Se reunirán el lunes y la oferta sería “partes” de la reforma laboral. Cruces que pueden volver, una industria débil y dificultades de Cambiemos para avanzar con un proyecto de reforma light.
Mónica Arancibia @monidi12
Sábado 10 de marzo de 2018
La pulseada Gobierno versus industriales continuó esta semana, pero el lunes habrá una reunión donde Cambiemos querrá cerrar el encuentro con una foto feliz. Paritarias a la baja, “partes” de la freezada reforma laboral y reducción de impuestos podrían ser el pedido y la oferta a los industriales.
El jefe de Gabinete, Marcos Peña, se reunió con José Urtubey y Daniel Funes de Rioja, dos directivos que pisan fuerte en la Unión Industrial Argentina (UIA) en el almuerzo anual del Rotary Club.Allí acordaron el encuentro donde participarán Peña y el ministro de Producción, Cabrera; y por el lado empresarial asistirán Luis Betnaza de Techint, Miguel Acevedo, Funes de Rioja y José Urtubey.
Según adelantó el diario Ámbito y Bae, el Gobierno ofrecerá algunas partes de la reforma laboral que tuvo que ser postergada tras la debilidad oficial por la aprobación de la reforma previsional en diciembre. El proyecto propuesto será el blanqueo laboral, nuevos contratos laborales de corto y mediano plazo y modificaciones de las indemnizaciones.
Unidad patronal contra los trabajadores
El Gobierno insistirá con avanzar con las secciones de la fallida reforma laboral. El blanqueo laboral en el borrador implicaba la condonación de las deudas para los empleadores que regularicen la situación de sus trabajadores. Sólo reconocía hasta cinco años de aportes para su jubilación. Medida que ya se aplicó en los 90 y no generó aumento del empleo formal.
Los industriales reclaman por la suba del costo de las tarifas de los servicios públicos, por el desplome del mercado interno y sus ventas, entonces si este contexto de debilidad de la industria se mantiene, difícilmente los empresarios blanquearán a sus trabajadores.
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La oferta de contratos laborales de corto y mediano plazo sí es una medida que los empresarios recibirán con gusto, tendrán más posibilidades de contratar y despedir sin restricción, esto implica mayor flexibilidad laboral para los trabajadores.
En el borrador de la reforma laboral en cuanto a las indemnizaciones, se habilitaba la creación de un Fondo de Cese laboral. Se trataba de un fondo común patronal para que despedir sea menos “costoso” para los empresarios.
Además, para el cálculo de las indemnizaciones se reducían sus montos al no considerar el aguinaldo, ni bonificaciones.
En la columna de Bonelli de Clarín, el periodista afirmó que el presidente responsabiliza a los empresarios por la inflación.
El sitio iProfesional publicó también que hay tensión por las paritarias ya que el Gobierno cree que los empresarios son flexibles para negociar con los sindicatos y que "luego vienen acá para reclamar medidas y que así les cierre el negocio o para no perder rentabilidad".
Es probable que el Gobierno insistirá que cierren paritarias a la baja, les garantiza que sigan ganando, pero los que perderán son los trabajadores, cuyo poder adquisitivo se erosiona día a día con la inflación. El problema de esta lógica es que la suba del dólar y las tarifas son factores que también inciden en los precios finales.
El inconveniente para el Gobierno es si efectivamente puede ofrecerle a los industriales los fragmentos de la reforma laboral, el “reformismo permanente” fue abortado y el “gradualismo” obligado por las circunstancias volvió. Cambiemos no está en su mejor momento para avanzar con un proyecto de flexibilización laboral e imponer paritarias al 15 % cuando el malestar social es elevado, y cuando hay disposición a luchar en los sectores de trabajadores donde hay ataques.
“Choques” con la industria
Los industriales también llevarán un pliego de reclamos al Gobierno. Cuestionarán las tasas de interés del Banco Central que encarecen el crédito, el aumento de las importaciones, los impuestos y las subas de los combustibles por la decisión oficial de liberar los precios.
De los pedidos patronales el Gobierno podría negociar una reducción de los Ingresos Brutos y Sellos de las provincias. Este fue uno de los puntos del pacto fiscal, donde los gobernadores se comprometieron a disminuirlo en forma gradual en un período de 5 años, pero por el momento no hubo gran recorte.
Cambiemos exige a los empresarios que inviertan, pero el Gobierno está flojo de papeles para demostrar con el ejemplo. Así, en España le preguntaron al ministro Dujovne “¿Cómo espera que vayan las inversiones a la Argentina si usted mantiene su patrimonio en offshore? “Say no more”.
Si bien en la reunión puede haber negociaciones y lleguen a acuerdo, pueden volver a surgir “choques”. En el fondo del conflicto persiste una disputa de “modelos”. Cambiemos pretende una “Argentina supermercado del mundo”, incentivar al sector agroindustrial y “convertir” en sectores productivos a algunas ramas de la industria.
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Los industriales, por su parte, exigen incentivos impositivos, un mercado protegido, para compensar el atraso y la dependencia de la estructura industrial. Los dos “modelos” se contraponen, pero aún el Gobierno no parece dispuesto a avanzar con su proyecto.
Mayor apertura y “conversión” de la industria por parte del Gobierno también está en modo “gradual”. Vale destacar que ni los industriales, ni el Gobierno representan una variante nacional, ambos bandos acuerdan en los puntos esenciales de Cambiemos, como la penetración imperialista o el endeudamiento.
En la “disputa” con los empresarios también hay mucho de "videopolítica", como señaló Pagni en La Nación el Gobierno quiere sacarse la definición de “gobierno para ricos”, y por otro lado hay incertidumbre entre los empresarios, como publicó Alejandro Bercovich en diario Bae “lo que no está claro es si esta pelea romperá el hechizo que los mantiene cerca de Macri por temor a un regreso de lo que consideraban un populismo hostil, aunque los hiciera ganar más plata y emplear más gente. En otros términos, si seguirán priorizando su "stock" (como dueños de grandes fortunas) o su "flujo" (como empresarios que necesitan poner en movimiento ese capital)”.
El lunes quizás cierran una negociación que ponga paños fríos al “conflicto” y haya apretón de manos, pero las tensiones pueden volver a surgir, las patronales no son las únicas que presionan, la bronca por abajo puede traer más dolores de cabeza para Cambiemos.
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Mónica Arancibia
Nacida en Bs. As. en 1984. Es economista. Miembro del Partido de los Trabajadores Socialistas. Coedita la sección de Economía de La Izquierda Diario.