de “inteligencia” que actúa infiltrado en las organizaciones populares, que se abran los archivos, que termine la represión y la criminalización de la protesta y que se desprocese a todos los luchadores con causas judiciales, en la provincia y en el resto del país.