A dos días del temporal la ciudad está en una tensa calma. Centros de Acopio organizados por estudiantes de base de diversas carreras han sido levantados a lo largo de la ciudad. Ayuda a los lugares más críticos de la región es la tónica de esta mañana, a dos días de los temporales que azotan el norte del país.
Sábado 28 de marzo de 2015
Mientras federaciones como FeUA y FeUCN comenzaron a trabajar con distintas organizaciones religiosas y gubernamentales, incluso la misma municipalidad, decenas de estudiantes de base y trabajadores de Tec. Cobra, recientemente en huelga, han levantado centros de acopio por Chañaral, uno de los lugares más afectados por el temporal.
Ayudas desde comida hasta ropa han sido parte de la recolección. Los estudiantes apostados en los distintos supermercados de la ciudad no han recibido apoyo. Algunos incluso han sido desalojados de las entradas de los recintos comerciales.
Ha sido un día de trabajo y solidaridad, algunos manifiestan –al igual que pobladores- que el gobierno de la Nueva Mayoría, el Gobierno Regional y el Municipio no han dado respuesta alguna. Mientras las fuerzas militares cercan las distintas poblaciones más afectadas prohibiendo el paso a las cuadrillas de ayuda.
A pesar del problema de comunicaciones entregamos una selección de fotografías.
Fotografía tomada el día anterior en la toma “Niños Felices”. Los voluntarios retornan a las universidades luego de haber estado todo el día en poblaciones afectadas.
Las calles de la ciudad se mantienen barriadas, con grandes zanjas en el asfalto, sin poder acceder a algunas poblaciones.
A primera hora de la mañana del pasado jueves, los estudiantes de la Universidad Católica del Norte se organizaban para poder ir en ayuda de poblaciones y tomas, todo esto dentro de un marco de desorganización que trajo problemas para el actuar de estudiantes y profesores que subían a los distintos cerros de la ciudad.
Cientos de trabajadores perdieron sus inmuebles debido a las fuertes corrientes de barro que circulaban por la ciudad.
Pobladores intentan sacar el barro de sus casas, algunas incluso con fango hasta más arriba de la mitad de las paredes.
El paisaje común por cientos de calles en Antofagasta.
Haciendo efectivo el Estado de Excepción, llegan las fuerzas militares a las poblaciones afectadas. Mientras sigue efectiva la política de “auto evacuación” lanzada por el Gobierno.
Apostados con armas, las fuerzas militares solamente observan cómo los pobladores y trabajadores siguen tratando de salvaguardar lo poco que queda de algunas de sus propias casas.
Carabineros se apostan en cada uno de los supermercados de la ciudad, cumpliendo el rol solamente de cuidado y prevención ante posibles saqueos, esto como una medida represiva con la cual pretenden amedrentar a la población y una forma de protección de la propiedad privada.
La auto organización de trabajadores y pobladores fue fundamental. Cortando calles para que el paso de autos no siga destruyendo el asfalto que ya había sido muy debilitado por las corrientes de fango. Mientras que el Gobierno Regional y el Municipio no habían dado respuesta alguna.
Diversos camiones dispensadores de agua están recorriendo las ciudades entregando el elemento vital, debido a los cortes de suministro sin previo aviso que se han hecho en la ciudad.
Los campamentos o “tomas de terreno” han sido las principales víctimas de las lluvias. Aun así no han recibido ayuda directa y efectiva de parte de las autoridades competentes.
Postal de una de las varias tomas de la ciudad. Miles de inmigrantes también son parte de estas luchas por la vivienda.
Aún se mantienen muchas pozas sin solución estando muy cerca de los campamentos y lugares de posibles alud.
Algunos campamentos incluso están emplazados al lado de las fuentes aluvionales, a pesar de que las tuvieron que limpiar ellos mismos para los casos de emergencia, aun así se mantiene un peligro constante que no se ha resuelto en 24 años después del aluvión.
Primeras “habitaciones” de una toma de terreno en las faldas de cerros en el centro de la ciudad. Según los mismos pobladores no ha habido ninguna ayuda por parte de las autoridades regionales.
Panorámica desde el campamento “Vista Hermosa” en Antofagasta.