El Coronavirus ha sido declarado pandemia mundial por su rápida expansión en todo el mundo. En Argentina ya hay 65 casos confirmados, que se suman a los miles de casos de dengue. Desarrollaremos como la UNSAM, podría evitar miles de contagios en los barrios de la zona.
Martin Kales Presidente del CECyT UNSAM
Martes 17 de marzo de 2020 20:35
El domingo Alberto Fernández anunció la suspensión de las clases en los distintos niveles educativos, y las universidades que todavía no lo habían hecho, como la UNSAM, se sumaron a esta medida. En las instalaciones se vienen tomando medidas de protocolo, pero sin dudas se puede hacer mucho más.
La UNSAM cuenta con un capital en laboratorios y profesionales que podrían jugar un rol de importancia frente a la emergencia abierta (recordemos que ya hay 65 casos confirmados de coronavirus y más de 666 solo en CABA de dengue), que según se estipula puede golpear fuertemente en el conurbano.
Por ejemplo en el Estado Español, las cinco universidades públicas de la Comunidad Valenciana han puesto sus instalaciones a disposición de las necesidades que se deriven, así como material específico como impresoras 3D o aquellas investigaciones que puedan ayudar en cuestiones como la la fabricación de mascarillas de bajo coste o la elaboración de hidrogeles. ¿Qué estamos esperando?
¿Que puede hacer la universidad frente a una pandemia que amenaza la salud de millones de personas?
Hace unos días el ministro Trotta se reunió con los rectores de las universidades nacionales para discutir qué medidas tomar. Al día de hoy se han suspendido las clases al menos hasta el 31 de marzo. Pero siendo que las universidades nacionales concentran aproximadamente el 71% del personal del Sistema Nacional de Ciencia y Tecnología (alrededor de 40 mil trabajadores), estas pueden ser un aporte fundamental y tienen que estar al servicio de aportar en la contención y mitigación de esta gran crisis sanitaria a la que nos enfrentamos.
Para esto se debe empezar por un presupuesto de emergencia para poder afrontar esta tarea. Solo en 2018 se redujo un 17% el presupuesto de ciencia y técnica frente a la inflación. Las universidades también sufrieron este ajuste, la UNSAM tuvo un recorte del 34%. Medidas como el desconocimiento de la deuda externa se vuelven urgentes para redirigir toda la plata destinada al pago, a salud y educación.
La UNSAM cuenta con un capital intelectual importante con cientos de investigadores e institutos con decenas de laboratorios. Esto se podría poner en función de resolver esta crisis sanitaria, por ejemplo ayudando con el análisis de los test de detección del COVID-19 que hoy solo se hacen en un instituto en el país. ¿El Instituto de Investigaciones Biotecnológicas (IIB, UNSAM-CONICET) no podría ser un lugar importante donde realizar los testeos que son fundamentales para la detección temprana y la contención del virus?. También, como ya se está haciendo en Bahía Blanca o San Luis, las universidades podrían producir alcohol en gel ante la escasez. Para esto es urgente que el Estado destine los recursos necesarios y la capacitación que haga falta.
En el caso del dengue, este verano en la UNSAM se diseñó un nuevo Kit para detectarlo de manera rápida y sencilla. Es un importante avance, pero el Estado debe garantizar su producción masiva para que llegue de manera gratuita a todo el país y poder combatir la epidemia de dengue. Hoy se produce en la sede de la Fundación Argentina de Nanotecnología del Campus Miguelete. Pero no alcanza con la orientación de creación de pymes nacionales, es necesario que avances como estos sean utilizados en gran escala para enfrentar la crisis sanitaria, si es necesario confiscando las instalaciones de las grandes farmacéuticas que especulan con la vida de millones de personas.
Para que esto funcione se debe formar en la universidad un comité de emergencia entre investigadores, estudiantes y no docentes, junto con los sindicatos y los centros de estudiantes, para poder coordinar este trabajo. A su vez deben tener capacidad de decidir sobre las medidas necesarias a tomar en la universidad, sobre las medidas a garantizar de higiene y evaluar el retorno a las clases presenciales si se controla la situación.
Ciencia, ¿negocio o avance de la humanidad?
La enorme crisis que está generando el coronavirus en todo el mundo pone de manifiesto que este sistema capitalista pone sus prioridades en las ganancias y no en la salud de las grandes mayorías. Así la ciencia en este sistema cae bajo esa misma lógica. Las noticias sobre la competencia para tener la exclusividad de la cura, en particular promovida por Donald Trump, muestran la cara más terrible de esto. Recién con una pandemia mundial las grandes revistas de investigación liberaron las publicaciones relacionadas así como el genoma del COVID-19. ¡Así debiera ser para todas las investigaciones de patologías causadas por virus y bacterias! Imaginemos los avances que se podrían hacer si siempre estuvieran por encima los intereses de la humanidad y no aquellos de las grandes multinacionales farmacéuticas a través del “secreto comercial”.
Hilary y Steven Rose en su libro “Genes células y cerebros” muestran que a pesar de que sólo en 2010 las 12 compañías farmacéuticas norteamericanas tuvieron ganancias de más de 250.000 millones de dólares, hubo una caída en la investigación y desarrollo de nuevos fármacos. En ese año solo 23 nuevos fármacos en todo el mundo habían alcanzado la etapa de prueba avanzada, y en 2011 había bajado a 18. No podemos dejar nuestra salud y nuestras vidas en manos de las ganancias de los capitalistas.
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Necesitamos medidas urgentes para que los grandes empresarios que siempre se beneficiaron con los ajustes en la salud pública y en la precarización del trabajo (llevados adelante por los gobiernos, estados y partidos a su servicio) sean los que paguen los costos de esta crisis. ¡A grandes crisis, grandes soluciones!