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Red Internacional
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Reforma jubilatoria. Francia: se mantiene fuerte la movilización a pesar de la política de las centrales sindicales

El Gobierno de Macron esperaba que este último jueves la movilización decayera, pero se mantiene con altos niveles de manifestantes en toda Francia. Las centrales sindicales depositan sus esperanzas en que el 14 de abril el Consejo Constitucional -un tribunal que controla que las leyes tengan validez constitucional- se pronuncie en contra de la reforma, algo prácticamente imposible. Se vuelve mas urgente un cambio de política para poder derrotar esa odiada reforma jubilatoria.

Viernes 7 de abril de 2023 00:30

Con 2 millones de manifestantes en toda Francia (según la intersindical -que nuclea a las centrales sindicales y dirigen el movimiento-, mientras que la Policía informó de 570.000), la batalla por las pensiones ha demostrado que no ha dicho su última palabra. 400.000 manifestantes en París, 170.000 en Marsella, 60.000 en Burdeos, 32.000 en Lyon, 26.000 en Grenoble, 24.000 en Caen, 20.000 en Niza, 15.000 en Bayona, Perpiñán o Clermont-Ferrand, 14.000 en Ruán, 12.000 en Estrasburgo, 10.000 en Saint-Nazaire, 3.000 en Sète: las cifras de quienes se movilizaron siguen siendo muy altas.

En cuanto a las huelgas, el sector energético mantiene una fuerte movilización con acciones en todo el país, mientras que en las refinerías cuatro de las siete están paradas, a pesar de los intentos del Gobierno por romper la huelga. Entre los ferroviarios, aunque un poco bajó el acatamiento a la huelga, continúan perturbando el tráfico, por ejemplo con el paro de tres de los cuatro trenes de alta velocidad de la empresa estatal francesa (los TGV); uno de cada dos trenes de la Red de Trenes Regionales (TER). Otros sectores muestran más claramente el desgaste después de 11 jornadas discontinuas de huelga y movilización (gracias a la política de la intersindical), como pasa entre los choferes de la Red de Transporte Público de París (RATP). Mientras que en la educación, los índices de huelga se sitúan al mismo nivel que el 28 de marzo a escala nacional. En la juventud, las marchas fueron fuertes y se extiende la movilización a nuevos establecimientos.

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Todo esto muestra una determinación profundamente arraigada en enormes sectores de trabajadores y la juventud, a pesar de las contradicciones del movimiento que no logra aún rebasar a las direcciones sindicales -la intersindical- que se niega a llamar a una huelga general hasta que caiga la reforma jubilatoria, además de ampliar las demandas, y solo convocó a días espaciados de paros y protestas. La expresión de esto es que a pesar de que se mantiene la masividad de las manifestaciones, los paros en algunos sectores comienzan a mermar.

Nada que esperar del Consejo Constitucional

En su comunicado, los dirigentes sindicales se limitan a mencionar el envío al Consejo Constitucional (que como dijimos es el tribunal -que nadie votó- que define sobre la constitucionalidad o no de las leyes) con argumentos por los cuales consideran que esta ley debe ser declarada contraria a la Constitución, al tiempo que llaman a una nueva jornada de movilización interprofesional para el 13 de abril -un día antes de que el Consejo se pronuncie-. Un plan que en lugar de buscar aumentar la relación de fuerzas a favor del movimiento contra la reforma, frente a un Gobierno débil pero inflexible, deposita sus esperanzas en una improbable censura del Consejo Constitucional.

Esto no puede ser visto más que como lo que es: un rechazo a plantear la generalización de la huelga, mientras ahora proponen como única salida para el movimiento esperar una decisión favorable de los "sabios" del Consejo, todos fieles servidores del Estado y de las clases dominantes, o a lo sumo un muy ilusorio "referéndum de iniciativa popular" no vinculante, que sólo llevaría a los militantes por ese referéndum a agotarse tras una perspectiva impotente. Desde este punto de vista, el líder de la CFDT, Laurent Berger, ya no oculta su voluntad de reconocer la futura decisión del Consejo Constitucional y de esa manera preparar un cierre de la lucha.

Al mismo tiempo, las centrales sindicales siguen sin decir nada sobre la represión y la violencia policial, que volvió a desatarse este último jueves contra los manifestantes, ni sobre las requisas que siguen intentando quebrantar las huelgas, a pesar de la victoria del jueves con la suspensión de las requisiciones en la refinería de Normandía por el tribunal de Rouen. Una manera para la intersindical de negarse a afrontar las tareas del momento para consolidar el movimiento y las huelgas.

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Otra estrategia es posible

Este impasse solo puede beneficiar a Macron y preparar la desmoralización de los sectores que están en primera línea desde el 7 de marzo. Es en ese sentido que 250 activistas obreros, estudiantes e intelectuales desafiaron este miércoles a la intersindical en un foro promovido por la "Red por la Huelga General" y publicado en Politis (revista francesa, semanal, de noticias. N.deT.): “Ahora es el momento de romper con lo que no ha funcionado hasta ahora y poner en marcha una estrategia para ganar. Es todo lo contrario a lo que hace la intersindical, convocando a movilizarse en una nueva jornada de paro aislado, 9 días después de la anterior, mientras sectores se encuentran en huelga renovable desde hace 20 días y en vísperas de las próximas vacaciones escolares”.

Asimismo, en la manifestación de Marsella, el líder de la Unión Departamental de la CGT 13 Olivier Mateu explicó este jueves: “Con la intersindical tenemos que asegurarnos de que después de casi cuatro meses salgamos de la tradicional manifestación semanal y vayamos a una huelga renovable. Necesitamos un enfoque realmente coordinado, organizado a nivel nacional, donde todos aporten lo que puedan pero sepan cuándo deben unirse a la lucha".

Si la ira se mantiene, entonces se necesita un plan para organizarla. Los líderes sindicales al frente de federaciones en huelga renovable o con un amplio eco en el movimiento obrero como Olivier Mateu pueden jugar un papel central para llevar esta lucha hasta el final, por ejemplo convocando una reunión de todos los sectores de trabajadoras y trabajadores que entienden la urgencia de adoptar otra política para triunfar, más allá de las etiquetas sindicales. Esta es la única forma de buscar la victoria, y es la que intenta practicar -a su nivel- la Red por la Huelga General, que organizará un encuentro nacional la próxima semana después del 14 de abril.

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