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Red Internacional
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ENTREVISTAS / CORA GAMARNIK. Fotoperiodismo argentino, recomponiendo los puentes generacionales

Cora Gamarnik nos habla del seminario “Historia del fotoperiodismo en Argentina”, a través de anécdotas y reflexiones hasta la actualidad y las nuevas experiencias colectivas de compromiso social y político.

Domingo 30 de octubre de 2016

Fotografías: Alfredo Herms/ARGRA; Lucía Merle/ARGRA y Silvina Salinas/Sindicato Prensa Rosario

A comienzos del mes de octubre tuvo lugar el Seminario de Historia del fotoperiodismo en la Argentina organizado en conjunto por ARGRA, SIPREBA y FATPREN. Dictado por Cora Gamarnik, el mismo realizó un recorrido por su historia desde sus comienzos a principios del siglo XX, hasta finales de la dictadura.

Cada encuentro -seis en total- desarrolló un período determinado dando cuenta de los principales acontecimientos, conflictos, actores sociales y desafíos. Se recorrieron las historias de acontecimientos particulares, medios de comunicación y de destacadas figuras. Se analizó el lugar de la fotografía militante en los primeros 70 y los dilemas alrededor del ejercicio de la profesión durante la dictadura.

Entre las primeras experiencias se cuenta la de la revista Caras y Caretas que por primera vez en el país armó un plantel estable de fotógrafos. Se analizaron también experiencias de revistas internacionales como la revista VU ligada a la izquierda francesa, una revista que apoyó y cubrió la lucha por la República en España.

Vimos también la política de imágenes del primer peronismo, la vinculación de Perón con la conducción de la ARGRA en ese entonces y el hecho de que le hayan dado al mismo la credencial Nro. 1 de reportero gráfico.

Luego se trabajó sobre el surgimiento de las revistas ilustradas en la década del 60, el rol de Francisco Vera como primer editor fotográfico y la relación de la fotografía de prensa frente al avance de la televisión. En la clase destinada a la fotografía militante se trabajó con la experiencia de la prensa ligada a la izquierda peronista en general y a Montoneros en particular como la revista El Descamisado y el diario Noticias que aglutinó a los mejores periodistas de ese momento y a los mejores fotógrafos.

Llegamos a la dictadura militar, atravesando los años de plomo y la vinculación de los grandes medios y editoriales con la dictadura genocida. Vimos allí como fue ejercer el fotoperiodismo durante esos años y cómo surgió la primera Muestra de Periodismo Gráfico en Argentina. Lo visible y lo invisible de la guerra de Malvinas.

Fue un seminario intenso y rico en datos, que invita a la reflexión a todos los que nos dedicamos a este oficio y especialmente para quienes queremos aprovecharlo como una herramienta militante con la que contar las verdades que ocultan o sesgan los grandes medios de comunicación.

Cora Garmanik es quien dictó el seminario en Capital Federal. Empezamos esta entrevista hablando de cómo surgió la idea del mismo.

“El seminario surge como necesidad de contar los resultados de una investigación que pude realizar con una beca de la Universidad de Buenos Aires que recorrió la historia del fotoperiodismo en Argentina a lo largo del siglo XX. Uno de los problemas que tenemos quienes hacemos investigaciones académicas es que muchas veces les contamos los resultados de nuestros trabajos a poca gente. A mi me interesaba poder conversar con más gente. Y lo más rico de lo que yo estudié es poder intercambiar con el mismo grupo de actores a los que yo investigué: esto es contarles a los fotógrafos y a los periodistas en general qué pasó con la historia de la imagen en este país. Surgió entonces como un desafío y una necesidad."

"En Rosario a través de Silvina Salinas, fotoperiodista que trabaja allá, quien a su vez me conectó con Stella Hernández del Sindicato de Prensa de allí, surgió la posibilidad y el interés de hacer el seminario y armé un programa de seis encuentros. Cada encuentro es una parte de lo que fue mi tesis de doctorado. En Rosario salió muy bien y a partir de allí se contactaron conmigo Lucía Merle y Ezequiel Torres de ARGRA para que repitamos la experiencia en Buenos Aires. Surgió después la idea de que se hiciera en conjunto con SiPreBA y FATPREN y entre los tres decidieron convocarme. "

"A mi me puso muy contenta que fueran tres organizaciones gremiales y de profesionales que muestren un interés por organizar un seminario de estas características. Lo hicimos abierto también para que pueda venir gente de las universidades así que el resultado fue una amalgama de público muy interesante. Vino gente que estudia distintas disciplinas, muchos fotógrafos en actividad, fotógrafos ya jubilados, profesores de la escuela de fotoperiodismo de ARGRA, periodistas. Incluso vinieron algunos de los fotógrafos que fueron entrevistados para la tesis. Siempre es bueno salir de las aulas y hablar también al mundo externo a ellas. Las dos experiencias tanto la de Rosario como la de Capital fueron muy enriquecedoras para mi."

¿Qué pensás que le puede aportar este trabajo de investigación hoy al trabajador de prensa, al reportero gráfico?

Siempre una mirada distanciada, externa, te permite ver lo que estudiás desde distintos ángulos que no son los del propio actor o protagonista. Eso pasa con cualquier objeto de estudio que uno analice. Yo no soy fotorreportera, ni fotógrafa, ni periodista. Miro el oficio desde un punto de vista externo y lo atravieso por las líneas de investigación históricas, sociales, culturales. Para poner un ejemplo, yo reconstruyo la historia de la primer muestra de periodismo gráfico en Argentina. Para eso entrevisté a muchos fotógrafos que organizaron y participaron de esa muestra y cada uno me contó un pedacito de lo que vivió, de lo que recuerda, de su experiencia. Cuando ellos ven el trabajo de conjunto se encuentran con un panorama que excede las vivencias personales. A su vez ese trabajo está cruzado por un análisis histórico, una puesta en un contexto más amplio. Ahora ver el rompecabezas armado con todos los relatos, más lo que yo pude interpretar te da una perspectiva diferente que se suma a la propia experiencia.

¿Pensas que este trabajo además de aportar a los trabajadores de prensa, también le puede servir a los colectivos de fotografía de hoy, con sus compromisos sociales y políticos?

Para mi es muy importante que las nuevas generaciones de fotógrafos puedan conocer y aprender de la historia, de los fotógrafos que los antecedieron, de la relación que había entre los fotógrafos y los medios, de las acciones, formas de trabajo y organización que se dieron distintos fotógrafos en diferentes momentos históricos de este país. Cómo sorteraron situaciones difíciles, qué hicieron frente a las censuras, cómo pudieron -pese a los poderes de turno- construir muchas veces un contra discurso oficial. Todo eso pasó a lo largo del siglo XX pero no se conoce.
Muchas de esas cosas que pasan los colectivos fotográficos hoy, ya las pasaron otros antes. Muchos de los ejes y problemas a los que se enfrentan son los mismos. Por supuesto también surgen otras problemáticas nuevas. Pero estudiar, por ejemplo, cómo cubrieron las manifestaciones los fotógrafos en la década del 20 y qué pasó con sus fotos, cómo circularon, qué usos les dieron, qué interpretaciones se hicieron, cuáles fueron los problemas técnicos que enfrentaban esos fotógrafos, ayuda también a pensar el hoy. ¿Cómo fue cubrir las manifestaciones de 1982 mientras los reprimían, por ejemplo? Eso lamentablemente también sirve para pensar el hoy donde volvió a haber represión en las calles. Todo eso permite hacer comparaciones, ver ese sedimento histórico.
Todo lo que vemos en la actualidad es producto de razones históricas y a su vez va a tener consecuencias históricas hacia adelante. Pensarse entonces en una línea de tiempo también te permite ver el dinamismo, el rol tuyo como actor social y no solo verte como sujeto de lo que otros deciden, hacen o hicieron. Te permite ver las posibilidades de cambio. Lo mismo sucede al interior de la profesión. El problema es que en el fotoperiodismo al no haber investigación histórica académica previa, muchos trabajadores de prensa, fotógrafos, no saben qué cosas sucedieron antes. Hay una correa de transmisión rota.

Unas de las cosas que yo me propongo con este seminario es establecer estos puentes generacionales. Porque lo que sucedió en la década del sesenta y en el setenta, no lo saben los fotógrafos de la década del ochenta y del noventa. Y la generación del 2000 tampoco sabe lo que pasó diez o veinte años atrás. Hablo en términos generales siempre. Por supuesto hay excepciones. Pero mi deseo es que esta investigación pueda ayudar a recomponer estos puentes generacionales que se rompieron. Por eso me gustaría que además de ser una tesis y un seminario este trabajo se convierta pronto en un libro.

¿Cómo ves al fotoperiodismo hoy?

Yo no comparto la idea de que el fotoperiodismo se está muriendo. Por supuesto está mutando, cambiando, transformándose pero eso sucedió siempre. Lo digital por supuesto es un punto de inflexión estructural. Pero yo veo el fotoperiodismo en ebullición, veo que se está resignificando, lo veo desbordándose, lo veo por fuera de los grandes medios. Lo más importante de lo que está pasando en el fotoperiodismo actual no está pasando en los medios tradicionales, más bien todo lo contrario. Allí están achicando planteles, despidiendo trabajadores. En cambio por fuera veo coberturas colectivas, nuevos agrupamientos, nuevos usos creativos y dinámicos de las redes sociales, veo nuevas publicaciones digitales. Veo fotografías cada vez más cuidadas, seleccionadas con mucha agudeza visual. Veo la preocupación no solo de tomar imágenes y que otros las publiquen sino la preocupación por mostrarlas de manera autónoma e independiente. En un mundo donde hay tantas imágenes, para que una se destaque hay que trabajar más, con más cuidado, hacer una mejor selección. Veo que todo eso enriquece al fotoperiodismo. Claro que lo pone en crisis también.

Ahora particularmente en Argentina veo con gran preocupación también cómo se impide el trabajo del fotoperiodismo con este nuevo gobierno. Fotógrafos que cubren actos de gobierno y solo pueden sacar la pantalla del televisor porque no les dejan acceder al lugar donde sucede el evento. Veo cómo se reparten fotos de Presidencia de la Nación que son fotos de propaganda, armadas, pensadas, actuadas, diseñadas especialmente pero que no son fotografías periodísticas y sin embargo salen en los diarios como si lo fueran. Pero también veo cómo se construye la ficción de un viaje trucho en colectivo para que el presidente muestre una supuesta cercanía con el pueblo y al mismo tiempo es también la fotografía (en las manos de alguien por supuesto, no en abstracto) la que sigue teniendo la capacidad de denunciar la puesta en escena.

Esto sucedió en todas las épocas también: el intento de construir una imagen oficial y el trabajo de muchos para construir contra-imágenes o imágenes alternativas.

Creo también que hoy en día es muy importante la labor de colectivos de fotografía, el trabajo que hace la gente de Sub-Coop, de MAFIA, ustedes acá en Enfoque Rojo. En Rosario hay más de 15 colectivos fotográficos. Camarón y muchos otros grupos que se organizaron como cooperativas, Agencia sin Cerco, Cooperativa La Masa, hay un montón. En Mar del Plata está el grupo que creó la revista AJO. Por eso me parece que está cambiando la forma de cubrir los acontecimientos por parte del fotoperiodismo en la actualidad y quienes son los fotoperiodistas. Y además está el rol de las redes sociales, la autogestión del propio medio de comunicación si querés. En fin, todos esos son fenómenos que tenemos que seguir estudiando.