Las principales multinacionales españolas reciben a Milei en Madrid a un día de la Cumbre de la extrema derecha mundial convocada por Vox. La solidaridad con el pueblo argentino que lo enfrenta pasa por luchar aquí por la abolición de la deuda externa y la salida de las multinacionales españolas que tienen invertidos más de 15.000 millones.
Sábado 18 de mayo
Vox realizará este domingo su acto de presentación de candidatura para las europeas en Madrid. Lo hará rodeado de un nutrido elenco de la reacción mundial, encabezado por el presidente argentino, Javier Milei, el ministro de Asuntos de la Diáspora de Israel, Amichai Chikli, la presidenta ultraderechista italiana, Georgia Meloni, la líder del Front Nationale francés, Marine Le Pen o el ultraderechista y líder del Partido Republicano chileno, José Antonio Kast, entre otros.
Contra este contubernio de la reacción mundial se han convocado dos concentraciones, una el sábado al mediodía en Callao y otra el domingo por la mañana en la plaza de Colón. Miles de personas mostrarán su rechazo a una ola reaccionaria que recorre el mundo, y en particular Europa, aupada en las políticas guerreristas, de apoyo a Israel y blindaje de fronteras llevadas adelante por los gobiernos de distinto signo.
El respaldo abierto al genocidio en Palestina y al modelo ultraliberal que representa el gobierno Milei serán los ejes del evento. Dos cuestiones que están íntimamente ligadas. Se trata de las muestras más brutales y ofensivas de las políticas de defensa de los intereses del imperialismo norteamericano y europeo.
El apoyo a Netanyahu y al Estado de Israel, es el respaldo al régimen colonial que representa de forma directa los intereses del imperialismo en la región. Si para mantener esa sucursal militarizada es necesario barrer un pueblo entero, no hay problema. Así se viene haciendo desde hace 76 años sin ningún prurito. Vox se anima a respaldarlo abiertamente.
Milei es el gobernante que, junto a Biden, se ha convertido en el mayor aliado y defensor de Israel. Pero también los gobiernos que, como el español, critican sus "excesos", pero son parte de los respaldos financieros, comerciales, políticos y militares que permiten que este genocidio pueda llevarse adelante.
El apoyo a Milei por parte de Vox no es solo un respaldo ideológico. Defender a Milei es defender también los intereses de las multinacionales españolas que son parte del expolio de Argentina. El Estado español es, después de EEUU, el mayor país inversor en términos acumulados, con 15.321 millones de euros según la Secretaría de Estado de Comercio.
Hay 130 multinacionales españolas operando, especialmente en sectores tan estratégicos como el suministro de gas y electricidad o los servicios financieros. Unos de los más beneficiados por el agresivo plan de recortes y contrarreformas desreguladoras. Telefónica, Iberdrola, Naturgy, Santander, BBVA, Acerinox, Mapfre o Prosegur, son algunas de las principales firmas.
En un foro realizado recientemente en la Casa de América, el economista jefe del Banco Santander en Argentina, Juan Cerruti, reconocía estar más que conforme con las medidas económicas de Milei: "Al principio, nos preguntábamos qué pasaría, pero los primeros signos son positivos". En el mismo sentido, Ana Valero, directiva de Telefónica Hispanoamérica, explicaba que “tenemos una visión optimista sobre los cambios en Argentina". Ambos felicitaban la eliminación de “restricciones obsoletas”, en referencia al plan de privatizaciones y contrarreformas laborales en curso.
A nadie le puede extrañar, por lo tanto, que en la visita de Milei a Madrid, además del acto con sus colegas de Vox, haya reservado agenda este sábado para reunirse con empresas como Santander, BBVA, Telefónica, Iberia, Mapfre, Indra o Dia. Todas ellas están muy interesadas en reunirse y cuidar al mejor representante posible de sus intereses imperialistas en la región.
Como tampoco es de extrañar, la tibieza y actitud de respeto ofrecida por el gobierno de Sánchez y Díaz. Más allá del exabrupto del ministro de Transportes, Oscar Puente, poniendo en duda la salud mental del presidente argentino, el gobierno de coalición sostiene unas relaciones cordiales con el gobierno ultraderechista. Velar por los intereses de las grandes del IBEX35 es parte de la agenda compartida con él, Vox y la propia Corona, principal embajadora de los intereses imperialistas en el extranjero.
El gobierno PSOE-Sumar pierde toda su pátina de “progresista” cuando de política exterior se trata. Aquí las operaciones de relato no se sostienen. Por eso se mantienen intactas las relaciones y acuerdos con Israel o con el ajustador en serie de Milei. Por eso mismo también, cuando la coalición era con Unidas Podemos, Sánchez se alió con la ultraderechista de Meloni para lograr bajo su presidencia del Consejo de la UE un endurecimiento de la legislación de extranjería y asilo.
A esta derecha de verdad no se la puede parar con esta izquierda de mentira, que en el caso de un país como el Estado español, es tan defensora de los intereses imperialistas patrios como la extrema derecha. No podemos frenarles con el mal menor. Porque no podemos conformarnos con el “genocidio menos malo posible”, las leyes de extranjería “menos asesinas posibles” o el expolio imperialista “menos hambreador posible".
Contra los Milei, los Abascal, los Meloni o los Netanyahu, hay que levantar una enorme movilización internacional de la clase trabajadora y la juventud. El movimiento de las acampadas que estamos protagonizando miles de jóvenes en todo el mundo es una muestra de cual es el camino. A las demandas contra el genocidio, por una Palestina libre desde el río hasta el mar y contra el rearme, debemos sumar con fuerza la de abajo las leyes de extranjería, la abolición de la deuda externa con la que se somete a países y pueblos enteros y por la salida de las multinacionales expoliadoras españolas, europeas y norteamericanas de América Latina, África y Asia.
Este fin de semana, en las calles de Madrid tiene que oírse muy alto y claro que la extrema derecha no es bienvenida, que la combatiremos con toda nuestra energía, a ella y a su agenda antiobrera y proimperialista, la apliquen y defiendan ellos, o lo hagan los falsos “progresismo”.