Se trata del Coordinador de Ayuda de Emergencia de la ONU (ERC por sus siglas en inglés), Martín Griffiths. El funcionario declaró a medios internacionales que al igual que en el norte de la Franja de Gaza, la brutal ofensiva militar de Israel en el sur creó condiciones "apocalípticas" que impiden hasta las operaciones humanitarias significativas.
Martes 5 de diciembre de 2023 22:39
Un niño con su familiar se abren paso entre los escombros tras los ataques aéreos israelíes contra Deir Al Balah, en el sur de la Franja de Gaza. Imagen: Mohammed Saber.
Esas declaraciones Griffiths las realizó luego de que este último martes el Estado de Israel con su ejército realizara un fuerte ataque a Yan Junis, ubicada al suroeste de Gaza y que contiene varios campos de refugiados, el más grande es Al Amal donde se ubicaron los palestinos expulsados de sus aldeas en 1948.
"Ya no es una operación estadísticamente significativa", dijo Griffiths refiriéndose a la ayuda humanitaria que entró por el paso de Rafah (Egipto). “Es como un parche en una herida y no funciona, y sería una ilusión para el mundo pensar que la operación humanitaria puede ayudar a la gente de Gaza en estas condiciones. Esta es una situación apocalíptica, porque estos son los restos de una nación que está siendo empujada a un bolsillo en el sur".
El ejército israelí le había advertido a la población palestina del norte, que se trasladara al sur de Gaza antes del ataque terrestre (del 27 de octubre), pero el sur también siguió bajo bombardeo. Tras el cese del alto el fuego de una semana el 1 de diciembre, los tanques y la infantería se desplazaron hacia el sur, centrándose en Yan Junis. Las Fuerzas de Defensa Israelí dijeron que sus tropas habían llegado al corazón de la ciudad este martes.
Ya son 16.248 palestinos asesinados por el Estado de Israel (incluidos más de 5.300 niños y niñas), tanto por los bombardeos como por los tanques, tiros de metralla y francotiradores de las "Fuerzas de Defensa de Israel". Además hay 7.600 gazatíes desaparecidos -que se presume murieron bajo los escombros de edificios en la Franja de Gaza, que todavía no pudieron remover.
El Coordinador de Ayuda de Emergencia de la ONU, además declaro al periódico inglés The Guardian: “La semana pasada tenía un plan de 10 puntos -me da vergüenza siquiera pensar en ello ahora- sobre cómo responderíamos cuando la gente viniera al sur. Ya no existe un plan de 10 puntos porque depende de que haya un cierto número de instituciones que quedaran al margen (del ataque israelí. N. de R.) y que sean seguras para que la gente viva en ellas. Ya no existen”.
Este mismo martes, el Gobierno de Joe Biden encontró una nueva forma de enviar un mensaje a Netanyahu y su coalición gobernante de ultra derecha: prohibió la entrada a Estados Unidos de los colonos radicales que en Cisjordania, sobre todo desde el 7 de octubre, están hostigando, atacando las casas y hasta asesinando a aldeanos palestinos de esa región.
Esto debido a que, más allá del apoyo estratégico que el imperialismo estadounidense sostiene con Israel, la brutalidad de los crímenes del gobierno israelí (con su comité de guerra) en Gaza y la vía libre de los colonos en Cisjordania, generó manifestaciones mundiales a favor de Palestina, en EEUU provocó una fuerte oposición a Biden (en grandes sectores de la juventud y entre la población musulmana -que si bien es minoritaria, vive en estados claves para el Partido Demócrata pensando en las elecciones presidenciales del 2024), además de alejar cualquier salida "pacificadora". Aunque hay que recordar que históricamente estas "soluciones" siempre fueron en desmedro de la causa palestina (acuerdos de Oslo, de Camp Davis).
Lo cierto es que el secretario de Estado Antony Blinken ya lleva tres viajes a Israel para tratar de que Israel reduzca su fuerza criminal, manteniendo siempre la idea de Estados Unidos de que el Estado israelí tiene derecho a la defensa. Incluso en el último viaje, a fines de noviembre, Blinken insistió en continuar con la tregua. Israel luego del cese momentáneo continuó sus ataques con mas virulencia incluso, tal cual Netanyahu había prometido.