Este jueves tuvo lugar la tercera jornada de protestas acompañada de huelgas obreras en Indonesia contra una reforma legislativa que recorta derechos laborales, sobre todo a las mujeres, y amenaza el medio ambiente. Estuvo marcada por enfrentamientos con la policía, que detuvo a 800 manifestantes en la capital donde se movilizaron miles de personas.
Santiago Montag @salvadorsoler10
Jueves 8 de octubre de 2020 14:36
Los sindicatos indonesios compartieron en las redes sociales videos que muestran escenas con miles de manifestantes, la mayoría con mascarillas, en localidades como Yakarta, Purkawarte o Semarang, las tres en la isla de Java, cantando el himno nacional. Según los sindicatos, al menos 2 millones de trabajadores participaron en las protestas y en la huelga desde el martes, mientras que las agencias EFE, Reuters y Associated Press informaron que asistieron miles. Los sindicatos de estudiantes dijeron que también se unirían.
En algunos casos se produjeron enfrentamientos con la Policía y, en un incidente, las autoridades desplegaron a los grupos antidisturbios que emplearon gas lacrimógeno y camiones hidrantes cuando los manifestantes trataban de romper una barrera policial a unos 750 metros del palacio presidencial en Yakarta, la capital.
El presidente indonesio, Joko Widodo, se hallaba en el estado de Kalimantan, en un viaje de trabajo sobre la seguridad alimentaria en la zona, lo que ha provocado acusaciones de que estaba huyendo de las protestas en la capital, que su oficina ha negado, pero el mandatario no se ha pronunciado sobre las mismas, informa el diario Jakarta Post.
Las manifestaciones, en su mayoría pacíficas, comenzaron el martes a lo largo del archipiélago asiático. Varios sindicatos llamaron a la huelga para mostrar su rechazo a una batería de leyes aprobadas el lunes por el Parlamento indonesio, que revisaba unas 75 leyes y regulaciones, encaminada según el Gobierno a la creación de empleos y “atraer a inversores”. Obreros de cientos de fábricas se movilizaron por las distintas islas, centralmente en Java y Papúa. Un ejemplo es la huelga las 1.100 trabajadoras, que comenzó el martes en PT Aneka Tuna Indonesia, una fábrica de conservas de pescado en Pasuruan Regency.
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— Mylova21 (@Mylova211) October 8, 2020
Un portavoz de la Confederación Nacional de Sindicatos (KSPN) dijo: “Vamos a morir por el coronavirus o morir por el sistema. No sabemos cómo moriremos. Pero aún podemos cambiar el sistema. Así que vamos a marchar hasta que ganemos ”.
La reforma está destinada a atacar a los derechos laborales de los trabajadores con las nuevas leyes, como el salario mínimo o algunas prestaciones por desempleo, y además habría una flexibilización de las regulaciones ambientales que tendrán un impacto destructivo sobre una región ya viene muy dañada por inundaciones e incendios.
“La Federación Nacional de Sindicatos (KSPN) anunció el martes que había creado un equipo especial para estudiar la larga batería de leyes con la intención de acudir al Tribunal Constitucional para impugnar los artículos que violen la Carta Magna indonesia y ataquen los derechos de los trabajadores”, informaba hoy el Jakarta Post.
Durante un discurso previo a la votación, el ministro de Coordinación para Asuntos Económicos, Airlangga Hartarto, defendió que la reforma era necesaria para “facilitar la inversión extranjera”.
¿Qué dice la Ley?
Mientras la reforma elimina el salario mínimo sectorial, a favor de los mínimos establecidos por los gobernadores regionales que son más bajos. Reducirá la indemnización por despido a un máximo de 19 meses de salario, dependiendo del tiempo de antiguedad del trabajador en el trabajo, mientras que antes el pago máximo era de 32 meses.Además, un nuevo fondo gubernamental proporcionará un pago adicional de seis meses a los recién desempleados, un subsidio que cubre a las empresas. Las horas extra permitidas se incrementarán a un máximo de cuatro horas en un día y 18 horas a semanales. Las empresas solo deberán dar a los trabajadores un día libre a la semana en lugar de dos, atentando contra el descanso y el ocio.
También se han reducido las regulaciones sobre la subcontratación, al igual que las restricciones sobre los trabajos en los que pueden trabajar los migrantes. La ley también relaja los estándares ambientales, obligando a las empresas a presentar un análisis de impacto ambiental si sus proyectos se consideran de alto riesgo.
Entre las 75 leyes que conforman el proyecto de casi 1.000 páginas, se encuentran ataques directos a las mujeres trabajadoras. Las licencias por maternidad y los días por menstruación ya no serian pagos. Este ataque en particular ha movilizado a miles de mujeres por las islas de Guinea y Java que conforman el archipiélago.
Indonesia, un complejo archipiélago
Indonesia, el cuarto país más poblado del mundo con cerca de 300 millones de habitantes distribuídos en 17.000 islas, con una comunidad musulmana aplastante, pero con una diversidad étnica, religiosa y cultural que le hace honor a su división territorial. Además es decimosexta economía mundial -tomando como referencia el Producto Bruto Interno (PBI)-, está rezagado con respecto a otros países del Sudeste Asiático, como Vietnam o Tailandia, respecto a la inversión extranjera.
En aquella región se está llevando a cabo una competencia atroz por ser seducir la paulatina deslocación de empresas de fabricación simple de China en medio de la guerra comercial agresiva con EE.UU. quien busca mejores condiciones competitivas. El gobierno indonesio necesita ubicar al país como un atractivo de inversiones a costa de destruir los derechos de las clases oprimidas.
Se estima para este año una contracción del PBI entre un 0,6 y un 1,7% como consecuencia de las medidas impuesta para combatir la pandemia del Covid-19, lo que supone la primera recesión que sufre el país desde la crisis financiera del Sudeste Asiático de 1997-98 que volteó a Suharto. Esta crisis será descargada, como vemos, sobre las espaldas de la poderosa clase obrera indonesia.
Indonesia viene además de luchas sangrientas de una juventud combativa que en 2019 enfrentó fuertemente a la reforma penal que atacaba penalmente las decisiones sexuales y elecciones ideológicas. Será difícil imponer al gobierno de Widodo avanzar con sus planes.
Santiago Montag
Escribe en la sección Internacional de La Izquierda Diario.