Desde sectores del Estado benefician a empresas privadas mientras continúa el vaciamiento en el Astillero Río Santiago, el principal astillero estatal.
Domingo 1ro de marzo de 2020 21:04
Recientemente se dieron a conocer dos noticias que tienen que ver con la actividad naval y muestra cómo a pesar de los cambios de gobierno, los 90 y el neoliberalismo se siguen expresando en “cuestiones de estado” sobre todo cuando hay negocios que los sectores privados.
Por un lado se difundió que la Fragata Libertad, nave símbolo de la Armada Argentina sería reparada en el Astillero SPI de Mar del Plata. Un astillero privado cuyo dueño es Horacio Tetamantti, histórico enemigo del ARS y de la industria naval estatal que fue liquidada casi en su totalidad en los 90 bajo el gobierno de Carlos Menem .
También se otorgó un contrato de YPF que, siendo una Sociedad Anónima con mayoría estatal, le otorgó el servicio de transporte de combustible x la hidrovia hasta Santa Fe ( puerto de San Lorenzo) y a Chaco ( puerto de Barranqueras) a la empresa Horamar por un contrato que tiene un periodo de 5 años y un monto de 70 millones de dolares. La empresa informó que importará los remolcadores de China y los modificara en dos astilleros privados del país (SPI y Corrientes) y construirá sus barcazas en astilleros privados de Paraguay y Argentina.
De esta manera dos sectores del Estado nacional como la Armada e YPF priorizan el negocio con sectores privados teniendo la posibilidad de fomentar y favorecer la construcción y reparación de embarcaciones en el Astillero Río Santiago cuya capacidad productiva es internacionalmente conocida.
Recordemos que la fragata Libertad fue construida íntegramente en el ARS y se le hizo la reparación de "media vida" recientemente.
En cuanto a la construcción de barcazas y remolcadores el ARS también cuenta con experiencia ya que en el año 2009 se construyó el Ona Don Lorenzo, que presta servicio en la actualidad en el puerto de Buenos Aires.
El Río Santiago es el único astillero estatal que resistió la privatización gracias a la lucha de sus trabajadores y sobrevive aun a pesar del lobby de empresarios como Tetamantti- quien fue también Subsecretario nacional de puertos y vías navegables durante el kirchnerismo- y que buscan restarle capacidad productiva para quedarse así con el trabajo para su lucro particular.
Desde el Estado debería priorizarse la construcción y reparación en astilleros estatales para cualquier contrato que surja del propio Estado y no ser participes del negocio que hacen empresarios privados con los recursos estatales.
